Guía para proteger a los niños de los rayos del sol este verano
Para prevenir quemaduras o golpes de calor es importante evitar la exposición solar en las horas centrales del día, utilizar bien la crema de protección y reponerla de manera constante
El sol brilla en verano con gran potencia y aunque su luz es una fuente de beneficios para la salud —aporta vitamina D— conviene que nuestra piel tenga la protección adecuada y más en el caso de los niños, ya que el cáncer de piel es uno de los más frecuentes. “Aunque en la infancia es poco habitual, se sabe que el principal factor de riesgo para padecer este tumor maligno en la edad adulta son las quemaduras solares producidas antes de los 20 años, por lo que es fundamental concienciarse sobre la importancia de su fotoprotección”, advierte María Calvo, jefa de servicio del equipo de Dermatología y Estética de Olympia Quirón Salud de Madrid.
Las vacaciones estivales son para los menores el momento del año en que más disfrutan de actividades al aire libre, “que, sin duda, son saludables y se deben de hacer, ya que aportan beneficios a muchos niveles, tanto para la salud física como para la mental”, continúa la experta. Pero hay algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de disfrutar de los planes veraniegos.
Es importante salir a la calle, siempre que sea posible, “en horas del día donde el índice de rayos UVA (radiación ultravioleta invisible) no sea muy alto y siempre con protección solar, como crema o una camiseta”, explica Calvo, que enumera varias recomendaciones para que los niños disfruten del sol en verano sin riesgos:
- Evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día (de 12.00 a 16.00).
- Utilizar sombrero y gafas, así como reponer la crema de protección solar de manera constante.
- Los niños menores de tres años tienen una piel más delicada, por lo que hay que evitar que tomen el sol de forma directa. Conviene que estén en la sombra o cubiertos con sombrero y ropa.
- Los niños de entre tres y seis años se pueden exponer al sol con protección adecuada en la cabeza y con una crema fotoprotectora de filtro mineral, que viene indicado en el envase y actúa como una barrera física al reflejar la luz solar.
- Los niños de entre 6 y 18 años pueden usar cremas con filtros químicos, compuestos de sustancias que absorben la radiación solar, pero evitando a toda costa las quemaduras, complementando con alternativas de protección, como permanecer en la sombra o el uso de camisetas.
El bronceado de los niños, señal de demasiada exposición solar
El mito de que tener la piel morena en verano es saludable resulta incierto. “En realidad, se trata de un mecanismo de defensa de la piel frente a una excesiva exposición solar, lo que implica que nos estamos excediendo”, sostiene Calvo.
En el caso de los adolescentes, hay que tener en cuenta que “empiezan a querer tomar más sol debido a la imagen corporal, querer estar más bronceados y tratarse el acné. Así que cada vez hay más cáncer de piel y melanoma en pacientes más jóvenes”, comenta por su parte Cristina García, responsable de la Unidad de Dermatología Pediátrica y directora la escuela de atopia en Grupo Pedro Jaén de Madrid.
No obstante, los dermatólogos recomiendan, en ocasiones, la “radiación solar en bajas dosis para tratar enfermedades de la piel, como la psoriasis o la dermatitis atópica, que se caracterizan por la aparición de placas rojas, descamación e inflamación y, en algunos casos, de prurito o granitos que pican mucho”, añade la dermatóloga.
Para García, estos son algunos de los riesgos para los niños de una incorrecta exposición a la luz solar en verano:
- Las quemaduras.
- Los golpes de calor por las altas temperaturas al tomar el sol, sobre todo en los niños menores de tres años, aunque estén protegidos con camiseta y gorro.
- La deshidratación por exceso de sudoración, por lo que hay que procurar que el niño esté a la sombra.
El buen uso de las cremas protectoras
Para que la piel del niño esté cuidada en verano frente al sol, es fundamental utilizar bien la crema fotoprotectora. La dermatóloga María Calvo ofrece algunas pautas:
- Tener en cuenta que en el envase de la crema se debe indicar el tiempo que la persona puede permanecer el sol sin quemarse una vez aplicada.
- La crema debería añadir un filtro UVA (para la radiación ultravioleta), para que se trate de un producto protector denominado de amplio espectro.
- La aplicación se debe hacer entre 10 y 15 minutos antes de la exposición solar.
- Hay que volver a poner crema al niño cada dos horas o antes, si sudan mucho o están mucho tiempo en el agua.
- Hay productos que especifican que son resistentes al agua, pero aun así conviene repetir la aplicación cuando el niño lleva mucho tiempo bañándose.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.