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Cómo nos tenemos que cuidar del sol en verano

Desde Mamicenter y a partir de preguntas de varias madres intentaremos aclarar todo o casi todo lo referente a fotoprotectores

Desde Mamicenter y a partir de dos preguntas que nos han hecho madres intentaremos aclarar todo o casi todo lo referente a cómo nos tenemos que cuidar del sol en verano.

Me gustaría saber que protección solar aplicar a mi bebé de 6 meses, y qué diferencia hay entre los protectores de pantalla física y química. Ana

Antes que nada, y para empezar por lo más importante, un bebé de seis meses no se debe exponer a la luz del sol directa, por más que te haga ilusión salir con él o llevarlo a la playa o mojarlo en el agua del mar. Los dermatólogos no dejan de insistir en ello y algo de razón tendrán.

Para ayudar a los padres en la tarea de encontrar información útil, fiable y basada en la evidencia científica, y a la vez, crear una comunidad donde profesionales y familias se enseñen los unos a los otros, nació la web Mamicenter (evolución del grupo de Facebook El médico de mi hij@). En él, profesionales de todos los campos relacionados con la salud infantil atienden a las dudas que nos pueden surgir en el día a día de forma gratuita. Nuestro colaborador Jesús Martínez, pediatra, cofundador y codirector médico de Mamicenter, atenderá quincenalmente junto a su equipo a las dudas de los lectores.

En caso de que nos expongamos al sol porque la situación así lo requiera hay que protegerlos buscando un sitio con sombra adecuada (sombrilla, árbol, capota del maxicosi, etc.)

Ten claro que porque esté a la sombra no quiere decir que ya esté protegido. De cualquier manera hay que usar gorros, fotoprotección solar y ropa adecuada, ya que la sombra por sí sola no es una protección solar suficiente porque existe la radiación solar indirecta, que es por reflejo de la luz solar en otras superficies como arena, pavimento o agua.

La ropa que uses tendría que ser confortable, de color no excesivamente oscuro, suelta y ligera. Debe cubrir superficies amplias corporales y ser más bien larga. Gorritos con reborde amplio que dejen bajo sombra la cara y las orejas son muy necesarios, y te aseguran una buena cobertura de las zonas más sensibles como la cara y el cuello.

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En cuanto al protector, tiene que ser de línea especial para la piel sensible del bebé ya que solo tiene seis meses (cada casa comercial tiene la suya, y verás que la composición de las pantallas solares de niños menores de un año o de seis meses es diferente de la línea infantil que es para niños más grandecitos), y como mínimo el FPS debe ser de 30.

Diferencia entre factor físico y factor químico

Los filtros físicos actúan reflejando la luz solar, y son de amplio espectro ya que reflejan tanto la luz visible como la ultravioleta. Los más utilizados son el dióxido de titanio y el óxido de zinc (son compuestos comunes que podemos encontrar también en la pasta al agua que se aplica en el cuidado de la zona del pañal diario del bebé o en la pasta de dientes).

Los filtros físicos puros son los indicados para bebes muy pequeños hasta los dos años de edad, ya que no se absorben en la piel y logran el efecto pantalla deseado. No producen reacciones de fotosensibilidad y son bien tolerados. Como contra tienen que solo logran una protección de factor 25 y que son bastante pastosos y un poco antiestéticos al quedar blancos sobre la piel. Estos son los indicados en tu bebé que tiene seis meses.

Los filtros químicos absorben la radiación ultravioleta impidiendo su penetración. Pueden provocar reacciones de fotosensibilidad y dermatitis de contacto, por lo que no se usan nunca solos. La gran mayoría de los protectores solares para niños que hay actualmente en el mercado llevan una mezcla de filtro físico y filtro químico y se pueden usar con total tranquilidad a partir de los dos años, aunque es recomendable que antes de aplicarlo por todo el cuerpo por primera vez pongas una pequeña cantidad en la cara para ver si presenta algún tipo de reacción.

Es importante saber que ningún protector solar proporciona protección completa para el efecto de los rayos UV. Parte de los rayos alcanzarán la piel incluso usando el protector solar más completo y caro del mercado. Por lo tanto, el daño por la radiación solar tendrá lugar si el tiempo de exposición es prolongado y no se usan otras medidas de protección (gorros, ropa adecuada, gafas de sol).

Cuando compremos un protector solar también hay que mirar la especificación acerca de la protección de rayos que cubre, habitualmente cubren UVB y actualmente prácticamente todos cubren UVA también, en ese caso tendrán este símbolo:

¿Y qué es esto de los UVA y UVB?

Pues son los rayos ultravioletas. Siempre se ha incidido mucho en que los UVB son los responsables del daño cutáneo ya que inciden fundamentalmente en la epidermis, quemaduras solares e incluso el cáncer de piel. Pero los UVA también la atraviesan y tienen su participación. Por eso es imprescindible que en el envase especifique el tipo de protección.

Es fundamental saber ciertas cosas acerca de los protectores solares:

Se deben aplicar 30 minutos antes de salir de casa.

No hay que dejar de aplicarlos en los días nublados

La frecuencia de renovación habitual es cada dos horas, aunque si está todo el día corriendo y sudando y se baña frecuentemente, o sea, lo normal, debería ser más frecuente.

Aplicarlo frotando y extendiendo bien. Asegurarse de cubrir todas las áreas corporales expuestas, sobre todo la cara, los pies, las manos, así como las zonas que no están cubiertas por la ropa.

En la cara aplicarlo incluso en la nariz, los labios y las orejas (no en los párpados, esta parte se protegerá con el gorro).

¿A partir de qué edad se puede poner crema de protección solar a un bebé? ¿Qué recomendaciones hay al respecto? Tengo un bebé de 4 meses y vamos a viajar a Canarias, mi intención no es ponerlo al sol pero en los paseítos es inevitable que le dé. Miriam.

En principio, un bebé de menos de seis meses no debería estar expuesto a la luz solar por lo que no necesitarías usar ningún tipo de protección. En caso de que sea inevitable por alguna circunstancia como es tu caso debería ser un protector solar con filtro físico. De cualquier manera, es importante recalcar que la ropa es la principal pantalla solar que podrás usar.

La ropa que llevan en verano ha de ser de un color no muy oscuro y no muy ajustada. La ropa más oscura protege más de los rayos UVB, pero es más calurosa. El factor que más influye en disminuir el paso de más o menos cantidad de radiación no es el color sino el grosor y el tramado estrecho del tejido.

Algunas prendas muestran en el etiquetado el factor de protección solar que se les puede atribuir en función de su capacidad de bloqueo solar. A falta de estos etiquetados, nos podemos hacer una idea de cuánto sol dejan pasar viendo la consistencia de la sombra que consiguen proyectar sobre el suelo al extenderlas bajo el sol.

Las ropas deben cubrir la mayor parte de la piel posible: mangas más bien larguitas, cuellos más bien altos, bermudas. Los niños siempre deben llevar camisetas y otras prendas corporales cuando están jugando.

Los gorros también son muy importantes, tienen que ser de ala ancha (8-10 cm de ancho) y/o visera frontal. Son también muy recomendables los de tipo legionario con extensiones hacia atrás.

En las respuestas a estas dos preguntas creo que hemos contestado varias dudas prácticas, pero la parte más importante es: ¿Por qué insistimos tanto los pediatras y los médicos con la fotoprotección?

A todos nos gusta el sol, y nos gusta estar mucho bajo sus efectos: el sol, el calor, la playa, el verano, siempre los asociamos a buenos y gratos recuerdos de nuestra niñez y queremos que nuestros niños vivan lo mismo. Pero quizás antiguamente no se era tan consciente del daño que nos podían producir las exposiciones solares prolongadas.

A corto plazo podemos sufrir quemaduras, golpes de calor, inhibición de nuestro sistema inmunitario; y a largo plazo, envejecimiento de nuestra piel y desarrollo de lesiones cancerígenas. Según los últimos datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), se diagnostican 3.600 casos al año en España y 160.000 casos al año en todo el mundo, aunque para contrarrestarlo, actualmente las cifras son estables, tras años de crecimiento. Esto quiere decir que las campañas de fotoprotección poco a poco van haciendo efecto.

¿Y por qué hacemos tanto hincapié en los niños? Porque pasan muchas horas al aire libre. Los adultos, por desgracia, a menos que nos dediquemos a trabajar en el campo, la luz que más vemos durante el día es la de nuestro escritorio o en mi caso el fluorescente de la consulta. En cambio ellos juegan, van a la playa, hacen deporte... La media estimada es de dos horas y media al día y se ha calculado que la mayoría de sol potencialmente dañino se recibe antes de los 18 años, por eso es el rango de edad en dónde más hay que incidir.

Por otro lado, la piel de un niño es más sensible al daño solar, ya que sus mecanismos de defensa no están tan desarrollados, su piel es más fina y la cantidad de melanina menor (sobre todo en los menores de 12 meses).

En resumen, para disfrutar del verano y disminuir los efectos dañinos del sol:

La primera medida a tomar debe ser siempre predicar con el ejemplo, así como lo hacemos con la alimentación, la higiene corporal y otros buenos hábitos. Los cuidados con el sol no se deben quedar atrás.

Si los niños ven que nosotros nos protegemos de la misma manera que lo hacemos con ellos, poco a poco lo verán como normal y serán ellos mismos cuando sean más grandecitos los que se cuidarán.

Usar gorro, ropa adecuada y gafas de sol (son preferibles las de tipo envolvente con capacidad de filtrar rayos UVA y UVB en un 100%; para niños muy pequeños hay modelos con elástico para que no se las puedan quitar).

Ropa protectora.
Ropa protectora.

Limitar la exposición solar fuera de las horas centrales, no acudir a la playa entre las 12.00 y las 17.00 (aquí podemos aprovechar para cocinar ricas y saludables comidas de verano, para dormir una siesta para coger fuerzas para más tarde, o leer o realizar hacer actividades derepaso... solo algunas ideas).

Usar un fotoprotector adecuado a la edad, resistente al agua, de baja absorción cutánea (algunos niños presentan reacciones de sensibilidad en la piel con algunos filtros químicos). Recordar que usar un protector solar no quiere decir que podamos estar tiempos más prolongados bajo el sol, su función solo es proteger.

Como apunte extra, algunos consejos en caso de quemadura solar (que espero que después de leer este artículo no lleguen a producirse):

Realizar baños de agua fría-templada, evitando frotar la piel y evitando el uso de perfumes en la zona.

Beber bastante agua asegurando así una buena hidratación.

Acudir al médico ya que puede estar indicado una crema con corticoides según el grado de la quemadura.

Si hay dolor puede ser necesario el uso de calmantes como paracetamol o ibuprofeno.

Evitar absolutamente la exposición solar hasta que se resuelva el cuadro.

No volver a quemarnos más, la piel tiene memoria y esta quemadura se la guarda, y quemadura más quemadura nos puede dar un susto más adelante.

Fuentes:

Dermapixel “Fotoprotección en la infancia ¿Qué hay que saber?

Dermapixel ¿Qué hacer ante una quemadura solar?

Protección contra el abuso de la exposición solar Dr. Domingo Barroso. Documento de la Sociedad pediatría de Atención Primaria de Extremadura (SPAPEX)

*Autora: Dra. Andrea Masiá de Barbieri, pediatra, directora médica de Mamicenter.

 

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