Cómo empezar el ‘Baby Led Weaning’ de forma segura: usar alimentos blandos con variedad de colores y sabores, y nunca dejar solo al niño
Este método de nutrición consiste en que el bebé se alimente de forma autónoma y se autogestione: él decide qué y cuánto come. Aunque hay ciertos requisitos que los padres tienen que tener en cuenta, como el tipo de comida
Cada vez es más frecuente conocer a familias que practican el Baby Led Weaning (BLW) con sus bebés. Aun así, a muchos les puede sonar a grupo musical o técnica de marketing. Por eso es importante aclarar que se trata de un método para poner en marcha la alimentación complementaria de los niños a partir de los seis meses. Es decir, introducir comida más allá de la leche materna o de fórmula. “Se caracteriza principalmente por iniciar la alimentación complementaria con comida sólida sin pasar por triturarla, esto es, los tradicionales purés de verduras o papillas de frutas”, explica Nadia Solana, nutricionista, dietista, tecnóloga de alimentos y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Este método se denomina también alimentación autorregulada porque es el niño quien decide qué y cuánto come. “Es el lactante quien marca sus propios ritmos y preferencias por los alimentos, texturas y sabores; lo que le permite disfrutar del acto de alimentarse junto a su familia”, sostiene Marta Castell, coordinadora del Grupo de Gastroenterología y Nutrición de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. Castell especifica que se trata de ofrecer alimentos blandos para que el bebé los coja con las manos y sea él mismo quien se lo introduzca en la boca mediante su índice y pulgar, mastique y trague el alimento.
A pesar de llevar cerca de 25 años practicándose, el BLW aún suscita muchos interrogantes entre los progenitores. Sobre todo por el miedo a los atragantamientos. “Sin embargo, ahora se sabe que el reflejo de arcada, muy presente en los lactantes, constituye en sí mismo un mecanismo de defensa, así como el reflejo de tos. Es decir, que el BLW no aumenta el riesgo si el lactante tiene ambos mecanismos efectivos. Mediante la arcada, el bebé será capaz de expulsar un trozo si no es capaz de deglutirlo”, afirma Castell. El otro asunto que suele echar para atrás a los progenitores tiene que ver con la calidad nutritiva de la alimentación. “Al inicio, puede ser desconcertante para los cuidadores no saber si el lactante ha comido lo suficiente o si se ha quedado con hambre”, prosigue la experta, “pero al mismo tiempo representa una ventaja, ya que el propio bebé será quien se autogestione por su hambre-saciedad. Y a la larga se previene el sobrepeso y la obesidad”.
“El BLW se asocia también a una mayor aceptación de alimentos; contribuye al buen desarrollo oral y bucodental de la criatura”, añade Solana. “Además, fomenta el descubrimiento y la exploración de los alimentos; permite al niño comer de forma autónoma y disfrutar de los diferentes sabores, texturas, olores y colores de los alimentos”, agrega.
Familia y bebé deben estar preparados
“También contribuye al desarrollo de las habilidades del niño, favoreciendo la mejora de la motricidad fina y de la coordinación ojo-mano-boca, así como de la masticación y la motricidad orofacial”, incide Juan Llorca, consejero delegado y chef del restaurante Disidente, además de responsable de nutrición del Valencia Montessori School. Según Llorca, este método también anima a los padres a comer con sus hijos y servirles de ejemplo. Pero más allá de esto, el experto destaca que la relación del menor con la comida será más lógica, más intuitiva y más educativa. “Eso sí, siempre que la familia se sienta preparada”, puntualiza.
Además de la familia, el bebé tiene que cumplir una serie de requisitos. Para Llorca, es imprescindible que pueda coger el alimento y llevárselo a la boca, mantenerse sentado con apoyo, mostrar interés por los alimentos de la familia, perder el reflejo de extrusión (respuesta orgánica del cuerpo por el que se mueve la lengua para evitar que un objeto sólido pase a través de la garganta) y realizar movimientos masticatorios básicos. “Si se observa que el bebé no cumple con estas condiciones, podría ser mejor esperar”, señala. “El lactante, además, debe tener un buen estado nutricional con adecuado peso y talla”, añade por su parte Castell.
Cómo comenzar con el BLW
Una vez se tenga claro que el bebé cumple todos los requisitos, la familia debe adquirir el compromiso de ponerlo en marcha de manera consensuada y tener claras algunas ideas y recomendaciones:
- “Se debe iniciar en un entorno relajado y calmado, sabiendo que, al principio, el lactante ingerirá cantidades muy pequeñas, por lo que también se recomienda preparar porciones pequeñas”, afirma Castell.
- La lactancia materna o fórmula adaptada tiene que continuar como alimento principal hasta que progresivamente el niño vaya aumentando las cantidades ingeridas, según esta misma pediatra.
- En cuanto a la comida en sí, Castell sugiere que se trate de textura blanda (verduras y carnes o pescados asados o cocinados al vapor), en forma de bastones (finger food) o trozos que el lactante pueda coger con sus propias manos, pero ofreciendo distintas texturas, colores y sabores.
- En casos como la carne o el pescado es probable que se precise triturarlos o desmenuzados parcialmente. Otros alimentos, como el brócoli o la coliflor, se pueden consumir enteros, según explica Castell.
- Esta pediatra también recuerda que hay que tener especial cuidado con alimentos duros, como los frutos secos, y ofrecerlos siempre molidos o picados. Y con alimentos redondos tipo rodajas de salchichas, uvas, tomates cherry o cerezas con hueso por el riesgo de atragantamiento. “Podemos ofrecer estos mismos alimentos en gajos”, incide.
- Progresivamente, también se podrán ofrecer quesos blandos y lácteos como el yogur natural, explica Castell, quien también recomienda evitar alimentos ricos en grasas o azúcares, así como aditivos y ultraprocesados.
- A estos consejos, Nadia Solana recuerda que es importante no dejar solo al bebé mientras come.
- Además, Solana puntualiza que hay que prestar especial atención a los alimentos ricos en hierro y ampliar la oferta de este nutriente mediante las legumbres presentadas en hummus o hamburguesas.
- En cuanto a los alimentos más alérgenos, Solana recomienda introducir los alimentos con una separación de dos o tres días para comprobar que el lactante los tolera bien.
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