El cuento que reivindica el derecho de las madres a conciliar familia y ocio
La escritora Coral Herrera publica ‘Mamá se va de viaje’ en el que reclama una crianza en la que las mujeres cuenten con tiempo libre
“Mi nombre es Manu y os voy a contar una cosa que pasó en mi familia y que nos cambió la vida a todos”, así empieza el cuento Mamá se va de viaje, escrito por Coral Herrera e ilustrado Jorge Morales Carbonell. El relato reivindica el derecho de las mujeres a tener tiempo libre, algo que muchas veces no es tan obvio como parece. El libro empieza el día en que Mariana, la madre, comunica a su familia que va a hacer un viaje con sus amigas más queridas. Y tras la noticia, su pareja e hijos se quedan desolados. Manu, el protagonista de 10 años, relata cómo su mamá logra que todos se pongan en su lugar, que expresen sus emociones, y que reflexionen sobre los derechos fundamentales de las mujeres. Y así, el pequeño ve, por primera vez en su vida, a la persona que está detrás de su madre. Entre todos, se reorganizan y reparten las tareas domésticas para que mamá pueda tener el mismo tiempo libre que los demás. Desde aquel viaje, todo cambió en la vida de la familia.
La idea de hacer este cuento surgió del Ayuntamiento de Humanes (Madrid) que le pidió a Herrera un libro sobre la falta conciliación que tienen que sufrir las mujeres cuando trabajan y tienen hijos. “Los hombres tienen mucho más tiempo libre que las mujeres en el planeta, nosotras tenemos doble o triple jornada laboral”, afirma Herrera, de 43 años. El libro, que ya acumula más de 15.000 descargas desde que se publicó en abril, es gratis. Cuando le propusieron escribirlo le pareció la oportunidad perfecta para desahogarse. “Llevo cuatro años sin dormir cuidando de mi hijo”, afirma Herrera, entre risas. “Estoy exhausta”, denuncia. Al comienzo pensó que quería escribir sobre una mamá que tenía que viajar por trabajo, cosa que a ella le sucede a menudo. No obstante, después empezó a reflexionar sobre el hecho de que una mujer no debería tener que buscar una excusa para poder tener tiempo de ocio sola. En ese momento se acordó que sus amigas de la facultad llevan años reclamándole que hagan un viaje juntas. “Siempre les he dicho que no por la lactancia de mi hijo”, explica esta mujer.
Sin embargo, después de este cuento ya no tiene excusa para decirles que no y se ha apuntado para irse de vacaciones este verano con ellas. “En el libro, quise exponer el trato que reciben las madres dentro de las familias y cómo ellas viven al servicio y cuidado de todos. Sin embargo, esta labor está muy invisibilizada y no se les reconoce su esfuerzo”, afirma Herrera. “Cuando mi hijo se dormía a las siete de la tarde era cuando empezaba mi jornada laboral”, explica esta madre que admite que hace más de cinco años no ve una serie o sale al cine por falta de tiempo de ocio. “Una de las principales reivindicaciones de nosotras las mujeres debería ser el derecho a disfrutar, al placer y tener tiempo para nosotras mismas”, manifiesta. Durante el confinamiento por la pandemia de la covid-19 la escritora cuenta sobre lo difícil que ha sido conciliar. “No podía aislarme, entonces nunca lograba concentrarme realmente para trabajar”, afirma.
Esta madrileña es licenciada en Humanidades y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid. Se doctoró en Humanidades y Comunicación por la misma Universidad con una tesis sobre el amor romántico en Occidente y su relación con el capitalismo, el patriarcado y la democracia. Tras finalizar su doctorado y, debido a la situación de crisis económica en España, se estableció en Costa Rica en donde se enamoró y tuvo a su primer hijo. Ahora viven en Málaga y sus papeles han cambiado. Su esposo se está ocupando de la casa y de su hijo y ella se dedica a trabajar para mantener el hogar. “Al venirnos a España, cambiaron nuestros roles dentro de la pareja y ha sido un proceso muy interesante hacer este libro juntos, mientras que analizamos nuestra propia experiencia”, cuenta Herrera que suele contar sus aventuras en sus redes sociales. “Ahora lo que más me cuesta es delegar en mi pareja”, confiesa.
El tener derecho al cuidado es un tema que han trabajado organizaciones feministas como el club de Malasmadres. “Yo misma me sentí una malamadre en muchas ocasiones”, confirma Herrera que recuerda la primera vez que salió a un concierto y estuvo todo el tiempo sintiéndose culpable de no estar en casa con su bebé. “Tenemos que aprender a conciliar y no solo con la pareja, sino con toda nuestra tribu, porque una vida sin tiempo para divertirse no es calidad de vida”, termina esta mujer.
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