_
_
_
_

La histórica disculpa de Biden por el “pecado” de los internados para niños nativos

El presidente define en Arizona la política de escolarización forzosa como una “mancha en la historia estadounidense”

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante el acto en la comunidad india de Gila River (Arizona).Foto: Reuters | Vídeo: ap
Iker Seisdedos

Joe Biden viajó este viernes a la reserva india de Gila River, al sur de Phoenix (Arizona) para pedir disculpas por primera vez a los nativos estadounidenses por el “pecado”, dijo, del sistema de internados gestionado por el Gobierno federal que durante décadas arrancó a niños y jóvenes de sus familias para llevarlos a lugares en los que sus costumbres y su idioma les eran arrebatados para asimilarlos a la cultura blanca dominante. Era la primera vez que pisaba tierra india desde que es presidente, y definió aquella brutal política como “una mancha en la historia estadounidense”.

“Me disculpo formalmente como presidente por lo que hicimos”, dijo Biden en un sentido discurso que interrumpieron en una ocasión los gritos que le afearon su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. “La política federal de internados indígenas, el dolor que ha causado, es un gran motivo de oprobio, una mancha en nuestra historia. Durante demasiado tiempo, todo esto sucedió prácticamente sin atención pública, no se escribió sobre ello en nuestros libros de historia, no se enseñó en nuestras escuelas. Hace tiempo que [esta disculpa] debería haber llegado (...). Francamente, no hay excusa para que esta disculpa haya tardado 50 años en plantearse”.

El simbólico acto de contrición, que cabe calificar de histórico, es consecuencia de una investigación de varios años encargada por la secretaria de Interior Deb Haaland, miembro de la tribu de los Pueblo de Laguna, natural de Arizona y la primera nativa americana en formar parte de un gabinete presidencial. Haaland es además descendiente de dos supervivientes de aquella política por la que ahora se piden disculpas: sus abuelos fueron separados de su familia cuando eran niños. “Sabemos que el Gobierno federal nos falló”, dijo Haaland antes de que Biden hablara. “Nos defraudó al violar nuestros idiomas, nuestras tradiciones, nuestros modos de vida. También falló a la hora de destruirnos, porque supimos resistir”, añadió.

La investigación concluyó que al menos 973 miembros de los pueblos originarios de Estados Unidos continental, pero también de Alaska y Hawái, murieron en esos internados. Biden reconoció este viernes que “es probable que la cifra real sea mucho, mucho mayor”. El informe calcula que hubo 417 instituciones en 37 estados o territorios asociados, y que funcionaron entre 1819 y al menos 1969. En esos lugares, a los menores les cambiaban el nombre, les cortaban el pelo, les impedían hablar su idioma o practicar su religión. También les sometían a una disciplina marcial. A muchos de los que no lograron sobrevivir los enterraron cerca de los internados.

Fue el descubrimiento de centenares de tumbas de niños indígenas sin marcar en centros educativos similares de Canadá lo que llevó a Estados Unidos a poner en marcha su propia pesquisa.

La visita a Arizona de Biden, que renunció en julio pasado a perseguir la reelección, pero será presidente hasta enero del año próximo, también admite una lectura electoral. Cuando faltan 11 días para la cita con las urnas, este será uno de los siete Estados en los que se decida la presidencia, y la candidata Kamala Harris, a la que algunos sondeos, extremadamente reñidos, dan por perdedora, necesita todos los apoyos para movilizar a los votantes.

Arizona es también el territorio de ese lote de siete con una mayor presencia de nativos estadounidenses (en torno al 6% de la población), un bloque que ha apoyado tradicionalmente a los demócratas. Biden ganó aquí en 2020 por un estrecho margen de apenas 10.000 votos.

Además de elegir presidente, el 5 de noviembre se vota en el segundo distrito de Arizona la candidatura de Jonathan Nez, miembro de la nación Navajo, de la que fue presidente entre 2019 y 2023. Nez aspira a convertirse en el primer representante nativo americano del Estado en el Capitolio. Se enfrenta al republicano Eli Crane, miembro del ala más dura del partido. Las encuestas no dan un ganador claro en esa disputa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_