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Portugal lanza la candidatura del socialista António Costa para el Consejo Europeo con el apoyo del Gobierno conservador

El ex primer ministro contará con el respaldo de Pedro Sánchez, uno de los negociadores de los nuevos cargos en Bruselas. Montenegro dice que hará “todo lo necesario” para ayudar a su antecesor y rival ideológico

António Costa Consejo Europeo
António Costa y Luís Montenegro, durante un café que compartieron en Bruselas a finales de marzo.

Cosas que hacen diferente a Portugal. El primer ministro de centroderecha, Luís Montenegro, arropará el objetivo del socialista António Costa, su predecesor en el cargo, de presidir el Consejo Europeo. No solo lo apoya, sino que hará “todo lo que sea necesario” para ayudarle y ya ha trasladado su posición a algunos dirigentes europeos. Considera que es positivo para el país y, en consecuencia, arrimará el hombro sin caer en resquemores de partido.

Costa llega a la carrera también con el voto favorable de España. Fuentes del Gobierno español confirmaron a EL PAÍS que el presidente Pedro Sánchez respaldará la candidatura del ex primer ministro portugués, con el que ha mantenido una estrecha alianza en el pasado para lograr en Bruselas medidas favorables a los intereses de ambos países ibéricos.

Casi todos a una. Las dos formaciones vertebradoras de la democracia portuguesa, el Partido Socialista y el Partido Social Demócrata (centroderecha), que ahora gobierna dentro de la coalición Alianza Democrática (AD), se alían en esta ocasión para tratar de colocar a un portugués al frente de uno de los órganos de peso de la Unión Europea. De nuevo la maquinaria de la diplomacia lusa se dispone a fajarse para conquistar un alto cargo internacional, como ya ocurrió con António Guterres, secretario general de la ONU, o José Manuel Durão Barroso, expresidente de la Comisión Europea.

Aunque Iniciativa Liberal y Chega han expresado un rechazo explícito hacia el nombramiento de Costa para un alto cargo en Bruselas, carecen de influencia sobre la elección. El antiguo primer ministro socialista cuenta con el respaldo del Gobierno y del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que lleva meses haciendo campaña a su favor.

Un escándalo tan solo “con especulaciones”

Costa dimitió en noviembre debido a una operación de la Fiscalía que examinaba irregularidades en la aprobación de varios proyectos empresariales. En aquel momento, ensombrecido por las sospechas de la Operación Influencer, que llevaron a la detención de su jefe de gabinete, Vítor Escária, y a uno de sus mejores amigos, Diogo Lacerda Machado, se interpretó que Costa tendría que renunciar a sus aspiraciones en Bruselas. Sin embargo, el caso se ha ido desinflando tras pasar por el juez de instrucción y un tribunal de apelación, que no apreciaron indicios que justificasen la apertura de una investigación al entonces primer ministro y consideraron que solo había “especulaciones”. Hace pocos días Costa acudió a declarar ante los fiscales sin que haya sido imputado en el proceso. Sigue abierta la investigación sobre él, pero ha dejado de ser un obstáculo insalvable en Bruselas.

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La AD ganó las elecciones generales por poco en marzo y perdió las europeas también por poco el domingo. Esa noche, en su discurso, Montenegro anunció con el mismo tono triunfal que si Costa fuese correligionario que tendrá todo el apoyo de su Gobierno y de su partido para aspirar a la presidencia del Consejo Europeo. “La Alianza Democrática y el Gobierno de Portugal no solo apoyarán, sino que harán todo lo posible para que esa candidatura pueda tener éxito”, afirmó el primer ministro portugués entre aplausos tibios de la militancia de su partido y de su socio de coalición, el conservador Nuno Melo.

Montenegro desveló que, antes incluso de ser nombrado primer ministro, ya trasladó su respaldo al propio Costa, a los líderes de las organizaciones del Partido Popular Europeo y a varios jefes de Gobierno. Poco después, Costa corroboró sus palabras y deslizó una segunda confidencia en la cadena CMTV: “Yo nunca aceptaría ser candidato a la presidencia del Consejo Europeo sin el apoyo de mi país”. Fue la primera vez que admitió de forma implícita estar en la carrera hacia el Consejo Europeo, ya que también desveló que había contactado con Montenegro, tras ser nombrado primer ministro, para averiguar si tendría su beneplácito. Lo cierto es que en los últimos meses ha redoblado su presencia en actividades relacionadas con Europa.

Los resultados electorales de las elecciones europeas apuntan hacia una presidencia de la Comisión en manos del Partido Popular Europeo, con Ursula von der Leyen repitiendo en el cargo, y una presidencia del Consejo en manos socialistas, tras el retroceso experimentado por la familia liberal. Además de Costa, que goza de las simpatías de los países del sur y también de líderes que están en sus antípodas ideológicas como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, la otra aspirante socialista podría ser la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. Los países nórdicos estarían alineados con Frederiksen, que ha mostrado un papel muy destacado en el apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa. En su contra, pueden pesar las restrictivas políticas migratorias y de asilo que ha desplegado en el país, que han sido criticadas por la ONU.

António Costa y Pedro Sánchez, en Lanzarote en marzo de 2023, durante la última cumbre ibérica que compartieron.
António Costa y Pedro Sánchez, en Lanzarote en marzo de 2023, durante la última cumbre ibérica que compartieron.DESIREE MARTIN (AFP)

Los socialistas europeos han elegido al canciller alemán, Olaf Scholz, y al presidente Sánchez para negociar los próximos cargos de las instituciones comunitarias. Scholz podría haber expresado ya su apoyo al candidato portugués, según publica Expresso. Será crucial también la decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, pero Costa ya tiene en el bolsillo las bendiciones de dos pesos pesados de la política comunitaria, Sánchez y Scholz. Además, goza de las simpatías del Partido Popular Europeo y de Úrsula von der Leyen, aunque el asunto judicial, si no se cierra en los próximos días, será una rémora para que prospere la vía portuguesa.

Aunque el primer encuentro entre jefes de Gobierno de los 27 estados será el próximo lunes 17, cuando está prevista una cena informal, esta semana hay dos citas internacionales donde podrán comenzar los intercambios de pareceres entre algunos dirigentes: la reunión del G-7 a la que acuden Macron, Scholz y la primera ministra italiana Georgia Meloni a partir del jueves, a la que seguirá la cumbre de paz sobre Ucrania que se celebrará el fin de semana en Suiza. La incógnita estará despejada a finales de mes, los días 27 y 28 de junio, cuando está previsto el Consejo Europeo que deberá decidir la sucesión de Charles Michel, actual presidente.

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