Todos contra Mamdani: el alcalde saliente de Nueva York apoya al exgobernador Cuomo para impedir la victoria del progresista
A pocos días de las elecciones municipales, Adams, que dejó la carrera en septiembre, suma su base de votos para impulsar las posibilidades del candidato independiente


Andrew Cuomo, exgobernador del Estado de Nueva York y candidato independiente a la alcaldía de la Gran Manzana, se agarra a un clavo ardiendo para neutralizar a Zohran Mamdani, el demócrata progresista que lidera todos los sondeos de intención de voto para las elecciones del 4 de noviembre. Protagonista de un escándalo de denuncias de acoso sexual de varias colaboradoras que le apartó del poder en 2021, ha recibido este jueves el respaldo del alcalde saliente, Eric Adams.
El regidor, al igual que Cuomo, es un demócrata reconvertido en independiente, pero tan desacreditado políticamente como sólo puede estarlo quien, por eludir un juicio por corrupción —fue acusado formalmente de cinco delitos en septiembre de 2024—, pacta con el mismísimo enemigo, el presidente Donald Trump, a quien ofreció su colaboración en la ofensiva contra la inmigración irregular en la ciudad. Así logró que su caso, que iba a juzgarse la pasada primavera, fuera desestimado. También acaricia un posible puesto en la Administración republicana —algunos apuntan a la Embajada en Arabia Saudí— o, en su defecto, tras el anuncio de hoy, una poltrona en un hipotético ayuntamiento regido por Cuomo.
El actual alcalde ya había dado un espaldarazo a la candidatura de Cuomo al retirar la suya, el 28 de septiembre, con una subida de diez puntos en las encuestas. La noche de este miércoles, el apretón de manos de ambos, durante el partido inaugural de los Knicks en el Madison Square Garden, formalizó ese apoyo un tanto envenenado, ya que Adams no disfruta de buena prensa entre los neoyorquinos. El exgobernador llegó al estadio desde el plató televisivo donde se enfrentó, en el segundo y último debate, a Mamdani y al tercer candidato en liza, el republicano no MAGA Curtis Sliwa.
Sliwa se ha convertido en un curioso contrincante, que no se casa con nadie, ni siquiera con su partido. Ha desoído las peticiones de destacados e influyentes republicanos, como los empresarios locales John Catsimatidis y Sid Rosenberg, de echarse a un lado para favorecer a Cuomo, hasta el punto de abandonar hace tres días un programa de radio en directo, en una emisora con la que colaboraba, al ser presionado sobre su retirada: “Prefería ser empalado que trabajar para Cuomo”. “No hay nada complicado en esto. Se llama democracia. El derecho del pueblo a votar. Y los multimillonarios no quieren que el pueblo tome esta decisión. Confío en el pueblo, no en la élite política ni en los multimillonarios”, explicó después en la CNN. Durante el debate del miércoles, al ser preguntado si aceptaría un hipotético apoyo de Adams, Sliwa clamó entre las risas del público: “Por Dios no, ese delincuente debería estar en la cárcel”. En las últimas semanas, en su enésima muestra de inconsistencia política, el alcalde saliente había sugerido que podría apoyar bien a Cuomo, bien a Sliwa.
El exgobernador de Nueva York, que además de las denuncias de acoso tiene en su currículo otro punto negro (la gestión del coronavirus en las residencias de mayores, con un número de fallecidos sensiblemente superior al reconocido oficialmente), sólo aspira a arañar votos y frenar la ascensión de Mamdani, que en junio ganó por sorpresa las primarias demócratas y le forzó a resituarse como independiente. A falta de un programa solvente, más centrado en vender sus éxitos como gobernador que en políticas municipales para atajar por ejemplo la crisis de la vivienda, Cuomo enarbola el apoyo de empresarios y sindicatos para impedir que el candidato de la corriente demócrata socialista se convierta, a sus 34 años recién cumplidos, en el próximo alcalde de Nueva York.
“Tendremos el mejor alcalde que el dinero pueda comprar, me temo”, explicaba horas antes del debate Helen Grant, miembro de un grupo informal llamado Abuelas por Zohran, en una concentración en Manhattan. “Es el revulsivo que Nueva York necesita, pero todos sabemos cuánto pueden los millones y las presiones de quienes los tienen. Por eso no veo imposible en absoluto una victoria de Cuomo, aunque todos los sondeos favorezcan a Mamdani”. Entre los milmillonarios que a petición de la Casa Blanca apoyan a Cuomo se encuentran Bill Ackman o Ronald Lauder.
El exgobernador ha activado el ventilador para denunciar el supuesto apoyo de Mamdani a la “globalización de la intifada” e incluso “de la yihad global” (Mamdani es musulmán), así como las críticas del demócrata a Israel en Gaza, un asunto que casi monopolizó el primer debate; la petición de desfinanciar a la policía, su escaso rendimiento como asambleísta estatal —fue el segundo más absentista de la actual legislatura—, o, en fin, su acercamiento a figuras contrarias a la comunidad LGTBIQ+, un movimiento del que Mamdani ha hecho bandera.
Cuomo ha criticado especialmente las reuniones del candidato favorito con un influyente imán conservador de Brooklyn o con la viceprimera ministra de Uganda, país donde nació y cuya nacionalidad conserva, que hizo campaña durante años para criminalizar a los gais y llegó a pedir la pena de muerte para ellos. “¿Por qué no dice ‘voy a renunciar a mi ciudadanía porque no quiero ser ciudadano de un país que mataría a los homosexuales?“, espetó Cuomo a Mamdani recientemente.
A la zaga de Mamdani en las encuestas por dos dígitos, el respaldo formal de Adams a Cuomo podría resultar contraproducente, ya que el alcalde alcanzó tras su imputación un índice de aprobación históricamente bajo. Tampoco ayuda su cambio de chaqueta: en los últimos meses, antes de su retirada, había criticado a Cuomo por presionarlo para que abandonara la carrera, llamándolo “serpiente y mentiroso”. Ahora se desdice y apoya a su antaño rival. “Creo que es imperativo concienciar a las comunidades negras y otras minorías que han sufrido la gentrificación sobre la importancia de esta carrera”, ha dicho Adams para justificar su giro. “Han visto cómo aumentaban sus alquileres debido a la gentrificación y han sido ignorados en esos barrios, y yo voy a ir a esos barrios y hablaré personalmente con sus representantes, y voy a recorrer esos barrios con el [ex]gobernador para conseguir su participación”. Tres días antes del inicio de la votación anticipada, este sábado, ya se apunta que harán campaña conjunta, aunque hace sólo unas semanas se detestaran.
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