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El alcalde de Nueva York anuncia que abandona la carrera a la reelección por falta de fondos

El polémico regidor, que desertó de las filas demócratas, tira la toalla tras acercarse a Trump y significarse en la defensa de Netanyahu por “defender a Occidente”

María Antonia Sánchez-Vallejo

Eric Adams, alcalde de Nueva York y candidato a la reelección en noviembre, ha tirado la toalla y abandonado la carrera a poco más de un mes de la cita con las urnas. El regidor, que pese a militar en las filas demócratas protagonizó en los últimos meses un interesado acercamiento al republicano Donald Trump para evitar ser juzgado por un caso de corrupción, se postuló como candidato independiente tras la victoria en las primarias del Partido Demócrata del izquierdista Zohran Mamdani, favorito en los sondeos y cuya llegada a la alcaldía la Administración de Trump está haciendo todo lo posible por evitar.

“A pesar de todo lo que hemos logrado, no puedo seguir con mi campaña a la reelección. Las constantes especulaciones sobre mi futuro en medios de comunicación y la decisión de la Junta Financiera de Campañas (municipal) de retener millones de dólares han afectado a mi capacidad de recaudar los fondos necesarios para una campaña seria”, ha explicado Adams en un vídeo publicado en la red social X.

El alcalde saliente ha reivindicado su campaña “para los marginados, los abandonados y los traicionados por el Gobierno”, así como su “victoria de hace cuatro años [que] se ha materializado en acciones que han hecho de esta una ciudad mejor”, una afirmación que muchos neoyorquinos ponen en duda. Su retirada favorece claramente al exgobernador del Estado Andrew Cuomo, a quien una serie de escándalos sexuales desalojó del poder en 2021. Cuomo, que cuenta con todo el apoyo del neoyorquino Trump para frenar al progresista Mamdani, también se presenta como independiente, aunque procede igualmente de las filas demócratas.

Según diversas fuentes, la aproximación de Adams a Trump —al revés que otros alcaldes demócratas, le ofreció, por ejemplo, su total colaboración en la ofensiva de la Casa Blanca contra la migración irregular— podría granjearle un papel en la Administración republicana mediante un cargo de designación presidencial, como por ejemplo la embajada en Arabia Saudí. Adams 20 días se reunió en Florida con el enviado especial de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff.

Pero aparte de arrodillarse ante Trump desde hace meses, el gesto definitivo de vasallaje de Adams se produjo este viernes, con su asistencia al discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a la Asamblea General de la ONU. Tras reunirse con él “para agradecerle su defensa del mundo occidental y nuestra forma de vida”, Adams publicó un mensaje proisraelí en la página oficial de la alcaldía: “Como su alcalde, mi juramento es proteger a los neoyorquinos contra todos los enemigos, tanto extranjeros como nacionales, y el primer ministro Netanyahu expuso claramente que aquellos que piden la muerte de los judíos en todo el mundo también están pidiendo la muerte de los estadounidenses”.

Nueva York, la ciudad con mayor población judía fuera de Israel, es el escenario del cisma, cada vez más profundo, entre los judíos del establishment, alineados con la política del Gobierno israelí, y los más progresistas, que desde octubre de 2023 se manifiestan en las calles en contra de la acción militar israelí en Gaza y en demanda de un alto el fuego. Los campus han sido epicentro de esta confrontación existencial.

A Adams, que ha rezado en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, no se le escapa la importancia del voto judío en las elecciones neoyorquinas, de ahí su encendida defensa de Netanyahu e Israel; la desafiante beligerancia de Netanyahu ha resonado de nuevo en la campaña municipal. “En un momento en que gran parte del mundo le está dando la espalda al Estado judío de Israel, el alcalde de la comunidad judía más grande fuera de Israel debe permanecer firme en nuestro apoyo a Israel, su derecho a defenderse, eliminar a Hamás y traer a cada uno de sus rehenes a casa”.

Adams fue imputado por corrupción en septiembre de 2024 por supuestamente recibir dinero de Turquía para hacer la vista gorda ante las irregularidades en la construcción del nuevo consulado turco en Manhattan. Su acercamiento a Trump, al que llegó a visitar en su mansión de Mar-a-Lago antes de las presidenciales de 2024, logró ablandar al republicano, que dio órdenes al Departamento de Justicia para el sobreseimiento del caso, con un polémico alud de dimisiones de funcionarios como resultado. Para muchos de quienes le votaron en 2021, el remate de su descrédito fue su oferta de colaborar con los agentes federales de inmigración en la gran caza de extranjeros en situación irregular lanzada por la Casa Blanca en enero pasado. De ahí que sus expectativas de victoria se redujeran sensiblemente entre quienes le habían votado y otros demócratas que se plantearan hacerlo.

Todas las encuestas dan a Mamdani entre 15 y 20 puntos de ventaja sobre Cuomo en la votación del 4 de noviembre, y una ventaja aún mayor sobre el candidato del Partido Republicano, Curtis Sliwa, fundador de una patrulla de autodefensa ciudadana llamada Ángeles de la Guarda. Por Sliwa no apuesta ni siquiera su jefe de filas, el presidente de EE UU, sabedor de que en Nueva York la proporción de voto favorece por cuatro a uno a los demócratas.

Trump, que ha amenazado con detener al “comunista” Mamdani, ha intervenido de modo constante en la campaña, con llamamientos a Adams y Sliwa a retirarse y amenazas de que podría “tomar” Nueva York —ya lo ha intentado con Washington, con el despliegue de la Guardia Nacional— o retirarle la financiación federal si Mamdani, que sí condena las atrocidades israelíes en Gaza, gana las elecciones.

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