El Gobierno de Georgia criminaliza las protestas de la oposición tras unos disturbios frente al palacio presidencial
Los opositores acusan al Ejecutivo de usar un incidente aislado para empañar un año de manifestaciones pacíficas


Los choques entre unas decenas de manifestantes y policías a las puertas del palacio presidencial en Tbilisi, en la noche del sábado, han servido al Gobierno de Georgia para intentar criminalizar las protestas pacíficas masivas que, desde hace más de un año, convoca la oposición contra sus políticas represivas. El primer ministro, el prorruso Irakli Kobakhidze —que en diciembre paró en seco el proceso de futura adhesión del país a la UE—, ha afirmado además este domingo, sin aportar pruebas, que “diplomáticos extranjeros apoyaron directamente las acciones opositoras de ayer, cuyo objetivo declarado era el derrocamiento del orden constitucional”.
El incidente, del que se desvinculan los partidos opositores, tuvo lugar tras unas elecciones municipales celebradas el mismo sábado y que ganó el partido gobernante. Los comicios habían sido boicoteados por la oposición, que no reconoce los resultados de las elecciones parlamentarias de 2024 ni la destitución de la presidenta Salome Zourabichvili en octubre del mismo año. En las elecciones locales del sábado, a las que los partidos opositores rechazaron presentarse —salvo dos, Lelo y Gajaria por Georgia—, Sueño Georgiano obtuvo el 80,79% de los votos y se adjudicó 64 alcaldías.
Decenas de miles de georgianos se concentraron el sábado en la céntrica avenida Rustaveli de la capital para protestar contra un Ejecutivo que consideran ilegítimo. En paralelo, un pequeño grupo de decenas de personas se desvió hacia el Palacio Orbeliani, la residencia del nuevo presidente, Míjeil Kavelashvili. Allí, el choque con la policía derivó en algunos incendios callejeros y el uso de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad.
Kobakhidze ha aprovechado el incidente para acusar a toda la oposición en su conjunto de “intentar derrocar el orden constitucional” y para denunciar una supuesta injerencia extranjera procedente de Occidente. El primer ministro instó a Estados Unidos a retomar relaciones con su Gobierno, pero se dirigió especialmente a la UE, de donde, según él, “proviene la mayor hostilidad hacia el pueblo de Georgia por el apoyo [de este] a Sueño Georgiano”.
El partido de Kobakhidze, dirigido en la sombra por un empresario con vínculos con Moscú, Bidzina Ivanishvili, copió de Rusia una serie de leyes represivas —como la legislación de agentes extranjeros—, al mismo tiempo que trataba de infundir temor entre la población al argumentar que el acuerdo firmado para su futura adhesión a la Unión Europea podría llevar a una invasión rusa. Los observadores internacionales de los comicios de 2024 constataron estas presiones sobre los votantes.
La oposición se desvincula de los disturbios
Todos los partidos de la oposición se desvincularon de inmediato del conato de violencia del sábado. “Esta burla de intento de tomar el palacio presidencial solo podía ser organizada por el régimen para desacreditar 310 días de protestas pacíficas del pueblo georgiano”, ha denunciado Zourabichvili, que fue presidenta entre 2018 y 2024, a través de su perfil en X.
Sin embargo, Murtaz Zodeleva, miembro del Movimiento Nacional Unido, fundado por el expresidente Mijaíl Saakashvili, llamó durante su arenga al público de este sábado a “exigir las llaves del palacio presidencial”. Esta agrupación obtuvo el tercer puesto en las elecciones presidenciales de 2024 con 16 de 150 escaños.
La expresidenta georgiana ha mencionado las manifestaciones pacíficas desatadas desde el nombramiento del nuevo presidente por las Cámaras en diciembre de 2024, dos meses después de los comicios parlamentarios. “Como presidenta legítima rechazo formalmente esto (los disturbios) y continúo apoyando a mi pueblo pacíficamente hasta que ganemos unas nuevas elecciones”, ha agregado Zourabichvili.
Una cabeza visible de las protestas pacíficas, la cantante de ópera Paata Burchuladze, fue arrestada por la policía en el hospital al que fue trasladada por intoxicación de gases lacrimógenos. “Me someteré a un examen médico y regresaré con los manifestantes”, dijo en declaraciones a los medios antes de ser apresada.
Cuatro líderes de la alianza opositora Coalición por el Cambio permanecen detenidos. “La lucha contra el régimen continuará”, ha advertido la plataforma a través de un comunicado.
“La única fuente de desestabilización, crisis y violencia en Georgia es Ivanishvili y su sistema represivo. Por ello hoy aparecen nuevos presos políticos en el país”, agrega el mensaje de la coalición opositora.
El partido gobernante ha maniatado a los medios independientes con su ley de agentes extranjeros. Una de las televisiones oficialistas, Imedi TV, publicó una supuesta conversación entre uno de los líderes de las protestas de este sábado y el exministro de Defensa Bacho Ajalaia en la que defendían que eran necesarias “sangre” y “cabezas rotas”. La plataforma Detector de Mitos de la Fundación para el Desarrollo de los Medios reveló no obstante que más del 75% de la conversación había sido generada por inteligencia artificial.
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