Israel amenaza a Hamás con anexionar partes de Gaza si no libera a los rehenes
El movimiento islamista acusa al Gobierno de Netanyahu de buscar “venganza” en vez de una “negociación” con la nueva escalada sobre la Franja


La protesta de miles de personas en la calle reclamando, entre otras cosas, el regreso acordado de los rehenes no está sirviendo para que el Gobierno de Israel mueva un ápice su postura, favorable a priorizar la vía bélica en la guerra de Gaza. Guiado por las órdenes del primer ministro, Benjamín Netanyahu, espoleado a su vez por las presiones del sector más ultranacionalista del gabinete, el ejército se adentra cada día más en la nueva escalada militar sobre la Franja. Este viernes ha sido el ministro de Defensa, Israel Katz, el que ha dado una nueva vuelta de tuerca en la estrategia, que ignora el trabajo de los mediadores de Qatar y Egipto: cuantos más días tarde Hamás en retomar la liberación de secuestrados, más territorio de Gaza va a ir ocupando Israel para anexionarlo. El ministro ha añadido, además, que van a intensificar como medida de presión los ataques por tierra, mar y aire; desplazar de manera forzosa a más población y aplicar, si es necesario, el plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de vaciar el enclave y que Washington se haga cargo de él.
El grupo islamista, por su parte, entiende que esta nueva operación militar busca “venganza”, y no “negociación”, y que eleva el peligro de un conflicto regional, según el máximo responsable del movimiento en el exterior, Jaled Meshal, que abordó el conflicto en un foro online el jueves. Hamás insiste ―lo hace a diario― en que sigue comprometido con la hoja de ruta del alto el fuego pactada en enero y de la que se ha apartado el primer ministro israelí hace semanas y, especialmente, desde que el pasado martes retomó los bombardeos sobre Gaza, donde los muertos superan ya el medio millar en esta nueva ofensiva. En respuesta armada a estos ataques, el grupo islamista lanzó el jueves tres misiles hacia territorio israelí que no causaron víctimas mortales ni daños materiales.
Este viernes ha negado a través de un comunicado (en árabe, hebreo e inglés) lo publicado por el diario israelí Yediot Ahronot, que ha informado del supuesto fin de las negociaciones, en las que median Qatar, Egipto y EE UU, al tiempo que confirma que “se mantiene comprometido todavía” de manera “responsable y seria” con ese proceso. Asimismo, añade, sigue discutiendo la propuesta del enviado estadounidense, Steve Witkoff ―siempre que eso suponga el paso a la segunda fase del alto el fuego, agrega― y “todas las demás ideas y para lograr la liberación de prisioneros [en referencia a los rehenes], el fin de la guerra y la retirada de Gaza” de las tropas israelíes.
Esa segunda etapa, a la que Israel no ha querido pasar, preveía el fin de la guerra y la retirada definitiva del ejército. Pero, “la ocupación busca, a través de este plan, chantajear al movimiento Hamás recuperando a los prisioneros [rehenes] de la primera fase del acuerdo, sin entrar en los derechos de la segunda fase de calma sostenible y la retirada completa de la ocupación”, entiende Jaled Meshal, según palabras recogidas por Hamás de su intervención del jueves. El alto cargo señala que “al reanudar la guerra y detener las negociaciones”, Israel busca “vengarse de lo ocurrido el 7 de octubre [de 2023, cuando comenzó la guerra con el ataque de Hamás], y no simplemente ejercer presión negociadora para alcanzar nuevos resultados en relación con el intercambio de prisioneros”.
Katz, sin embargo, ha querido lanzar un contundente mensaje: “Si Hamás sigue negándose a liberar a los rehenes, he dado instrucciones a las Fuerzas de Defensa de Israel [IDF, según sus siglas en inglés] para que tomen más territorio mientras evacúan a la población, y que amplíen las zonas de seguridad alrededor de Gaza para proteger a las comunidades israelíes y a los soldados, mediante el mantenimiento permanente del territorio por parte de Israel. Cuanto más insista Hamás en su rechazo, más territorio perderá, que será anexionado por Israel”. El anuncio de este viernes, sin embargo, parece contradecir lo que afirmó la víspera el ministro, cuando aseguró que el incremento de la presión militar “está afectando a la posición de Hamás”.
El ejército, como en días anteriores, ha emitido órdenes de desplazamiento forzoso a la población del enclave. En esta ocasión, lo ha hecho tras activarse las alarmas por el lanzamiento de un proyectil hacia la ciudad de Ashkelon, en la costa mediterránea.
El ministro no ha ofrecido detalles del aumento del despliegue militar, que se une al bloqueo impuesto desde principios de marzo a la llegada de ayuda humanitaria a la Franja, adonde el Gobierno israelí impide el acceso de los periodistas. Este mismo viernes, Cruz Roja ha informado de que la falta de combustible solo permite funcionar a 23 de las 53 ambulancias de que dispone en la Franja. Por su parte, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en inglés) advierte de que la harina disponible para preparar pan, alimento esencial en medio de la escasez, puede que se acabe en menos de una semana.
Israel se ha embarcado en la guerra más larga de su historia y volver a movilizar a decenas de miles de reservistas, muchos de ellos trasladados en las últimas semanas desde Gaza a Cisjordania, no es una medida que vaya a lograr el aplauso general. De hecho, los manifestantes que cada día toman las calles de Jerusalén, especialmente en el entorno de la residencia del primer ministro, no solo lamentan que se ponga en riesgo la vida de los rehenes, sino también la de los militares israelíes e, incluso, la de palestinos inocentes.
Hasta el momento, solo 8 de los casi 200 cautivos que han vuelto a Israel, vivos o muertos, lo han hecho gracias a operaciones de rescate del ejército. En estos momentos quedan 59 rehenes, de los que más de la mitad han sido dados por muertos. Son el principal activo negociador con el que cuenta Hamás, que ha grabado vídeos propagandísticos para presionar a Netanyahu. En uno de ellos, publicado hace tres semanas, se ve a los dos hermanos Horn despidiéndose en una dolorosa ceremonia instantes antes de que uno de ellos, Iair, fuera liberado y el otro, Eitan, se quedara con sus captores. Eitan es uno de los 59 secuestrados en manos de las milicias de la Franja.
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