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Los familiares de los rehenes israelíes en Gaza pendientes de liberar: “Reanudar la guerra los condenaría a la muerte”

El padre de uno de los cautivos acusa a Netanyahu de “torpedear” el alto el fuego con Hamás que firmó en enero. Todos insisten en la importancia de cumplir lo acordado y poner fin al conflicto

Cientos de personas se manifiestan en Tel Aviv en apoyo a los rehenes secuestrados en Gaza por Hamás, este sábado.
Cientos de personas se manifiestan en Tel Aviv en apoyo a los rehenes secuestrados en Gaza por Hamás, este sábado.Itai Ron (REUTERS)
Antonio Pita

Hace apenas cuatro horas que Hamás ha difundido su último vídeo propagandístico, que toca muy de cerca a Dalia Cusnir-Horn. Muestra la despedida en Gaza de sus cuñados Iair y Eitan Horn, dos rehenes con nacionalidad argentina e israelí, antes del regreso del primero a Israel el 15 de febrero, en uno de los canjes de la primera fase del alto el fuego concluida este sábado con un futuro delicado. Eitan solo recobrará la libertad en la segunda fase, la que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, rechaza negociar desde hace tres semanas (en vulneración del acuerdo de alto el fuego que firmó el pasado enero), por lo que la escena es atroz. Llora, abraza a Iair, admite que está enloqueciendo y dice: “No sé cómo consigo hablar tranquilo. ¿Mi hermano sale y se salva y yo me quedo? ¿Y aún tengo que escuchar que no queréis pasar a la segunda fase? ¿Os habéis vuelto locos? […] ¿Qué habéis hecho año y medio [de guerra]? ¿Cuánta gente más queréis matar? Da igual si es judío, musulmán, israelí, palestino… ¿¡Matar a todos!? ¡Firmad la fase dos y tres! ¡Basta de guerra!”.

Pese a lo frescas que tiene en la retina las imágenes del vídeo, Dalia habla con entereza. La de 16 meses “enfocada” en la lucha por la liberación de los rehenes y evitando imaginar los reencuentros para no decepcionarse, tras tantos anuncios inminentes de acuerdo que luego quedaron en nada. “Vimos el vídeo en el [canal de la red] Telegram de Hamás. Luego el ejército nos avisó. Sí, lamentablemente, seguimos los canales de Hamás y buscamos información por todos lados. Nada, es horrible”, afirma en conversación con este diario tras participar en la manifestación en Tel Aviv que organiza cada sábado el principal foro de representación de las familias.

Paradójicamente, el vídeo le ha dado una cierta “tranquilidad”, por ser el primero que muestra a Eitan tras 16 meses de cautiverio. Ya sabían que estaba vivo, porque su hermano liberado les contó que estuvieron juntos hasta la víspera. Pero a la vez, añade Dalia, es un recordatorio más de la “urgencia” de sacar de allí cuanto antes a los al menos 24 rehenes dados por vivos. “Se lo ve mal, desesperado. El lenguaje corporal […] No hay un segundo para esperar”.

Dalia cuenta que la separación entre hermanos ha sido tan traumática que Iair ha aceptado atención médica física y toma medicamentos, pero se niega a empezar un proceso de rehabilitación psicológica hasta que no salgan los 59 rehenes restantes, entre vivos y muertos, que Hamás se ha comprometido a entregar en la segunda y tercera fase del alto el fuego. Por eso, pide al mundo entero implicarse en la causa y asegurar a través de acuerdos un futuro sin Hamás en Gaza, porque reanudar la guerra sería “condenar a muerte” a los rehenes que quedan con vida, bien por los propios bombardeos israelíes, porque Hamás se vengase asesinándolos o por hambre.

Amigos de la familia Horn reaccionan a la ceremonia en Gaza de entrega de Iair, el pasado día 15 en la localidad israelí de Kfar Saba.
Amigos de la familia Horn reaccionan a la ceremonia en Gaza de entrega de Iair, el pasado día 15 en la localidad israelí de Kfar Saba.Matan Golan (SOPA Images/LightRocket/Getty)

“Es obvio que la guerra tiene que terminar. No pueden morir más soldados nuestros y Hamás no va a ser eliminado […] Lo que Israel no consiguió en 16 meses de lucha lo tiene que conseguir ahora a través de acuerdos”, resume.

Retomar los bombardeos masivos con más dureza que en los 16 meses previos —en los que mataron a más de 48.000 personas, sobre todo menores y mujeres, y llenaron Gaza de escombros— es justo lo que piden los socios ultranacionalistas de Netanyahu y con lo que amenaza casi a diario el propio primer ministro. El pasado día 23, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que Netanyahu no estaba “dividido” en torno a reanudar o no la guerra, sino que “quiere entrar” en Gaza. Este domingo, el primer ministro israelí cortó el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza para forzar a Hamás a entregar la mitad de los rehenes en un día sin el compromiso (que figura en el pacto) de que llevará al fin de la guerra. El vicepresidente del Parlamento, Nisim Vaturi, del partido de Netanyahu, abogó la semana pasada en una entrevista radiofónica por ser menos “considerado” y separar a las mujeres y niños de los varones adultos y matar a todos los últimos, porque “no hay inocentes” en Gaza y sus civiles son “escoria” e “infrahumanos”.

Un hijo en un túnel

Hagai Angrest también se juega mucho estos días con la reanudación o no la guerra. Su hijo Matan es otro de los 24 rehenes presumiblemente con vida. Tenía 20 años y cumplía el servicio militar (obligatorio al menos 32 meses para la mayoría de hombres) el 7 de octubre de 2023 en la base de Nahal Oz, tocando con Gaza. Fue el único de los cuatro soldados de su escuadra que sobrevivió al ataque sorpresa de hasta 60 milicianos de Hamás.

El pasado día 12, gracias a los relatos de uno de los rehenes liberados, Hagai recibió una confirmación de primera mano de que su hijo está en un túnel, herido, pero vivo. La anterior fue un vídeo, de septiembre de 2024, del que —explica el padre— solo dieron permiso para difundir la voz (“para protegerlo, es algo que le acompañará toda la vida”, aclara), pero se plantean ahora hacerlo —con imagen y sin editar— si “no hay alternativa”, como herramienta de presión.

Un momento de la manifestación de este sábado en Tel Aviv en apoyo de los rehenes secuestrados por Hamás.
Un momento de la manifestación de este sábado en Tel Aviv en apoyo de los rehenes secuestrados por Hamás. Itai Ron (REUTERS)

Hagai, de 50 años, ha manifestado en el pasado su confianza en Netanyahu. Ahora lo acusa abiertamente de “torpedear el acuerdo” con Hamás. Insiste en la necesidad de pasar a la segunda fase de la tregua y se opone a la propuesta de prorrogar la primera, por dos motivos.

Uno es más personal: no incluiría a su hijo, porque los soldados serán previsiblemente los últimos liberados. El otro, más general: “Netanyahu asumió un compromiso, junto con los mediadores: detener la guerra, intercambiar cautivos y retirarse de Gaza. Es lo que firmó y lo que hay que hacer. Luego, si hay una vulneración [por parte de Hamás] habrá que encargarse de eso”, argumenta. Una primera fase ampliada, agrega, “no sacará a todos y supondrá una condena a muerte para el resto”.

Sensación general

En las manifestaciones de los sábados, algunos cuidan más las palabras, otros menos. Están unidos por una tragedia común, pero tienen diferencias ideológicas. La sensación general en los últimos días es, sin embargo, que nadie se lleva a engaño sobre lo que está pasando: Netanyahu boicotea el mismo pacto que llevaba al menos ocho meses sobre la mesa de negociaciones (“exactamente igual”, admitió el anterior presidente de EE UU, Joe Biden) y que acabó firmando el pasado enero, días antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Lo ha dicho con todas las letras este sábado Einav Zangauker en la manifestación en Tel Aviv. No es solo la madre de uno de los rehenes, Matan, sino también una exadmiradora de Netanyahu que pertenece a la histórica base social su partido, el derechista Likud. En diciembre prometió convertirse en su “peor pesadilla”, tras acusarle de mentirle abiertamente y de haber decidido “sacrificar” a algunos rehenes en el altar de la victoria total contra Hamás.

“Netanyahu ha enterrado el pacto y no está dispuesto a hablar de la segunda fase”, aseguró a los medios en Tel Aviv leyendo de un papel. “En vez de una verdadera negociación, envió una delegación falsa, con una propuesta falsa para boicotear el pacto y culpar luego a Hamás. Ha creado la crisis en las negociaciones […] Hay un acuerdo que se puede aplicar mañana mismo por la mañana: fin de la guerra y el regreso de todos [los rehenes] a la vez. Pero Netanyahu nos arrastra de vuelta a una guerra fútil”. A la entrada de la ciudad, un marcador electrónico en un rascacielos marcaba el número de días que llevaban en cautividad (512) con una frase en hebreo: “Os esperamos a todos”.

Yulie Ben Ami, de 28 años, es la otra cara de la moneda. Ha visto regresar con vida a sus padres, capturados en el kibutz Beeri. Su madre, Raz, en el primer canje con Hamás, en noviembre de 2023. Su padre, Ohad, el pasado día 8, en el segundo. Vive en Beeri, al lado de Gaza, y admite que le resulta “muy difícil” asumir que Hamás pueda quedar allí al mando tras lo vivido, pero le importa más que el resto de familias experimenten lo que ella al ver de vuelta a sus padres. “Hace mucho que llegó el momento de terminar la guerra. Pero ahora, además, vemos que sí, que es posible que vuelva la gente”. “Hay vidas que salvar. Después, [será] lo que sea. Si [el dilema] es Hamás [en el poder] o los rehenes, elijo los rehenes”.

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Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
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