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Las llegadas irregulares de migrantes en la UE cayeron un 39% en 2024

Pese a que las entradas están en mínimos desde 2021, el debate migratorio se ha calentado en el último año. Casi 47.000 personas llegaron a Canarias, la cifra más alta desde que hay registros

Migrantes
Casi 120 migrantes llegaron a Canarias en un solo día, el pasado 7 de enero.Adriel Perdomo (EFE)
Manuel V. Gómez

El debate sobre migración y asilo en la UE no dejó de crecer el año pasado. Y lo hizo casi al mismo ritmo en que cayó el número de llegadas irregulares. En 2024, entraron 239.000 personas de esta forma, un 39% menos que en el ejercicio anterior, según los datos divulgados este martes por Frontex, la agencia europea de control de las fronteras exteriores en la UE. Esta es la cifra más baja desde 2021, un año todavía marcado por la pandemia y las grandes restricciones a los movimientos que impuso en todo el mundo.

La caída de las llegadas por vía marítima y terrestre se ha producido en casi todas las rutas, excepto en la de Canarias. Al archipiélago español, en cambio, han llegado en 12 meses casi 47.000 personas, un incremento del 18% respecto a 2023 que eleva el dato a niveles no registrados desde que hay cifras, 2009.

El desplome en las llegadas irregulares al conjunto de la UE se debe, principalmente, a la menor salida de personas desde Túnez y Libia, países que sirven de plataforma de origen en la ruta del Mediterráneo central, la más utilizada en 2023. La caída ha sido de tal magnitud que se ha recortado a más de la mitad las entradas a través de Italia y las islas cercanas (Malta, Lampedusa, Sicilia, Córcega) que se produjeron el año anterior.

También bajaron muchísimo las entradas a través de los Balcanes Occidentales, otra de las rutas que en otros momentos ha sentido la presión de las llegadas irregulares. Por esa vía, que afecta principalmente a Croacia y Hungría, solo han llegado 21.520 personas en 2024, un 78% menos que el año anterior.

Ambos desplomes han convertido al Mediterráneo oriental en la puerta de entrada más utilizada el año pasado. La subida no fue muy significativa, un 14%, pero ha sido suficiente para convertirse en la ruta más transitada con 69.436 llegadas.

Las cifras publicadas por Frontex muestran también cómo Rusia y Bielorrusia utilizan cada vez más la migración irregular para desestabilizar a sus vecinos occidentales. El año pasado se triplicaron las llegadas a las fronteras de Polonia, Finlandia y las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania): en total 17.000.

Este último incremento ha sido uno de los que ha dado argumentos a quienes mezclan el debate migratorio con el de seguridad. Al convertir este fenómeno en una herramienta de guerra híbrida por parte de vecinos hostiles, como Rusia y Bielorrusia, los países afectados, especialmente Polonia, han anunciado pasos para endurecer el derecho de refugio y asilo en sus Estados. Por ejemplo, el primer ministro polaco, Donald Tusk, llegó a advertir de que iba a suspender la concesión del estatus de refugiado y llevó la situación al Consejo Europeo, donde el resto de mandatarios aceptó que esta situación tiene un gran componente de seguridad.

Sin embargo, el debate sobre migración que más energías ha consumido durante el pasado año ha sido el de si tenían que abrirse campos de deportación en terceros países para que los solicitantes de asilo esperasen a que se tramite su solicitud. De hecho, en la última carta que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, remitió a los jefes de Estado y de Gobierno antes de la cumbre de diciembre, se mostró abierta a estudiar la idea para conocer el encaje jurídico y económico que podría tener, a pesar de que en Italia por el momento ha cosechado un sonoro fracaso.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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