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Netanyahu destituye al ministro de Defensa, Yoav Gallant, en un momento crítico de la guerra

Llueven las críticas sobre el primer ministro israelí, solo apoyado por el sector más radical de su Gobierno, mientras se suceden los llamamientos a tomar las calles

Protestas frente a la residencia de Netanyahu en Jerusalén este martes tras conocerse la destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant.
Protestas frente a la residencia de Netanyahu en Jerusalén este martes tras conocerse la destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant.ABIR SULTAN (EFE)
Luis de Vega

“Tu mandato terminará en las 48 horas siguientes al envío de esta carta. Me gustaría agradecerte tu trabajo como ministro de Defensa”, dice la carta del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fechada este martes 5 de noviembre. Por medio de esta misiva, se ha anunciado la destitución de Yoav Gallant, compañero de Netanyahu en el derechista partido Likud argumentando diferencias en la manera de gestionar la guerra en Gaza y Líbano. Lo hace, además de rodeado de críticas por la medida adoptada, con el país bajo un conflicto enquistado, sumido en la violencia y la incertidumbre.

De inmediato, el centro de Tel Aviv se ha convertido en escenario de protestas mientras cientos de personas trataban de cortar el tráfico en una de sus arterias principales. Al tiempo, se suceden los llamamientos a tomar las calles en otros lugares del país. Unas 1.000 personas rodean el entorno de la residencia del mandatario en el centro de Jerusalén y se organizan marchas en otras regiones del país. “Esta es una noche en la que ninguno sabemos qué va a pasar en el mundo”, ha señalado en referencia a los comicios en EE UU y las protestas Eliazar Waldman, de 37 años, uno de los manifestantes ante la casa de Netanyahu, donde cientos de personas han gritado a favor de la liberación de los rehenes en Gaza y contra la destitución del ministro. Shaman, la mujer de Waldman, también de 37 años, añade que temen que la vida de los cautivos esté ahora más en peligro.

Netanyahu y Gallant habían chocado en varias ocasiones a lo largo de los 13 meses de guerra en los que el primer ministro ha tratado siempre de imponer su línea dura al ejército, lo que era interpretado como un portazo a la posibilidad de lograr una tregua, liberar a los secuestrados en Gaza y avanzar hacia el final de la guerra.

El sustituto de Gallant, en un momento crítico del conflicto, será el hasta ahora ministro de Exteriores, Israel Katz. El nuevo jefe de la diplomacia será Gideon Saar, fichado como ministro sin cartera del Ejecutivo hace solo un mes en medio de rumores de la salida de Gallant. Fuentes próximas al jefe del Gobierno no descartan nuevas destituciones y apuntan al jefe de las Fuerzas Armadas, el general Herzi Halevi, y al jefe de los servicios secretos internos (Shin Bet), Ronen Bar, según informa el diario Haaretz.

Para justificar la destitución, Netanyahu ha aludido a una “crisis de confianza” que ha ido en aumento y que impide que Gallant se mantenga al frente del ministerio porque ha realizado declaraciones y llevado a cabo actuaciones que “contradicen las decisiones del Gobierno”, según unas palabras grabadas en vídeo. Según él, los enemigos de Israel se han beneficiado incluso de esas fracturas internas en el gabinete al ser más que evidentes. Gallant, por su parte, ha remarcado: “La seguridad del Estado de Israel siempre ha sido y seguirá siendo la misión de mi vida”.

El primer ministro ha anunciado los cambios mientras los frentes de Gaza y Líbano permanecen abiertos con un elevado nivel de muertos y destrucción, Irán ha prometido responder al último ataque israelí y todavía quedan 101 rehenes secuestrados en la Franja. Hace más de dos meses que no sale, ni vivo ni muerto, ninguno de ellos de Gaza. Mientras, las familias han ido asumiendo que en torno a la mitad podrían estar ya muertos. Todo esto ocurre sin que se atisbe un acuerdo de alto el fuego pese a que se retomaron los contactos hace dos semanas tras dos meses congelados.

Aplauso de los ultras

Las reacciones a los cambios en el Gobierno no se han hecho esperar en un día en el que el país, además de seguir los diferentes frentes de la contienda, tiene su atención puesta en las elecciones presidenciales que este mismo martes celebra su principal aliado, Estados Unidos. Por un lado, desde el ala más radical del Ejecutivo se ha celebrado la salida de Gallant. El responsable de la cartera de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, un colono ultranacionalista que pese a los más de 43.000 muertos en Gaza pide más mano dura, ha felicitado a Netanyahu, según ha publicado en su perfil de la red social X (antes Twitter). Ben Gvir considera a Gallant un lastre para la “victoria total”. “El primer ministro ha hecho bien al destituirlo”, ha concluido.

Por el contrario, el foro que agrupa a las familias de los secuestrados, tanto civiles como militares, expresa a través de un comunicado su “profunda preocupación” por la decisión de Netanyahu y “por cómo este cambio repentino puede afectar el destino de los 101 rehenes”. En todo caso, reclaman ya a Katz que “dé prioridad a un acuerdo” y “trabaje en estrecha colaboración con los mediadores y la comunidad internacional para garantizar la liberación inmediata” de todos ellos. “La principal obligación del ministro de Defensa es garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos [...]. Nuestro futuro como sociedad depende del regreso de todos los rehenes y del fin de esta guerra”, añaden.

Para el líder opositor Yair Lapid, que llama a los ciudadanos a protestar en las calles, la caída de Gallant supone “un acto de locura”. “Netanyahu está vendiendo la seguridad de Israel y a los combatientes del ejército para su vergonzosa supervivencia política”, agrega Lapid en X.

La crisis de gobierno coincide con un nuevo escándalo que salpica al primer ministro después de que se haya sabido que las filtraciones llevadas a cabo por algunas personas de su entorno hayan podido perjudicar los contactos y negociaciones para conseguir liberar a los cautivos, según está investigando un tribunal. Netanyahu lo niega, mientras miembros de la oposición y familiares de los rehenes acusan al Gobierno de sabotear las negociaciones.

“Hay una campaña sin precedentes contra la oficina del primer ministro en medio de una guerra”, denunciaba poco antes de la destitución del responsable de Defensa un comunicado. Se trataría, según esta versión, de un intento de “inflar las acusaciones contra el primer ministro y quienes lo rodean”. “Pero el asunto actual tampoco arrojará nada en absoluto”, añade el texto. “Después de un año en el que ha habido una avalancha de filtraciones criminales de las conversaciones del Gabinete de Seguridad y de las discusiones sobre los rehenes y los desaparecidos, que han proporcionado a nuestros enemigos información muy valiosa, las dos únicas investigaciones que se han abierto están dirigidas contra la oficina del primer ministro y no contra los filtradores”, agrega el comunicado.

Einav Zangauker, cuyo hijo Matan es uno de los retenidos por Hamás y otros grupos armados palestinos en Gaza desde octubre de 2023, durante más de un año, ha dicho durante una de las marchas de protesta en Tel Aviv que las filtraciones, aparecidas en los medios Jewish Chronicle, del Reino Unido, y el tabloide alemán Bild, “respaldan las mentiras propagandísticas de Netanyahu para torpedear el acuerdo” que les permita regresar a casa.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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