La UE advierte a Georgia de que peligra el camino de la adhesión a medida que se acerca a Rusia
Bruselas subraya que unirse a los Veintisiete es una “decisión estratégica” que obliga a cumplir unos valores que gobiernos como el de Tbilisi no respetan
Las elecciones parlamentarias del pasado fin de semana en Georgia —plagadas de irregularidades, según la oposición, y cuya victoria se ha atribuido el partido gobernante, muy cercano a Rusia— han confirmado el frenazo en seco del país en su senda hacia la Unión Europea. Este camino se aceleró hace menos de un año, cuando los Veintisiete le otorgaron el estatus de país candidato. En su último informe sobre el estado de la ampliación, la Comisión Europea advierte de que Tbilisi se está “alejando” de la vía europea. Pese a todo, evita cerrar de golpe una puerta que sabe no dudaría en abrir Moscú y le ofrece un “camino claro” de retorno.
Frente al nuevo tirón de orejas a Georgia, cuyo proceso de adhesión está congelado de facto desde la pasada primavera, la Comisión hace una valoración más positiva de los otros dos países que hace un año dieron un salto cualitativo al abrir las conversaciones de adhesión al bloque: Ucrania y Moldavia, pese al shock que ha producido este último país la más que ajustada victoria del sí en el referéndum sobre la adhesión a la UE, algo que Bruselas achaca a la injerencia rusa. En ambos casos, la Comisión dice confiar en poder abrir “lo antes posible, en 2025″, las negociaciones sobre los capítulos concretos de los principios y leyes europeos, empezando por los valores fundamentales.
“La concesión a Georgia del estatus de candidato no ha sido seguida por un compromiso político suficiente de las autoridades para implementar las reformas necesarias para que el país avance en el camino hacia la UE”, señala la comunicación sobre la política de ampliación de la UE de 2024, el último informe al respecto de la Comisión saliente, en cuyo mandato se ha dado un nuevo impulso a la ampliación del bloque. Tbilisi no solo no avanza hacia Bruselas, sino que su Gobierno mira directamente a Moscú: “Georgia no se unió a las medidas más restrictivas relacionadas con Rusia, Irán y Bielorrusia y además ha incrementado los vuelos directos a varios destinos en Rusia”, destaca el capítulo que analiza los pasos y prioridades requeridos. Entre otros, se valora en un “persistentemente bajo” 49% la tasa de alineamiento de Georgia con las declaraciones del alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y las decisiones del Consejo Europeo.
A ello se une ahora la controvertida votación del sábado pasado, de la que el partido en el poder desde hace 12 años, el populista Sueño Georgiano (SG), se ha declarado vencedor pese a las denuncias de irregularidades de la oposición, de la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, y de los observadores internacionales que, como ha subrayado Borrell, “no han declarado que las elecciones fueran libres y justas”.
Esto “consolida la tendencia de las autoridades georgianas en los meses recientes a alejar al país de la UE, de sus valores y principios”, ha subrayado el jefe de la diplomacia europea al presentar el informe anual sobre los países aspirantes a ingresar más pronto o tarde en el bloque comunitario. En este listado están, además de Georgia, Montenegro, Serbia, Albania, Macedonia del Norte, Bosnia-Herzegovina, Ucrania, Moldavia, Turquía y Kosovo, considerado candidato “potencial”.
Pertenecer a la UE, ha subrayado Borrell, es una “decisión estratégica” que requiere un compromiso claro con los valores del bloque y sus alineamientos, sobre todo en momentos de “amenaza existencial” como la que constituye Rusia tras iniciar la guerra contra Ucrania.
Puerta abierta
“Sencillamente, no puedes mantener los lazos con Rusia o intentar seguir como siempre y esperar que tu país vaya a formar parte de la UE. Es lo uno o lo otro”, ha puntualizado el jefe de la diplomacia europea, quien pese a todo no ha querido cerrar la puerta del todo a Georgia.
“Estamos ofreciendo un camino claro para reanudarlo”, ha asegurado el español. Siempre y cuando, ha puntualizado, haya “voluntad política de los líderes de Georgia”. Una señal clara de ello, ha agregado, sería “la derogación de la ley sobre influencia extranjera que tiene un efecto disuasorio en la sociedad civil y los medios, así como de la ley de los denominados valores familiares, porque la discriminación no es un valor de nuestra familia de la UE”, ha recordado en referencia a dos leyes que los Veintisiete han venido denunciando de forma consistente a Tbilisi. Dar marcha atrás en esas normativas, ha insistido, sería considerado como “las primeras señales de un compromiso concreto del liderazgo georgiano”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.