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Julian Assange: “Estoy libre porque me declaré culpable de hacer periodismo”

El fundador de Wikileaks realiza su primera intervención pública tras recuperar la libertad ante una comisión del Consejo de Europa en Estrasburgo

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y su esposa Stella, este martes en Estrasburgo. Foto: Pascal Bastien (AP/LaPress)
Silvia Ayuso

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha roto este martes en Estrasburgo el silencio que mantenía desde que en junio recuperó la libertad de la que estuvo privado durante 12 años para dejar claro que si hoy puede volver a moverse sin miedo a ser arrestado y extraditado a Estados Unidos no es porque haya funcionado el sistema ni las salvaguardias previstas para proteger la libertad de expresión, sino porque cedió a las presiones y se declaró culpable de “hacer periodismo”.

“Quiero ser claro: no estoy libre hoy porque funcionara el sistema”, ha advertido el australiano durante una audiencia de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE). “Si estoy libre, es porque me declaré culpable de hacer periodismo, me declaré culpable de buscar y obtener información de una fuente, y culpable de contar al público esa información. No me declaré culpable de nada más”, ha subrayado al comienzo de dos jornadas en Estrasburgo en las se discutirá, hasta este miércoles, su caso y los “efectos disuasorios en materia de derechos humanos” que ha tenido, especialmente en materia de libertad de expresión. Assange ha pedido que las instituciones responsables “actúen” para que lo que le ha pasado a él por publicar información clasificada “no vuelva a suceder”.

“El periodismo no es un crimen”

“Un periodista no debería ser perseguido por hacer su trabajo, el periodismo no es un crimen, es un pilar de una sociedad libre e informada”, ha subrayado entre aplausos de los parlamentarios, a los que ha pedido que no bajen la guardia en un momento en que la libertad de expresión se encuentra en una “oscura encrucijada” en todo el mundo. “Si hay hoy en Europa un futuro en el que la libertad para hablar y publicar la verdad no sea privilegio de unos pocos, sino el derecho de todos, [ustedes] deben actuar para que lo que pasó en mi caso nunca vuelva a pasarle a nadie”, les ha rogado. Empezando, ha dicho, por revisar las protecciones legales a los informadores, porque “muchas existen solo sobre papel”.

Su presencia en el Consejo de Europea este martes y miércoles, en el que se discute su caso y los “efectos disuasorios en materia de derechos humanos” que ha tenido, constituye la primera salida de Assange de su Australia natal desde que, tras un acuerdo con la justicia estadounidense, fuera liberado a finales de junio de la prisión británica de máxima seguridad donde pasó los últimos cinco años. Es, también, la primera vez que el australiano, de 53 años, rompe su silencio “desde antes de su encarcelamiento, en 2019″, sobre su caso, como ha destacado Wikileaks. Y lo ha hecho para revelar que parte del acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense implica la imposibilidad de que pueda atacar por la vía judicial su acoso durante más de una década, el procedimiento de extradición ni que pueda acceder a registros de su caso mediante la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act, FOIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y su esposa, Stella Assange, durante la audiencia ante el Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en Estrasburgo, este 1 de octubre.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y su esposa, Stella Assange, durante la audiencia ante el Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en Estrasburgo, este 1 de octubre.Stephane Mahe (REUTERS)
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Assange, trajeado y con una barba cuidada, ha acudido a primera hora de la mañana a la sede del Consejo de Europa acompañado de su mujer, la abogada Stella Assange. El australiano no ha hecho declaraciones ante la prensa antes de ingresar a la sala de audiencias, donde ha declarado durante una hora larga ante legisladores de los 46 Estados miembros de la institución con sede en Estrasburgo.

Su declaración se ha desarrollado entre constantes carraspeos y pausas, en un momento que, ha reconocido, sigue intentando “readaptarse” a la vida normal tras más de una década encerrado, primero siete años en la embajada de Ecuador en Londres y luego en una prisión británica de máxima seguridad. “He perdido 14 años de mi vida”, ha dicho en varias ocasiones. Fue en 2010 cuando comenzó el proceso judicial en su contra al ser acusado por la Fiscalía sueca de acoso sexual.

“He recorrido un largo camino para estar aquí, literal y figurativamente”, ha señalado, indicando que el aislamiento al que estuvo tantos años sometido “pasa factura”. “Hablar aquí es un desafío”, ha admitido.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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