Portugal busca a cinco presos muy violentos fugados por el patio de una prisión en horario de visitas
Uno de los evadidos es Rodolfo Lohrmann, ‘El Ruso’, reclamado en Argentina por el secuestro y asesinato de un joven desaparecido en 2003. El suceso desvela carencias en el sistema penitenciario
Los cinco presos peligrosos fugados este sábado de una prisión en Portugal no tuvieron que recurrir a ningún plan sofisticado. Huyeron por el patio durante el horario de las visitas, treparon por cuerdas para escalar el primer muro que custodia el recinto y salvaron la segunda barrera con una escalera ofrecida desde el exterior, donde les aguardaba un coche. Para facilitar las cosas, el sistema de electrificación de la cerca estaba desactivado siempre y una de las cámaras de vigilancia de la cárcel Vale de Judeus, en Alcoentre (unos 70 kilómetros al norte de Lisboa), donde ocurrió la evasión, tampoco estaba operativa. La fuga se registró en otras cámaras a las 9.56 y fue detectada por los vigilantes 40 minutos después.
Los evadidos tuvieron apoyo exterior para planificar todos los detalles y, desde el sábado, son buscados por todo el país. “Se trata de gente muy violenta, que hará cualquier cosa por seguir en libertad”, advirtió el director nacional de la Policía Judicial, Luís Neves, durante una conferencia de prensa este domingo. “Pido a la población que evite tener ningún contacto con ellos”, instó antes de apelar a la colaboración ciudadana para dar información relevante a través del 112.
Uno de los presos fugados es Rodolfo Lohrmann, conocido como El Ruso, de 59 años, y reclamado por las autoridades argentinas. Su historial delictivo es largo y cruento. La banda mafiosa que montó en Argentina se especializó en secuestrar miembros de familias adineradas para cobrar un rescate, aunque el pago de la extorsión a menudo no garantizó la supervivencia de la víctima. A su grupo se le atribuye la desaparición de Cristian Schaerer, un estudiante de 21 años que fue secuestrado en la puerta de su casa en Corrientes el 21 de septiembre de 2003. La familia pagó un rescate de 277.000 dólares, pero el joven nunca fue liberado. La justicia argentina da por hecho que fue asesinado, aunque los detenidos por el secuestro nunca dieron pistas sobre su paradero. En los dos juicios que se celebraron sobre el caso se condenó a 12 personas.
Sobre Lohrmann, además, existe la sospecha de que fue el secuestrador de Cecilia Cubas, hija del expresidente de Paraguay Raúl Cubas, en 2004, cuyo cadáver apareció un año después en un túnel del país. Igualmente, se le implica en el secuestro de dos empresarias paraguayas. Durante años fue el argentino más buscado por Interpol y ha tenido procesos judiciales en España y Bulgaria.
El rastro de El Ruso desapareció durante años hasta que fue detenido en Portugal en 2017 por cinco asaltos a bancos y tiendas de compraventa de oro junto a Horacio Maidana, alias Potrillo, su cómplice en la carrera delictiva tanto en Portugal como en Argentina. Ambos vivían bajo identidades falsas. Fueron condenados a 18 años de prisión por asociación criminal, robo, falsificación y blanqueamiento de capitales.
El pasado 6 de marzo Rodolfo Lohrmann fue trasladado desde la prisión de Monsanto a la de Vale de Judeus, de menor seguridad, por decisión de un tribunal penitenciario y contra el criterio técnico de la prisión. El argentino presentó un recurso contra la decisión de la Dirección General de Servicios Penitenciarios, que se había negado a modificar su régimen de seguridad, y logró el aval del tribunal, que declaró que la “estructura de asociación criminal constituida por el impugnante y otros individuos parece encontrarse en la actualidad desmantelada”, según el diario Público.
Los jueces también consideraron diluida la “peligrosidad” del recluso argentino, que llegó a ponerse en huelga de hambre en la prisión de Monsanto, junto a otro de los presos fugados este fin de semana, Fábio Santos Loureiro, un portugués de 33 años condenado a 25 años de prisión (la pena máxima en el país) por numerosos delitos.
El resto de los evadidos son el georgiano Shergili Farjiani, de 40 años, el portugués Fernando Ribeiro Ferreira, de 61, y el británico Mark Cameron Roscaleer, de 39, que ya había intentado fugarse con anterioridad de otra cárcel portuguesa.
La prisión Vale de Judeus custodia en la actualidad a 507 reclusos y cuenta con 150 guardias. El día de la evasión había 33 de servicio. El director general de Servicios Penitenciarios, Rui Abrunhosa Gonçalves, admitió que se había producido “un grave fallo” de seguridad y que llevaba años pidiendo un refuerzo de personal y medios. Abrunhosa calcula que faltan en todo el sistema 225 funcionarios de prisiones.
Nota de corrección: la cifra de funcionarios en la prisión Vale de Judeus asciende a 150 y no 33 como se afirmó en una primera versión de este artículo.
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