La indignación en Israel por el hallazgo de seis rehenes sin vida impulsa una protesta multitudinaria y una huelga general contra Netanyahu
Cientos de miles de personas piden en las calles un alto el fuego en Gaza, con cánticos como “Acuerdo ya” o “Tú eres el líder, tú eres culpable”
La indignación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por el hallazgo de otros seis cadáveres de rehenes en un túnel de Gaza, ha sacado este domingo a las calles a cientos de miles de personas en distintos puntos del país e impulsado la primera huelga general en casi 11 meses de guerra. Con cánticos como “Todos [los rehenes] ahora”, “Acuerdo ya” o “Tú eres el líder, tú eres culpable”, más de 300.000 personas se han manifestado en Tel Aviv, según los organizadores. La multitudinaria protesta y la huelga aumentan la presión interna contra Netanyahu para poner fin a la invasión.
La convocatoria ha congregado este domingo a bastantes más participantes que en las protestas semanales de los sábados, que en las últimas semanas no lograban atraer en Tel Aviv más que decenas de miles de personas, para pedir un acuerdo de alto el fuego que permita el regreso de los 101 secuestrados que quedan en Gaza. Arnon Bar David, el presidente de la gran central sindical, la Histadrut, que ha convocado el parón del lunes tras reunirse con familiares de los rehenes, ha asegurado desde el estrado que el país “se dirige a la ruina política”.
La protesta en Tel Aviv comenzó con una marcha con ataúdes simulados que concluyó frente a la Kirya, epicentro de las decisiones en tiempos bélicos. Tras la manifestación, varios centenares han descendido a Ayalón, la vía que circunvala la ciudad, para cortar el tráfico. La policía ha empleado cañones de agua para dispersarlos.
Las pancartas (”Libranos ya de Netanyahu”, “Bibi, asesino”, “Has dividido al país”…) y los cánticos iban dirigidos en muchos casos directamente contra el primer ministro ―tan querido por muchos como odiado por otros tantos― y reflejaban una indignación que el Estado judío no vivía desde hace meses, por cómo viene bloqueando de facto el acuerdo de alto el fuego en Gaza que se negocia en Doha y El Cairo.
Huelga general
El enfado cobrará este lunes otra forma, la de huelga general. “Mañana por la mañana, nadie en todo Israel irá a trabajar […] en puertos, factorías, oficinas”, ha dicho el líder de la Histadrut. Durará inicialmente un día y comenzará a las 6.00 (una hora menos en la España peninsular). Dos horas después se extenderá al principal aeropuerto del país, Ben-Gurión, cerca de Tel Aviv, donde afectará parcialmente a los aterrizajes y los despegues.
El ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha asegurado que la huelga “cumple los sueños” del líder de Hamás, Yahia Sinwar, y ha dado órdenes al Departamento de Tesorería de que solo cobre la jornada quien acuda a su puesto de trabajo.
La Histadrut, poco amiga de convocar parones generales, ha recibido presiones durante dos años para convocar huelgas contra el Ejecutivo: primero, contra la controvertida reforma judicial; este año, para forzar al primer ministro a acordar un canje de rehenes con Hamás. Solo una vez accedió: en marzo de 2023, antes de la guerra y en uno de los puntos álgidos de las protestas masivas contra la divisiva reforma.
La indignación contra el Gobierno comenzó a gestarse a última hora del sábado, cuando las redes sociales ya hervían con la información sobre la recuperación de los cadáveres, que aún no había confirmado el ejército. Esta noticia añadía más leña el fuego, ya que una semana antes, también fueron recuperados otros seis rehenes en la Franja. Los 12 habían sido capturados con vida por Hamás durante su ataque del 7 de octubre de 2023. Y su regreso en ataúdes, 11 meses más tarde, es para el Foro de Rehenes y Desaparecidos —la principal organización que presiona por un acuerdo con Hamás— una “consecuencia directa” de que Netanyahu no haya firmado ese pacto para su liberación.
“Hace más de dos meses que está sobre la mesa un acuerdo para devolver a los rehenes. Si no fuera por la locura, las excusas y las idas y vueltas, los secuestrados de cuyas muertes nos hemos enterado esta mañana probablemente estarían vivos”, ha señalado el Foro en X. Según los sondeos, Netanyahu ha recuperado buena parte de su popularidad, pero la mayoría de israelíes sigue pensando que prolonga la sangrienta invasión de Gaza por su propia supervivencia política, no por consideraciones militares.
Los seis rehenes
Los seis rehenes eran Hersh Goldberg-Polin, Eden Yerushalmi, Ori Danino, Alex Lobanov, Carmel Gat y Almog Sarusi. No es solo que llueva sobre mojado. Es también que, a diferencia de los recuperados sin vida la semana pasada, con edades —cuatro de ellos tenían entre 75 y 80 años― que hacían más difícil su supervivencia entre bombardeos en una Gaza donde faltan comida, agua y medicamentos, la mayoría en esta ocasión estaba en la veintena, por lo que el impacto simbólico de sus fotografías sonrientes aún con vida ha sido mayor. Los milicianos los capturaron en Nova, el festival al aire libre junto a la frontera con Gaza en el que la gente seguía bailando al alba del 7 de octubre de 2023 y que acabó convertido en matanza y huida desesperada.
La mayor, Gat, tenía 40 años; el menor, Goldberg-Polin, 23. Este último era de los más conocidos, porque su familia se volcó en la causa de su regreso (en un vídeo difundido en abril por Hamás aparecía con un muñón, pero con vida) y tenía también nacionalidad estadounidense. De hecho, ha sido el presidente Joe Biden quien ha hecho el anuncio, “destrozado e indignado”. Kamala Harris, la vicepresidenta y candidata demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre, que ―al igual que Biden― se había reunido con la familia del rehén, ha condenado “enérgicamente la brutalidad continua” de la “malvada organización terrorista” Hamás.
Netanyahu parece haberse puesto durante la jornada en modo control de daños, llamando a los familiares de los seis rehenes muertos y haciendo público un comunicado en el que usa un tono distinto con los padres de Lobanov: “Quiero decirte cuánto lo siento y pedir perdón por no haber podido traerlo de vuelta a casa con vida”.
Otra familia, la de Gat, ha rechazado cogerle el teléfono. “No tenemos interés en hablar con quién lo mató, ni en formar parte de su circo mediático. No dejaremos que nos utilice para legitimar el asesinato del próximo rehén”, ha sentenciado su tío, Gil Dikman.
El ejército israelí asegura que los rehenes fueron asesinados en los dos últimos días con disparos a quemarropa. Por eso, el Foro vinculó su muerte al “retraso en firmar un acuerdo” y pidió a Netanyahu comparecer públicamente para asumir su responsabilidad por “abandonar a los rehenes”. Este respondió con un mensaje grabado (no una rueda de prensa) en el que culpa a Hamás del fracaso de las negociaciones, hoy estancadas: “Quienes asesinan a rehenes no quieren un acuerdo”. Un dirigente político de Hamás, Izzat al Rishq, ha asegurado que los rehenes murieron en bombardeos israelíes, no asesinados.
El enfado originado por la noticia ha ido más allá de la calle o los personalmente implicados. El ex primer ministro y líder de la oposición, Yair Lapid, ha llamado a todos quienes tengan “el corazón destrozado esta mañana” a paralizar el país. Y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, del mismo partido que Netanyahu (Likud), ha pedido públicamente al gabinete de seguridad que revierta “de inmediato” la decisión que tomó hace dos días y que dificulta aún más un acuerdo de alto el fuego: convertir en línea roja infranqueable en el diálogo con Hamás que el ejército israelí mantenga tropas en la frontera de Gaza con Egipto, llamada Corredor Filadelfia, una vez acabe la guerra.
Gallant fue el único de 10 ministros del gabinete de seguridad que votó en contra. Este domingo ha subrayado en un comunicado que es “demasiado tarde para los rehenes que fueron asesinados a sangre fría”, pero no para recuperar al resto, de los que se calcula que al menos un tercio está ya sin vida. Hamás exige la retirada militar completa de la Franja y el propio ejército israelí no ve problema en que una fuerza multinacional vigile la entrada de armas bajo el Corredor Filadelfia, donde asegura haber inhabilitado el 80% de los túneles que conectan con el Sinaí, en Egipto. Es, de hecho, una exigencia introducida por Netanyahu a unas líneas maestras de borrador ya acordado.
El Corredor estaba muy presente en la manifestación en Tel Aviv, percibido como la última excusa de Netanyahu para no cerrar el pacto. Era también el tema de la pegatina que llevaba en el pecho Gal Ben David, una manifestante de 35 años, con la frase: “O Corredor Filadelfia, o acuerdo”. “Vengo todos los sábados y me da mucha pena que hayan tenido que morir seis rehenes para que la gente despierte. Han entendido que si no habido acuerdo hasta ahora es solo por motivos políticos. El primer medio año [de guerra] podía entender el uso de la fuerza militar. Ya no”, aseguraba. “Estamos agotados y divididos como país”.
Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.