Las familias mantienen la presión sobre Netanyahu tras la recuperación de cinco cadáveres de rehenes en Gaza

Un militar israelí, con una mascarilla azul bajada hasta la barbilla, celebra con un vídeo publicado en redes sociales la operación en la que acaba de participar. En unas imágenes que han levantado una gran polvareda y que le han costado el puesto, eleva victorioso el puño y abre los cinco dedos de la mano mirando al objetivo de su teléfono móvil. El soldado viaja a bordo de un blindado militar y en el suelo, junto a él, muestra cinco sacos de plástico negro con los cadáveres que acaba de recuperar en Gaza junto a sus compañeros y que trasladan a territorio israelí. Se trata de los cuerpos de cinco de las víctimas del ataque de Hamás del 7 de octubre que los fundamentalistas se habían llevado a la Franja. Pero la misión era todavía secreta cuando el vídeo saltó a la luz pública. Las Fuerzas Armadas ni siquiera tenían amarradas las identidades ni se había informado a las familias, según la prensa local.

A la vez que se desarrollaba esa operación de rescate a lo largo del miércoles, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se dirigía al Congreso de Estados Unidos en una intervención que ha levantado de nuevo ampollas en el foro de familias de los rehenes, que mantiene la presión sobre el Gobierno. Algunos de ellos se sumaron al viaje oficial que realiza estos días el mandatario a Estados Unidos y fueron parte importante de su discurso. De los 251 secuestrados que se llevaron los atacantes, quedan en Gaza 115, de los que 41 han sido dados por muertos. Delegaciones de Hamás e Israel, con Qatar, Egipto y Estados Unidos como mediadores, tratan desde hace meses de acordar una tregua que permita liberar a los secuestrados.

La vuelta de los cinco cuerpos no aplaca las presiones de los familiares de los rehenes contra las autoridades, especialmente Netanyahu, al que culpan de impedir el acuerdo para una tregua en Gaza. “Esta lentitud es un sabotaje deliberado de la oportunidad de traer de vuelta a nuestros seres queridos. De hecho, socava las negociaciones e indica un grave fracaso moral”, señala en un comunicado el foro que agrupa a la mayoría de los familiares y exsecuestrados. “Los jefes de los servicios de seguridad son responsables personales y directos del regreso de los rehenes. Es su deber defender el imperativo moral supremo de Israel y proporcionar información honesta a los israelíes sobre quién está obstruyendo el acuerdo y por qué”, añade el texto.

Los cinco cadáveres recuperados corresponden a una mujer, Maya Goren, de 56 años y empleada en la guardería del kibutz Nir Oz, donde estaba aquella mañana en que se la llevaron gravemente herida los atacantes, y a cuatro militares: Ravid Katz, de 51; Oren Goldin, de 33; Kiril Brodski, de 19, y Tomer Yaakov Ahimas, de 20, muertos mientras hacían frente a los agresores. Los cinco habían sido ya dados por muertos y sus cuerpos han sido localizados ahora gracias a los servicios secretos en un túnel de Jan Yunis, en el sur del enclave palestino. Esa localidad, la segunda de la Franja, es ahora uno de los centros de operaciones de las tropas de ocupación de Israel, que han obligado a desplazarse a unas 150.000 personas esta semana.

“Recuperar a los rehenes, vivos o no, esta es la misión de nuestras vidas”, señaló junto a una foto de la operación publicada en Instagram un miembro del Shin Bet (servicios secretos internos) que participó en el rescate, informa Haaretz. Este diario añade que los interrogatorios a detenidos palestinos han ayudado a llevar a cabo la operación de los militares y los servicios secretos, aunque solo a posteriori se pudo saber qué cuerpos estaban en el túnel.

Pero poco después de confirmar públicamente las identidades de todos ellos, el ejército ha anunciado también que el militar reservista protagonista de ese vídeo de 18 segundos ha sido detenido, estará encarcelado diez días y ha sido apartado de la reserva definitivamente por contravenir los “valores” y las “órdenes” durante una misión que exigía confidencialidad. Se han producido casos en los que el ejército ha recuperado cuerpos en la Franja que, tras ser trasladados al forense, se confirmó que eran de palestinos.

Netanyahu afirmó ante el Congreso estadounidense que no descansará hasta traer a todos de vuelta. Lo hizo en un clima de tensión con decenas de congresistas demócratas ausentes y miles de manifestantes propalestinos en los alrededores del Capitolio. Los detractores del primer ministro ven en su manera de llevar la guerra un intento de salvar su puesto o legado político. El propio presidente de EE UU, Joe Biden, sugirió a principios de mes en una entrevista que era razonable creer que está retrasando el final de la guerra en Gaza por razones políticas.

La familia de Maya Goren ha hecho público un comunicado en el que considera que ella y su marido, Avner Goren, también asesinado el 7 de octubre, fueron abandonados por las autoridades, que no pudieron impedir la carnicería de Hamás. Agradecen a las fuerzas de seguridad el rescate del cuerpo y, al mismo tiempo, exigen la vuelta a casa de todos los demás, los vivos y los muertos: “No dejaremos de luchar por el regreso de todos”. El texto dice, además: “Mamá finalmente ha sido enterrada. Después de más de nueve meses, su viaje ha terminado. Tu abandono ha terminado por fin, y has encontrado la paz eterna al lado de tu amado, al lado de papá, que también fue abandonado y asesinado ese mismo día”.

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