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La Unión Europea congela la adhesión de Georgia por el giro represivo de su Gobierno con leyes copiadas de Rusia

Los Veintisiete suspenden la entrega de 30 millones de euros en ayuda militar al país caucásico tras iniciar en diciembre el proceso de integración

Protestas Georgia
Protesta en Tbilisi contra la aprobación de la ley de agentes extranjeros, el pasado 14 de mayo.DAVID MDZINARISHVILI (EFE)
Javier G. Cuesta

La Unión Europea ha congelado, al menos de momento, la adhesión de Georgia. El embajador de la UE en el país caucásico, Pawel Herczynski, ha anunciado este martes que el proceso para su integración en el bloque comunitario, iniciado hace menos de siete meses, quedó paralizado de facto en el último Consejo Europeo, el 27 de junio, tras el giro del partido gobernante, Sueño Georgiano, contra Occidente y su adopción de leyes represivas parecidas a las del Kremlin. Bruselas ha suspendido la entrega de un paquete de ayuda militar de 30 millones de euros a la antigua república soviética. “Es triste ver que las relaciones entre Georgia y la UE estén en un punto tan bajo cuando deberían estar en su máximo de todos los tiempos”, ha lamentado Herczynski en la red social X.

Hace algo más de medio año, a mediados de diciembre, la UE comenzó a dar pasos hacia la ampliación de tres nuevos miembros con un punto en común: el rechazo del Kremlin a su acercamiento a Occidente. El bloque inició conversaciones para la integración de Ucrania y Moldavia, y designó a Georgia como país candidato. Sin embargo, el Gobierno de esta última nación ha aprobado estos meses una serie de leyes inspiradas en la legislación rusa para boicotear un proceso de adhesión que cuenta con el beneplácito de en torno al 80% de su población, según varias encuestas realizadas por organizaciones extranjeras. Las advertencias de la Unión Europea contra este giro represivo fueron inútiles frente a un Ejecutivo que busca fortalecer su control del poder.

Sueño Georgiano, cuyo fundador, el oligarca Bidzina Ivanishvili, tiene lazos con Moscú, ha impulsado una ley de agentes extranjeros de inspiración rusa que le permite acosar a medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales que no sigan la línea oficial; y otra ley contra el colectivo LGTBI muy similar a la del Kremlin, que veta el matrimonio igualitario y las operaciones de cambio de sexo.

La campaña represiva de Sueño Georgiano provocó protestas masivas en las calles de Tbilisi, la capital, estos últimos meses, aunque a diferencia de las del año pasado, no lograron frenar la aprobación de la ley de agentes extranjeros. Ahora, la esperanza de la oposición pasa por las elecciones parlamentarias de octubre, aunque juega en contra de la disidencia la desunión de sus partidos y que el sistema georgiano premia con un control férreo del poder a la formación más votada, la cual puede excluir de numerosas instituciones, incluso de las comisiones parlamentarias, a los representantes de otros partidos y minorías. A su favor, sin embargo, está el liderazgo de la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, electa en 2018 y defensora de la entrada en la Unión Europea.

Herczynski ha señalado que la decisión fue tomada a finales de junio en la última sesión del Consejo de la UE, el cual preside desde el 1 de julio el primer ministro húngaro, el euroescéptico Viktor Orbán. El mandatario centroeuropeo, muy cercano a Vladímir Putin, se ha convertido en el principal obstáculo para la ayuda europea a Ucrania frente a la invasión rusa y se ha arrogado la posición de mediador con Moscú pese a no contar con un mandato europeo. En su viaje sorpresa a Moscú de la pasada semana, Orbán dio por bueno el plan de paz del presidente ruso a pesar de que este supedita un alto el fuego a que las tropas ucranias se retiren de las cuatro provincias que Rusia ocupa parcialmente.

“Las ONG y la oposición radical”

El fundador de Sueño Georgiano mantiene una posición similar a la de Orbán. Ivanishvili hizo su fortuna en la caótica Rusia de los años noventa y, según comentó de él en una entrevista el empresario ruso Borís Berezovski —muerto en el exilio en Londres en extrañas circunstancias en 2013—, el magnate georgiano “jugaba según las reglas del Gobierno”. Aunque Ivanishvili suele mantenerse en un discreto segundo plano detrás de su partido, el oligarca reapareció en un acto público en abril para acusar a Occidente de ser culpable de las muertes en Ucrania. Ivanishvili expuso, sin prueba alguna, una teoría conspirativa en la que “el partido de la guerra global” mueve los hilos de la OTAN y la Unión Europea para convertir a Ucrania “en carne de cañón”. El magnate justificó su ley de agentes extranjeros con que “las ONG y la oposición radical” son agentes infiltrados de esta conspiración.

La suspensión del proceso de adhesión de Georgia conlleva aparejada la paralización de ayudas al país, incluido un paquete de defensa. “La Unión Europea ha suspendido su apoyo de 30 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz”, ha anunciado Herczynski antes de señalar que otras iniciativas “están siendo consideradas por si la situación se deteriora aún más”.

El Consejo aprobó en mayo de 2023 sendos paquetes de ayuda del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para las Fuerzas Armadas de Moldavia y Georgia. El objetivo de esta iniciativa era “acelerar su integración operativa y su ajuste a los estándares de la Unión Europea”, y en el caso de Georgia, país que ya libró una breve guerra en 2008 contra Rusia, incluía armamento no letal y formación en logística, ingeniería y telecomunicaciones.

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