Charles Michel: “Una derrota de Ucrania tendría efectos devastadores para Europa y el mundo”
El presidente del Consejo Europeo alerta de que no hay otra opción que seguir apoyando a Kiev: “No podemos permitirnos caer en la fatiga ni en el hastío”
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, es tajante: “Una derrota de Ucrania no puede ser una opción. Todos entendemos muy bien cuáles serán las consecuencias devastadoras para Europa y los valores que representamos. Y para el mundo. Por eso es crucial actuar”, remarca el político liberal belga. Cuando van a cumplirse dos años de la invasión a gran escala lanzada por Vladímir Putin, la UE, dice, debe seguir dando pasos adelante en su sostén a Kiev. Y más ahora que la situación en Estados Unidos es “difícil”, reconoce, y el apoyo de Washington se tambalea. “No hay otra alternativa que seguir apoyando. Solo tenemos un plan, y ese plan es apoyo, apoyo, apoyo”, remarcó Michel en una conversación el miércoles con cinco medios europeos, entre ellos EL PAÍS, en Bruselas.
“El apoyo a Ucrania es una inversión en paz y estabilidad. Hay que luchar por Ucrania, Europa, Estados Unidos y el resto del mundo. Si no, mandamos un mensaje de que está bien para el resto del mundo que un país que incluso es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y que posee armas nucleares invada a otro”, dice el presidente del Consejo Europeo, órgano que representa a los líderes de los Estados miembros. “Lo explicaremos y actuaremos las veces que sea necesario. No podemos permitirnos caer en la fatiga ni en el hastío”, advierte Michel, que alerta de que Rusia puede explotar y alimentar esa semilla de cansancio y utilizarla también para mermar el espíritu europeo y el proyecto de la UE de cara a las elecciones al Parlamento Europeo en junio.
El sábado, la guerra que ha sacudido el continente europeo y el resto del mundo va a entrar en el tercer año. Es uno de los momentos más difíciles para Ucrania: la contraofensiva fracasó, la situación en los frentes de batalla es extremadamente complicada por las carencias de munición, material y la falta de rotación. A eso se suma la preocupación por el eventual regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca y por el retraso del marco de la futura adhesión a la UE, que debía presentarse en marzo. El miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apuntó que solo estará listo en verano, tras las elecciones europeas de junio. La insinuación, que dejó caer la jefa del Ejecutivo comunitario en la ratificación de su familia política, el Partido Popular Europeo (PPE), de su candidatura a seguir, ha escamado a Kiev y a algunos Estados miembros.
La muerte de Navalni es un recordatorio de la naturaleza del régimen ruso”
En Rusia, el jefe del Kremlin, que ha aprovechado para incrementar su producción de armas, prepara una nueva ofensiva en varios puntos de la línea del frente para final de primavera, según fuentes de la inteligencia occidental. Putin se siente fortalecido por haber logrado algunos avances (aunque tímidos) en el campo de batalla y también porque ha enterrado a otros de sus enemigos, el opositor Alexéi Navalni, muerto en una tétrica cárcel de máxima seguridad en el Ártico, donde cumplía 19 años de cárcel por un caso que la UE considera persecución política. Michel responsabiliza al Kremlin de esa muerte y dice que es un “recordatorio” de la “naturaleza del régimen” ruso.
Mientras, los europeos parecen pesimistas sobre las posibilidades de Ucrania de ganar la guerra y la mayoría cree que el conflicto terminará con algún tipo de acuerdo, según una encuesta en 12 países (entre ellos, España) del think tank ECFR. El sondeo remarca, además, que la ciudadanía europea es escéptica sobre la capacidad de sostener a Ucrania sin EE UU —una variable clara si retorna Trump a la Casa Blanca— y en su mayoría cree que hay que imitar las políticas de Washington.
“Las decisiones que hemos tomado, la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, el paquete de apoyo financiero de 50.000 millones de euros, son una llamada a nuestros aliados, especialmente a Estados Unidos, para que hagan lo necesario para apoyar a Ucrania con asistencia militar y económica. Es la máxima prioridad. Y espero verdaderamente que EE UU entienda que apoyar a Ucrania es también una fórmula contra a los regímenes autoritarios en todo el mundo que están poniendo en cuestión y desairando el mundo basado en reglas”.
Es urgente una Unión Europea de la defensa. Cueste lo que cueste”
Aunque la UE tiene cada vez menos margen para dar pasos históricos, Michel señala que hay espacio en el sostén político, militar y financiero. “Estamos trabajando para tratar de usar los activos congelados rusos, total o parcialmente, para ayudar a Ucrania en la reconstrucción. Es una cuestión de justicia, de Estado de derecho, de responsabilidad y rendición de cuentas y estoy seguro de que en las próximas semanas podremos avanzar”, incide el presidente del Consejo Europeo, que reconoce que hay “desafíos legales” para lograrlo y señala que hay que construir un marco con el G-7. Junto al grupo de los Siete, la UE acordó congelar unos 300.000 millones de euros de activos rusos, pero debate cómo emplearlos. La semana pasada el club comunitario dio el primer paso de su plan de acción y ordenó inmovilizar en una cuenta desde ese momento todos los ingresos procedentes de los intereses que generen esos activos.
Este miércoles, cuando aumenta la presión para que la UE acuerde sanciones contra los responsables de la muerte de Navalni, los Veintisiete han aprobado el 13º paquete de castigo contra personas y empresas rusas para tratar de ahogar el esfuerzo de guerra del Kremlin. Estas medidas para congelar bienes y prohibir la entrada en suelo comunitario incluyen por primera vez a varias empresas chinas, como adelantó EL PAÍS, y una india. El objetivo de la UE ahora es que Rusia deje de recibir a través de otros países materiales de uso civil que utiliza para construir armas. Pero cada vez cuesta más sacar adelante las medidas. “Inmediatamente después de aprobar un paquete de sanciones, se empieza a preparar el siguiente”, dice, sin embargo, Michel.
Para la UE, la guerra de Rusia contra Ucrania, que además dejó al descubierto enormes vulnerabilidades por las dependencias del gas ruso barato, ha sido una poderosa llamada de atención para construir una verdadera autonomía estratégica. En todos los campos. También en seguridad y defensa. “Es urgente una Unión Europea de la defensa. Cueste lo que cueste. Necesitamos actuar y ser creíbles, necesitamos actuar para proteger nuestros valores, nuestros intereses, respetar los otros y ser respetados”, apunta Michel sobre uno de los grandes debates de la Europa del futuro, una que trata de avanzar para blindarse de la amenaza militar y que puede verse sola, sin el paraguas de EE UU.
“En torno al Consejo Europeo había cierto entendimiento de que la OTAN era el paraguas de seguridad y protección para los miembros de la Alianza, mientras la UE estaba enfocada en el desarrollo económico alineado con nuestros valores. Ahora hacemos frente a un nuevo paradigma y somos conscientes del cambio”, señala. “El objetivo para los Estados miembros debe ser invertir más en defensa, mejor y menos fragmentariamente”, señala el político belga.
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