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La relatora de la ONU para los desplazados: “Al exigir a Israel que tome medidas, se puede entender que los jueces piden un alto el fuego”

Paula Gaviria ve con satisfacción el auto de este viernes del Tribunal Internacional de Justicia ante la grave situación humanitaria en Gaza, que considera “un fracaso de la humanidad en tiempo real”

Paula Gaviria
Paula Gaviria, relatora de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos, en una imagen cedida.
Diego Stacey

Paula Gaviria (Bogotá, 51 años), relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos, describe la situación en la franja de Gaza como una “de las peores crisis humanitarias de los tiempos recientes”. Esta abogada colombiana, con más de dos décadas de experiencia en asuntos humanitarios, destaca la decisión tomada este viernes por el Tribunal Internacional de Justicia de pedir a Israel que tome todas las medidas posibles para prevenir un genocidio en Gaza, pese a que los jueces de La Haya hayan evitado pedir un alto el fuego. El auto, asegura, ha hecho justicia “frente a la realidad que vive la población de Gaza”. Pese a todo, insiste en que la comunidad internacional se debe “mantener vigilante” para que Israel lo cumpla.

Pregunta. ¿Qué opina de la decisión del Tribunal Internacional de Justicia?

Respuesta. Era lo que [los relatores] esperábamos. Había suficientes razones para decretar medidas provisionales en contra de Israel. Además, sabíamos que [el tribunal] no se podía meter de fondo. Creo que se hizo justicia frente a la realidad que vive la población de Gaza. Se toma en cuenta todo lo que ha pasado en estos más de 100 días de conflicto, más las declaraciones de todos los niveles de la ONU y ordena que Israel tome todas las medidas necesarias para prevenir los actos que establece la Convención para la prevención del genocidio.

P. ¿Espera que Israel cumpla con estas medidas?

R. Israel no niega la competencia del tribunal para el caso interpuesto por Sudáfrica, así que está obligado a cumplir con las medidas provisionales y es lo que todos esperamos: que cumpla con la orden del máximo tribunal de justicia.

P. Sin embargo, el tribunal evita pedir un alto el fuego.

R. Al exigirle a Israel que tome dichas medidas, para que se hagan efectivas, se puede entender que los jueces piden un alto el fuego. Todo lo que ha establecido el tribunal en su decisión tiene esa óptica. Pero nos corresponde mantenernos vigilantes para que se cumplan.

P. Entonces, ¿está satisfecha?

R. Sí. Celebro la decisión, pues era el paso siguiente que se debía tomar dentro del sistema internacional: proteger los derechos básicos mínimos de la humanidad. Que los jueces hayan interpretado la Convención y hayan dicho que existen la urgencia y el riesgo para decretar estas medidas que prevengan el genocidio me pone contenta como relatora, como defensora de los derechos humanos y como persona.

P. ¿Cuál es su lectura sobre la situación en Gaza?

R. Estamos viendo una de las peores crisis humanitarias de los tiempos recientes. Vemos en tiempo real un fracaso de la humanidad. El impacto en términos de violaciones de derechos humanos y a la dignidad humana no lo habíamos visto en un solo lugar en los tiempos recientes. Mientras hablamos, la cifra de muertos crece más y más.

P. Usted se especializa en el desplazamiento forzado. ¿Es eso lo que está ocurriendo?

R. Sí, y es impresionante. Casi el 90% de la población de Gaza ha sido desplazada al sur en tan solo 100 días. Es lo que en el derecho internacional humanitario se conoce como traslado forzoso de la población. Cuando las personas traspasan las fronteras ya hablamos de deportación, una acción que el Gobierno de Benjamín Netanyahu asegura no estar promoviendo.

Israel está trabajando para sacar a la población de Gaza. Quiere deportarla

P. ¿Está de acuerdo?

R. Los hechos están ahí y hablan por sí solos. Israel está trabajando para sacar a la población de Gaza. Quiere deportarla. Ya vemos cómo ha empujado a la fuerza a los gazatíes hasta Rafah, en la frontera con Egipto, lo que ya constituye una clara violación del cuarto Convenio de Ginebra. Además, las órdenes de evacuación se han realizado sin garantías, sin tiempo y sin claridad sobre las rutas.

P. Algunos ministros del Gobierno israelí califican esta situación como una emigración voluntaria.

R. Las personas tienen derecho a migrar y también tienen la libertad de permanecer en un lugar. Pero eso no es lo que se está configurando en Gaza. La gente fue forzada a moverse y a dejar sus hogares en 24 horas. Sus casas fueron destruidas, entonces no pueden volver. No es algo voluntario, es arbitrario. El Estado [israelí] tiene unas obligaciones que no está cumpliendo y lo vemos con la masiva destrucción de viviendas y de la infraestructura civil en el norte de la Franja. Los gazatíes no tienen adónde volver, así que la voluntariedad es inexistente.

P. Estados Unidos dice estar en contra de una deportación masiva.

R. En una de sus visitas a Israel, [el secretario de Estado, Antony] Blinken dijo que era inaceptable que hubiese una intención de deportación y recalcó la importancia de que la población de Gaza pudiera regresar a sus hogares. Netanyahu dice que esa no es su intención, pero vemos que no hay condiciones de vida en Gaza. Hay un irrespeto a la obligación de proteger a los civiles. Y repito la frase que se viene repitiendo en todo el sistema humanitario: “No hay ningún lugar seguro en Gaza”.

P. Así como es un derecho permanecer, también lo es buscar refugio y solicitar asilo. Además de Israel, Egipto mantiene cerrada su frontera. ¿Está también violando el derecho internacional?

R. Es un tema muy sensible y no creo que sea momento de entrar en esas aguas. Lo que sí puedo decir es que toda persona tiene derecho a buscar seguridad y protección, bien sea dentro de su país o fuera de él. Todos los países deben brindar las condiciones para que eso suceda. El problema es que Gaza es un territorio ocupado, así que Israel tiene obligaciones especiales y las está violando. En lo que nos debemos concentrar ahora es en la entrada de ayuda humanitaria y en parar el fuego de manera definitiva. Creo que es la única alternativa en este momento. Ofrecer a los gazatíes que se pasen al otro lado de la frontera, sin las garantías necesarias, no es la solución.

“Los gazatíes tienen el derecho a soñar con que pueden volver a rehacer sus vidas con el pleno de las condiciones”

P. La destrucción de infraestructura civil frustra que en cualquier futuro cercano los gazatíes regresen a sus hogares. ¿Cuál debe ser, entonces, el siguiente paso?

R. El único paso real y obligatorio es parar el fuego. Eso y permitir el acceso a ayuda humanitaria, que no debería tener ninguna condición. Ambas cosas son necesarias para que salvemos vidas. Es el mínimo humanitario que se debería estar cumpliendo y no está pasando. Entre las opciones de lo que viene después, Blinken aseguró en su más reciente visita que Israel iba a permitir la entrada al norte de Gaza a una misión de Naciones Unidas para evaluar el estado de destrucción y plantear cómo sería la reconstrucción.

P. ¿Confía en que eso ocurra?

R. Lo veo con mucha desconfianza. Históricamente, Israel ha rechazado cualquier investigación en Gaza y a eso hay que sumarle su relación de hoy con la ONU. Pero, si existe esta opción, hay que tomarla. Los gazatíes tienen el derecho a soñar con que pueden volver a rehacer sus vidas con el pleno de las condiciones. Ahora, la posibilidad de retornar no existe, pero seguiremos haciendo ruido para ver si todos nos ponemos en el lado correcto de la historia.

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Sobre la firma

Diego Stacey
Periodista de la sección Internacional. Anteriormente trabajó en 'El Tiempo', en Colombia. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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