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Una reunión de la ministra de Exteriores libia con su homólogo israelí amenaza la estabilidad del país árabe

La divulgación del encuentro entre los representantes de dos países que no tienen relaciones diplomáticas desencadena violentas protestas y le cuesta el puesto a la ministra, acusada de “traición” por la presidencia del Parlamento

Libia Israel
Un manifestante quemaba neumáticos en una protesta contra la reunión entre Libia e Israel, el domingo en Trípoli.STR (EFE)
Juan Carlos Sanz

Una inusual quiebra en la diplomacia secreta de Israel con los países árabes amenaza con agravar la inestabilidad en Libia. La ministra de Asuntos Exteriores libia, Najla Mangush, ha sido apartada del cargo por el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Abdulmahid Dbeiba, después de que Israel hiciese público el domingo el encuentro que ella mantuvo la semana pasada en Roma con su ministro de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, a pesar de que ambos países no mantienen relaciones diplomáticas.

La divulgación de estos contactos ha desatado violentas protestas en Libia, cuyo Consejo Presidencial ha declarado “ilegal” cualquier tipo de normalización de relaciones con Israel que no refleje la línea constante de la política exterior del país, según informa la cadena británica BBC. La presidencia del Parlamento, basada en la parte oriental del país que no se halla bajo control directo del Gobierno, ha acusado de “traición” a Mangush y ha convocado una reunión de urgencia para reprobarla. La ministra ha salido del país y ha viajado a Estambul por razones de seguridad, según confirmó la agencia interna de seguridad libia, de acuerdo con el portal informativo libio Al Wasat.

El primer ministro libio ha ordenado una investigación sobre la reunión mantenida en Roma, calificada como “histórico primer paso” para establecer lazos con un país estratégico por el Ministerio de Exteriores israelí, mientras la diplomacia del país norteafricano la definió como un “encuentro accidental e informal” en los márgenes de una reunión prevista con el jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani. Desde Jerusalén, Cohen precisó en un comunicado oficial que ambas partes hablaron sobre “cuestiones humanitarias, cooperación agrícola y sobre la preservación del legado judío en Libia, mediante la rehabilitación de sinagogas y cementerios”. La diplomacia libia ha replicado que no hubo “negociaciones ni consultas”, y ha reiterado su “absoluto rechazo a la normalización de relaciones con el Estado judío”.

Las protestas populares, en las que se levantaron barricadas y se incendiaron neumáticos, se concentraron ante la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, que sufrió daños. Quedó cortada la carretera que enlaza Trípoli con la ciudad costera de Al Zawiya, al oeste de la capital. También se desencadenaron manifestaciones en otras ciudades para exigir la dimisión del Gobierno, según informa Efe. Estos disturbios vienen a agravar la inestabilidad que sufre Libia, un país que cuestiona la existencia del Estado de Israel, desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011. El pasado día 16 murieron 55 personas y 146 resultaron heridas en enfrentamientos entre milicias rivales en Trípoli.

Israel ha ampliado desde 2020 las relaciones con países árabes, limitadas a Egipto y Jordania en las tres décadas anteriores. En los últimos tres años, al amparo de los llamados Acuerdos de Abraham, patrocinados por Estados Unidos, ha establecido relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán. Los contactos secretos de la diplomacia israelí con países árabes han sido habituales a lo largo de los años, a pesar de la ausencia de relaciones.

El exjefe de Gobierno y exministro de Exteriores israelí Yair Lapid ha advertido de que la filtración de las reuniones secretas pone en peligro la credibilidad de la diplomacia de Israel, según el portal informativo The Times of Israel. Un alto cargo israelí citado por Reuters ha asegurado este lunes que el encuentro con la ministra libia duró más de dos horas, estaba previsto de antemano y había sido coordinado “al más alto nivel”, dando a entender que había sido aprobado por el primer ministro libio, para explorar una mediación de Israel con Estados Unidos en favor del país magrebí.

El Gobierno de Unidad Nacional dirigido por Dbeiba fue designado en 2021 bajo los auspicios de Naciones Unidas, aunque tiene ya su mandato caducado y actúa de forma interina, como la mayoría de las instituciones de un país en un estado de bloqueo perpetuo. Está internacionalmente reconocido, peor solo controla la mitad occidental de Libia, mientras la región oriental, la Cirenaica, está en manos de otra alianza de partidos y milicias liderada por el general Jalifa Hafter. A finales de 2021 quedaron indefinidamente aplazadas las elecciones presidenciales que habían sido convocadas por la ONU. Egipto y Emiratos Árabes Unidos han sido los grandes valedores de Hafter, mientras que el Ejecutivo de Trípoli cuenta con el respaldo de Qatar y Turquía.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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