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Alemania detiene por crímenes de guerra en Siria a un supuesto miembro de las milicias pro El Asad

Ahmad H. está en prisión preventiva tras ser acusado de ordenar torturas y la esclavitud de civiles en Damasco

Guerra Siria
Algunas activistas, en su mayoría procedentes de Siria, a la entrada del tribunal que juzgó al excoronel sirio Anwar Raslan el 13 de enero de 2022.Alessio Mamo / Redux / ContactoPhoto

Una operación policial en la ciudad alemana de Bremen ha permitido detener a Ahmad H., un ciudadano sirio acusado de liderar una milicia progubernamental en Tadamon, un barrio de Damasco, que fue escenario de una matanza de civiles en 2013 filmada por sus ejecutores. Ahmad H., detenido el pasado 26 de julio, está en prisión preventiva por supuestos crímenes de guerra y contra la humanidad. Entre 2012 y 2015, actuó en Damasco como líder de las llamadas milicias Shabiha, al servicio del régimen de Bachar el Asad, contra la oposición.

La milicia operaba puestos de control donde “las personas eran arrestadas arbitrariamente para que ellos o sus familiares pudieran ser extorsionados por dinero, obligados a realizar trabajos forzados o torturados”, según la investigación. Los combatientes también saquearon las casas de los opositores al régimen, vendieron el botín y se quedaron con las ganancias. “El detenido es considerablemente sospechoso de cometer crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra a través de la tortura y la esclavitud”, ha comunicado la oficina del fiscal federal.

A Ahmad H., quien según fuentes de seguridad tiene 46 años, se le imputa haber participado “personalmente en el abuso de civiles”. En un incidente en 2013, ordenó a los milicianos que “atormentaran brutalmente a un detenido durante horas usando tubos de plástico”. Se le considera responsable de palizas brutales a civiles y de imponer trabajos forzados a varias personas sin darles acceso a comida o agua.

Aún no está claro cuándo llegó Ahmad H. a Alemania ni qué testigos pueden haberle denunciado a las autoridades. Pero el Centro de Justicia y Responsabilidad Siria (SJAC), con sede en Washington, que rastrea casos de abusos de derechos humanos en Siria, dijo que el arresto se produjo después de que su investigación “descubriera evidencia potencialmente incriminatoria”. El Centro lanzó sus pesquisas después de que un testigo les advirtiera en mayo de 2020 de que el ahora detenido vivía en Alemania.

Con la llegada en 2015 y 2016 de cientos de miles de refugiados de la guerra en Siria, también lograron entrar en el país combatientes del régimen de El Asad y responsables de matanzas y torturas. ONG de derechos humanos y algunos servicios de inteligencia advirtieron en ese momento del peligro de que miembros de las milicias Shabiha, acusados de cometer atrocidades contra civiles, estuvieran llegando de incógnito a Europa y obteniendo asilo.

El caso de Ahmad H., como otros abiertos por la justicia europea, ha partido de una filtración de 27 vídeos a dos académicos en 2019, en los que quedaron documentadas masacres y traslados de cadáveres. Uğur Üngör, profesor del Instituto de Estudios sobre el Holocausto y el Genocidio de la Universidad de Ámsterdam, y la investigadora Annsar Shahhoud, que recibieron las filmaciones, identificaron a muchos de los perpetradores en los vídeos.

Üngör y Shahhoud entregaron las imágenes de los asesinatos y sus entrevistas a investigadores en Francia, Alemania y los Países Bajos, donde las autoridades abrieron investigaciones por crímenes de guerra.

Desde entonces, los fiscales alemanes han recurrido a las leyes de jurisdicción universal del país, que permiten al Estado enjuiciar crímenes de lesa humanidad, independientemente de dónde hayan tenido lugar, para llevar ante la justicia a criminales de guerra sirios.

En un fallo histórico de febrero del año pasado, Anwar Raslan, exagente de la policía secreta siria, fue condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad por su participación en la supervisión de la muerte de 27 detenidos y la tortura de al menos otros 4.000 en una cárcel cerca de Damasco.

A principios de este año, un palestino que vivía en Siria y huyó a Alemania fue condenado a cadena perpetua por disparar una granada contra una multitud de civiles en un suburbio de Damasco en 2014.

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