El presidente cubano visita Portugal entre críticas por la contratación de médicos de la isla para la sanidad lusa
Rebelo de Sousa defiende la incorporación de sanitarios caribeños y recuerda la oposición lusa al bloqueo estadounidense sobre la isla
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aprovechó su viaje a Europa para participar en la próxima cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que se celebra en Bruselas los próximos lunes y martes, para realizar la primera visita de Estado de un mandatario cubano a Portugal. Invitado por el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, que visitó la isla caribeña en 2016 con Raúl Castro aún en el poder, Díaz-Canel llegó a Lisboa en plena polémica por el plan para contratar 300 médicos cubanos para reforzar el maltrecho Sistema Nacional de Salud portugués.
Las críticas comenzaron después de que el Jornal de Notícias informase hace unos días de que el Gobierno luso había solicitado a los órganos colegiales médicos la agilización de los procesos de acreditación. La sanidad pública tiene una grave carencia de facultativos que, entre otras cosas, provocan que más de un millón de usuarios carezcan de médico de familia. La intención del Gobierno portugués es contratar a 300 profesionales cubanos para trabajar durante tres años. La controversia tiene que ver sobre todo con el control que ejerce el régimen cubano sobre los sanitarios, a quienes retiene gran parte del salario, aunque la intención de las autoridades portuguesas es formalizar un acuerdo diferente que les permita abonar la totalidad de las nóminas a los médicos.
Cuba ha intensificado en los últimos años la exportación de médicos formados en la isla, donde la sanidad es uno de los principales logros, en un proceso dirigido y controlado por el Estado. Según una investigación de la revista Time en 2018, había entonces 50.000 médicos cubanos distribuidos por 67 países, cuyo trabajo reportaba más de 11.000 millones de dólares al año al Estado. Solo Brasil llegó a contar con 8.000 facultativos cubanos, que abandonaron el país tras las críticas del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que arremetió contra Cuba por “retener el 70%” de los sueldos de los sanitarios.
En su intervención en el Palacio de Belén, el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa defendió la contratación de los facultativos caribeños y recordó que ya había ocurrido en el pasado tanto “con gobiernos de izquierdas como de derechas”, según la agencia Lusa. En un artículo de opinión en Público, el analista Pedro Norton señalaba que no hay “en esta sórdida explotación de migrantes especializados la más leve sombra de libertad”, después de recordar que la investigación de Time había desvelado que las autoridades cubanas obligaban a las sanitarias embarazadas a regresar a Cuba para dar a luz.
No hubo alusiones a la polémica en los discursos oficiales. Marcelo Rebelo de Sousa expresó su deseo de reforzar las relaciones entre Portugal y Cuba, además de reiterar el histórico rechazo luso al bloqueo que sufre la isla por parte de Estados Unidos. En la intervención ante la prensa de Rebelo de Sousa y Díaz-Canel no se admitieron preguntas.
La visita del presidente cubano despertó también el rechazo de Iniciativa Liberal, cuarta fuerza en la Asamblea de la República con ocho diputados, que no asistió a la ceremonia de bienvenida oficial. En Twitter, su líder, Rui Rocha, justificó su ausencia así: “Lo que va a ocurrir hoy en la Asamblea de la República es una sesión de bienvenida al líder de la dictadura comunista cubana, seguida de una foto con el líder de la dictadura comunista cubana. Solamente esto”. Días atrás, Rocha también mostró su rechazo a la contratación de sanitarios cubanos. “El Gobierno portugués no puede participar en una situación de explotación laboral y violación de los derechos humanos”, señaló el líder liberal.
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