La investigación de EE UU sobre la muerte de la periodista palestina se cierra en falso por el mal estado de la bala
El informe balístico no ofrece conclusiones sobre la autoría del disparo, aunque apunta a las tropas israelíes como origen más probable del proyectil
El deteriorado estado de la bala que el 11 de mayo atravesó la cabeza y el casco de protección de la periodista palestina Shireen Abu Akleh ha hecho imposible establecer desde qué arma fue disparada. El resultado del examen balístico efectuado por expertos de Estados Unidos en Jerusalén, en el que se han cotejado las marcas del proyectil con las de las carabinas M4 de las tropas israelíes que intervinieron en Yenín (Cisjordania) cuando perdió la vida la reportera mientras cubría la información sobre una operación militar, cierra en falso la investigación. No se han podido extraer conclusiones sobre la autoría del disparo, según ha informado este lunes el Departamento de Estado.
La investigación del coordinador de seguridad de la Embajada de EE UU en Israel, el general Mike Fenzel, apunta como origen más probable de la bala las posiciones de las fuerzas de élite israelíes que operaban a escasas decenas de metros de Abu Akleh, de 51 años, y que también tenía la nacionalidad estadounidense. También sostiene que los expertos que han intervenido “no han hallado indicios que hagan creer que fue disparada intencionadamente, sino que el tiroteo obedeció más bien a trágicas circunstancias en el curso de una operación del Ejército”.
La bala, recubierta con un refuerzo metálico especial para atravesar blindajes y usada solo en Oriente Próximo por francotiradores del Ejército israelí, se encontraba “demasiado dañada” como para poder establecer una vinculación con un arma concreta, según los responsables diplomáticos de EE UU. El pasado fin de semana los expertos en armamento enviados por Washington recibieron el proyectil de manos de la Autoridad Palestina, que lo custodiaba como prueba extraída del cadáver de la periodista. La Embajada lo devolvió este lunes al Ministerio de Justicia palestino, pocas horas antes del anuncio sobre el informe balístico.
El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, anunció que “la investigación [sobre las causas de la muerte de la periodista] debe continuar después de que el examen balístico se haya cerrado sin conclusiones”. Gantz responsabilizó de lo ocurrido a “los terroristas (grupos armados palestinos) por operar en el interior de zonas pobladas”. “Cientos de balas fueron disparadas en el enfrentamiento con las tropas”, alegó el exgeneral Gantz.
Para el dirigente palestino Wasel Abu Yusef, destacado miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), EE UU ha ofrecido protección legal a Israel al “cerrar la vía a una investigación penal en la que Israel debe ser considerado como responsable del crimen”. La OLP ha anunciado que llevará el caso de la muerte de Abu Akleh ante el Tribunal Penal Internacional, que examina en La Haya crímenes de guerra cometidos en Palestina.
La familia de la reportera palestina afirmó en un comunicado que Washington “continúa encubriendo los asesinatos de palestinos y ofreciendo impunidad a Israel, aunque se trate en ese caso de una ciudadana de EE UU”. Los familiares de Abu Akleh rechazan que la muerte haya sido el resultado de “trágicas circunstancias”, como ha dado a entender el informe estadounidense, y exigen que sean juzgados los culpables de los hechos, que fueron presenciados por numerosos testigos y que han sido ya examinados por Naciones Unidas, organizaciones humanitarias y medios de comunicación internacionales.
A una semana de la visita de Biden
“Las evidencias que se han recopilado hasta ahora apuntan a que una ciudadana norteamericana ha sido ejecutada extrajudicialmente por tropas extranjeras que reciben financiación multimillonaria de EE UU”, sostiene los familiares, al tiempo que reclaman una investigación independiente y sin influencias políticas. El resultado del informe balístico se ha hecho publico una semana antes de que viaje a Israel y Palestina el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el marco de una gira por Oriente Próximo. La prensa hebrea ha revelado que el Departamento de Estado ha ejercido en los últimos días presiones diplomáticas sobre ambas partes para que las disputas sobre la muerte de la periodista Abu Akleh —un tiro deliberado o una bala perdida, según las versiones enfrentadas— no ensombrezcan la primera visita de Biden a la región desde su llegada a la Casa Blanca.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con sede en Ginebra, concluyó el mes pasado que la periodista palestina de Al Jazeera fue alcanzada por disparos de fuerzas de seguridad israelíes. Las conclusiones de las indagaciones coinciden con las de las investigaciones llevadas a cabo por Al Jazeera y otros medios de comunicación, como la cadena CNN, The Washington Post o The New York Times.
De acuerdo con el informe de la ONU, Abu Akleh llegó poco después del amanecer junto a otros seis periodistas a la entrada oeste del campo de refugiados de Yenín para cubrir una redada de las fuerzas israelíes en la que se estaban produciendo enfrentamientos. Los reporteros, que iban identificados con chalecos marcados con la palabra “Prensa”, en inglés, no recibieron ninguna advertencia, a pesar de que sus movimientos eran visibles para las tropas israelíes, que se situaban a unos 170 metros. “Varios tiros fueron disparados en dirección a cuatro de los periodistas de forma aparentemente intencionada desde el lugar donde se encontraban las tropas”, concluyeron los expertos de la ONU,
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