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Washington asegura que México apoya las iniciativas sobre migración de la Cumbre de las Américas

Biden propondrá una “ambiciosa reforma” del BID y entrará en su vehículo de préstamos privados

Cumbre de las Américas en Los Ángeles
El Centro de Convenciones de Los Ángeles, donde se celebra la Cumbre de las Américas.DANIEL BECERRIL (REUTERS)

Estados Unidos intenta cambiar el tema de conversación en la Cumbre de las Américas. La confirmación de la ausencia de López Obrador ha sido la noticia de este lunes, pero Washington asegura que la representación ministerial de México está comprometida con los resultados de la Cumbre y, en particular, con el enfoque sobre migración que se plasmará en una Declaración de los Ángeles.

Un alto cargo de la Administración estadounidense así lo ha asegurado: “Estamos seguros de que los países que firmarán la declaración sobre la migración se comprometerán con su objetivo y eso incluye, solo para aclarar, a México. El Gobierno mexicano estará representado a nivel ministerial por el canciller mexicano [Marcelo Ebrard] en Los Ángeles y ha participado plenamente en el desarrollo de la iniciativa sobre migración que se pondrá en marcha esta semana. Y creemos que, en todos los sentidos, están plenamente comprometidos con ella”, ha dicho.

“Esperamos que la mayoría, si no todos los países que están significativamente afectados por la crisis migratoria participen en ese tema en la cumbre, estén representados por un jefe de Estado o no”, ha añadido.

La inmigración no forma parte del programa oficial de contenidos de la Cumbre de las Américas, pero todos son conscientes de que es el problema más acuciante de la región y en paralelo se ha negociado esa declaración que trata de dar una respuesta integral y de corresponsabilizar a los países emisores, receptores y de paso. La declaración abordará el asunto bajo ese prisma de la responsabilidad compartida y de la necesidad de proporcionar apoyo económico a los países que han sido impactados por los flujos de refugiados y de migración.

Entre los primeros anuncios también estarán los de la vicepresidenta, Kamala Harris, sobre inversiones en Centroamérica y sobre empoderamiento de la mujer. El presidente, Joseph Biden, lanzará mensajes sobre gobernanza democrática, salud, economía, cambio climático, digitalización y sostenibilidad. Empezará insistiendo en la idea de una recuperación equitativa tras la crisis de la covid y una “Asociación Americana” para lograrla, que incluya inversiones, mejoras de la cadena de suministro, descarbonización, biodiversidad, empleos verdes y comercio inclusivo y sostenible, según explicó un alto cargo de la Administración Biden en una llamada con periodistas sin aclarar la concreción que tendrán esos mensajes.

Reforma del BID

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Como parte de esa “Asociación Americana”, Biden “propondrá una ambiciosa reforma del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para abordar mejor los retos de desarrollo de la región”, según el alto cargo, que no dio más detalles. La misma fuente explicó que “dado que el sector privado tiene un papel fundamental, Estados Unidos también tratará de obtener una participación en el capital de IDB-Invest, la rama de préstamos al sector privado del banco, para apoyar el despliegue de capital privado y ayudar a dirigirlo allí donde tenga mayor impacto”.

Biden también anunciará ayudas multimillonarias destinadas a seguridad alimentaria y salud en todo el Hemisferio Occidental.

La Casa Blanca quiere que se empiece a hablar más de contenidos y no de asistentes. Hasta ahora, todo el debate se ha centrado en la lista de invitados. La diplomacia estadounidense ha dejado ese asunto sin aclarar hasta después de iniciadas las actividades de la propia Cumbre y a solo dos días de la inauguración oficial de la misma. Los esfuerzos de última hora han dado algunos resultados, pero han sido insuficientes. La Casa Blanca ofreció a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, una reunión bilateral con Biden en Los Ángeles y con eso se aseguró su asistencia. Biden también ofreció a Alberto Fernández una visita oficial a Washington para el mes próximo y eso ha servido para sellar su asistencia.

La ausencia de López Obrador, sin embargo, pesa mucho más. A ella se suma la de los países vetados, la de otros presidentes que han seguido el liderazgo de México y hasta la del presidente de Uruguay, enfermo de covid. Se espera que sea la cumbre con menor presencia de países, y desde luego muy lejos de la de 1994, la única celebrada en Estados Unidos hasta ahora, en la que la única ausencia reseñable fue la de Cuba.

Los países excluidos aprovecharon para montar en La Habana una cumbre paralela de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) que ponía de manifiesto el choque con Washington y que sacó a relucir toda su retórica antiimperialista.

La Casa Blanca tenía argumentos para no invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua por su falta de respeto a la democracia, pero ni siquiera salió a proclamar abiertamente que esos países estaban vetados. Hasta este mismo lunes, el mensaje ha sido todo el tiempo que aún era posible enviar nuevas invitaciones, que la lista no estaba cerrada, que había consideraciones pendientes... Solo ha sido este lunes, y después de que López Obrador confirmase su ausencia, cuando la Casa Blanca ha dicho con claridad que no quiere que haya “dictadores” en la Cumbre.

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