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El patriarca Kiril y los ‘carniceros’ de Bucha y Mariupol, entre los nuevos nombres de la lista negra de la UE

El sexto paquete de sanciones de Bruselas propone añadir a 68 personas y acusa a decenas de mandos militares rusos de crímenes de guerra y contra la humanidad

El cuerpo de un hombre con las manos atadas a la espalda yacía, como muchos otros, en la localidad ucrania de Bucha tras la retirada de las tropas rusas. Foto: ZOHRA BENSEMRA (REUTERS) | Vídeo: EPV
Guillermo Abril

El sexto paquete de sanciones contra Rusia anunciado este miércoles por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propone añadir a la lista negra de la UE 68 nuevos nombres, entre los que destaca el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, uno de los más ardientes altavoces de la invasión de Ucrania, según un borrador al que ha tenido acceso EL PAÍS. La relación de personas incluye también a un buen puñado de altos mandos militares de Rusia a los que el bloque comunitario considera responsables de crímenes atroces cometidos contra la población ucrania, como el coronel general Mijaíl Mizinstev y el coronel Azatbek Asanbekovich Omurbekov, conocidos como los carniceros de Mariupol y Bucha, respectivamente.

El listado, aún provisional a la espera de que los Veintisiete le den el visto bueno, explica con detalle los motivos que llevan a la UE a incluir los nombres. Vladímir Mijaílovich Gundiayev, el patriarca Kiril de la Iglesia ortodoxa rusa, nacido en Leningrado (hoy San Petersburgo) en 1946, es “aliado desde hace tiempo del presidente Vladímir Putin”, y considera al líder del Kremlin “el único defensor de la cristiandad en el mundo”, según afirma el texto de las sanciones. El religioso, una de las figuras más influyentes del país, describió la victoria de Putin en las elecciones presidenciales de 2012 como un “milagro de Dios”; Kiril “se ha convertido en uno de los más destacados partidarios de la agresión militar rusa contra Ucrania”, detalla la propuesta.

El 27 de febrero de 2022, durante un sermón celebrado en la catedral de Cristo Salvador de Moscú, el patriarca respaldó oficialmente la autodenominada por Moscú “operación especial de mantenimiento de la paz” de Rusia en Ucrania. Además, según el texto, “Kiril bendijo a los soldados rusos que luchan por el Mundo Ruso y la Santa Rusia en Ucrania”. El 6 de marzo, durante otro sermón, describió las acciones militares como una guerra “contra el mal” y una “operación de limpieza religiosa” mediante la cual se lleva a cabo la purificación espiritual de Ucrania. “Kiril sigue difundiendo el mensaje de que el territorio de Donbás y otras zonas ucranias pertenecen a la Santa Rusia y, por tanto, deben ser purificadas de enemigos tales como los partidarios de los decadentes valores occidentales”. La UE considera que sus actos “socavan o amenazan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania, así como la estabilidad y la seguridad del país”.

El relato que aporta el texto para justificar las sanciones a los mandos militares deja intuir la barbarie perpetrada en el campo de batalla. Al coronel general Mijaíl Mizintsev, apodado El Carnicero de Mariupol y jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de la Federación Rusa, lo identifica como el comandante que supervisa el asedio a la ciudad portuaria, “donde ha recurrido a tácticas utilizadas anteriormente en el asedio de Alepo [Siria]”. A Mizintsev se le acusa de haber orquestado los bombardeos de Mariupol, hoy reducida a escombros y aún bajo asedio ruso. En estas campañas de bombardeos indiscriminados “murieron miles de civiles”, detalla el texto, que recuerda el ataque a un hospital de maternidad y a un teatro, “en los que murieron cientos de niños”.

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De las aterradoras matanzas de la ciudad de Bucha, una localidad en las inmediaciones de la capital, Kiev, que salieron a la luz a principios de abril tras la retirada de las tropas rusas, Bruselas responsabiliza a 55 mandos militares, liderados por Azatbek Asanbekovich Omurbekov. Este último es el coronel y comandante de la 64ª Brigada Independiente de Infantería Motorizada de Rusia, “que mató, violó y torturó a civiles en Ucrania, en Bucha”, dice la propuesta. “Estas atrocidades constituyen crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”, prosigue. Putin premió a esta brigada “por su heroísmo y coraje” poco después. El comandante, detalla la propuesta de sanción, dirigía las acciones de su unidad militar y recibió el apodo de Carnicero de Bucha debido a su responsabilidad directa en los asesinatos, violaciones y torturas en esa localidad.

En su discurso del miércoles, en el que desveló la propuesta de sanciones, la presidenta Von der Leyen lanzó un duro mensaje contra quienes considera “autores de la guerra del Kremlin”. En sus palabras: “Sabemos quiénes sois y tendréis que rendir cuentas”.

Con esta nueva ronda de represalias, la lista de sancionados por la UE alcanza ya las 1.168 personas contra las que se ha decretado la congelación de bienes en la UE y la prohibición de entrada en el territorio comunitario; entre ellas, figuran infinidad de oligarcas, empresarios y políticos, incluidos el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, además del círculo familiar de ambos. El cerco a Putin y Lavrov, en cambio, no implica la prohibición de entrada en la UE, un canal que se ha querido dejar abierto por motivos diplomáticos.

La propuesta, que podría sufrir cambios, aún no ha sido aprobada, al formar parte del paquete de sanciones más complejo al que se ha enfrentado la UE hasta la fecha, que incluye un embargo total al petróleo ruso, al que se resisten algunos países capitaneados por Hungría, un socio comunitario próximo a Moscú.

Estaba previsto que la negociación en el Consejo (el órgano que representa a los Gobiernos de los Veintisiete) se retomara este jueves, después de ser suspendida sin éxito la jornada anterior. Pero fuentes diplomáticas indican que el encuentro se ha cancelado poco antes de arrancar y los embajadores ante la UE se han emplazado a seguir negociando mañana viernes para buscar una salida a las implicaciones económicas y de suministro que supondría el veto al crudo ruso. “Va a ser duro sacarlo adelante, pero está claro que hay que lograrlo”, asegura una fuente diplomática.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

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