Alemania juzga a un médico en el segundo proceso por crímenes de lesa humanidad en Siria
El acusado, de 36 años, se enfrenta a una posible cadena perpetua por un asesinato y la tortura de al menos 18 detenidos
Alaa M., un médico sirio de 36 años que fue capturado en 2020 en el Estado federado de Hesse (Alemania), y que es sospechoso de haber cometido crímenes contra la humanidad, incluida la tortura de prisioneros en hospitales militares en Siria, ha comparecido este miércoles en un tribunal de Fráncfort, en el segundo caso de este tipo que lleva a cabo la justicia alemana. Hace una semana, un tribunal de Coblenza condenó a un exoficial de los servicios de espionaje sirios a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. El acusado llegó a Alemania en 2015 para trabajar como médico, gracias a un visado expedido por este país para los sirios que trabajan en determinados sectores en los que falta mano de obra cualificada. Alaa M. trabajó como cirujano ortopédico en varios hospitales antes de ser reconocido por unos refugiados sirios. En el momento de su detención, en junio de 2020, ejercía en una clínica de rehabilitación en Bad Wildungen, una tranquila ciudad balneario de Hesse. Sus colegas desconocían su pasado.
La Fiscalía acusa a Alaa M. de “haber torturado e infligido graves daños físicos y psicológicos” a por lo menos 18 detenidos entre 2011 y 2012 en el hospital militar de la ciudad siria de Homs y en los calabozos de los servicios secretos en la misma localidad. Además, se le imputa un asesinato y otros cuatro de lesiones graves. El acusado, según dos testigos, estaba en formación médica en el hospital militar cuando, como médico asistente, vertió alcohol sobre los genitales de algunos prisioneros y luego les prendió fuego. Supuestamente golpeó, pateó, colgó del techo y azotó a varios detenidos.
“Alaa M. no es una excepción en Siria”, ha dicho Annsar Shahhoud, un refugiado sirio, a Tagesschau, el informativo de televisión con mayor audiencia en el país “Los médicos han participado sistemáticamente en la violencia desde 2011. Supervisan las torturas, los asesinatos y emiten certificados de defunción falsos”, ha señalado.
Alaa M. está en prisión preventiva desde su detención en 2020 y podría ser condenado a cadena perpetua. Los fiscales alemanes se han acogido a las leyes de jurisdicción universal que les permiten solicitar juicios para los sospechosos de crímenes contra la humanidad cometidos en cualquier parte del mundo. Alemania se ha convertido en un país pionero en juzgar los crímenes del régimen del presidente sirio, Bachar el Asad.
La acusación más grave a la que se enfrenta Alaa M. tiene que ver con la muerte de un opositor. Según la Fiscalía, un preso, que había sido detenido por participar en una manifestación contra el régimen, sufrió un ataque epiléptico al cabo de una sesión de tortura. Alaa M. fue llamado para prestarle auxilio, pero en lugar de ello le golpeó y pateó en al menos dos ocasiones. El preso murió al poco tiempo, sin que se determinase la causa exacta de la defunción.
Según informaciones del semanario Der Spiegel, que difundió en 2020 la verdadera identidad de Alaa M. en una investigación conjunta con la cadena catarí Al Jazeera, los dos testigos en cuyas declaraciones se fundamenta el caso se encontraban detenidos donde el acusado realizó sus torturas.
Los fiscales consideran que Alaa M. es un partidario fanático de El Asad, que llamaba “cucarachas” a los opositores y participaba “de todo corazón” en la represión. “La apertura del segundo juicio en Alemania por crímenes de lesa humanidad cometidos en Siria muestra que los esfuerzos para hacer justicia por las atrocidades cometidas en ese país están ganando impulso”, ha señalado en un comunicado la ONG Human Rights Watch antes de que comenzara la audiencia.
El abogado sirio Anwar al-Bunni, que dirige una organización en Berlín en defensa de los derechos humanos y que ayudó a preparar el caso contra Alaa M., dijo en vísperas de la apertura del juicio que la presencia del médico ante el tribunal arrojaría más pruebas de que el Gobierno sirio instigó la tortura para sofocar el levantamiento contra El Asad.
“Esperamos que se le condene a cadena perpetua”, dijo al-Bunni, quien añadió que el tribunal podría emitir un veredicto antes de que termine este año.
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