Europa busca cómo hablar con los talibanes
Berlín y París admiten “contactos operacionales” con los integristas para ayudar a los afganos que no han podido ser evacuados. Francia confía en que Qatar pueda abrir algunas líneas aéreas para continuar las evacuaciones
Ante la inminente retirada final estadounidense del aeropuerto de Kabul, el 31 de agosto, y la creciente amenaza terrorista tras el atentado del jueves, Europa ha ido cerrando estos días sus operaciones de evacuación en la capital afgana. Conscientes sin embargo de que no pueden dar un portazo total a los talibanes, aunque se nieguen por el momento a cualquier reconocimiento político, diversos países han empezado a entablar “contactos operacionales” para asegurarse, al menos, un resquicio para continuar la salida segura de afganos amenazados por los fundamentalistas. La posibilidad de un diálogo más amplio, aunque condicionado, con un futuro gobierno talibán, se perfila también cada vez con más fuerza.
“Aunque todavía son frágiles y provisionales, hay discusiones con los talibanes sobre la cuestión de operaciones humanitarias y la capacidad de proteger a repatriados a afganos y afganas en riesgo”, confirmó este sábado el presidente francés, Emmanuel Macron, desde Bagdad, donde participó en una conferencia regional junto con el emir de Qatar, Tamim ben Hamad Al-Thani, entre otros. “Nuestro objetivo es que podamos, en los días, semanas y meses que vienen, mediante la cooperación con Qatar y en el marco de discusiones con los talibanes, proceder a evacuaciones específicas para proteger a afganos” en riesgo, explicó y evocó un posible establecimiento de un puente aéreo o la apertura de ciertas líneas aéreas comerciales cataríes hacia Kabul.
Continuar las evacuaciones de afganos es “claramente una condición para nosotros de cualquier forma implicación política con los talibanes”, insistió Macron, que también estableció otras “tres condiciones” innegociables para un potencial diálogo: el “respeto de la evacuación” de afganos, que los talibanes establezcan una “línea roja ante los grupos terroristas” y el “respeto de los derechos humanos, especialmente de las mujeres”, enumeró.
La canciller alemana, Angela Merkel, también defendió esta semana una vía de comunicación con los talibanes. “Nuestro objetivo debe ser preservar todo lo posible aquellos cambios logrados en Afganistán en los últimos 20 años. La comunidad internacional debe hablar de ello también con los talibanes” aunque no habrá “acuerdos incondicionales”, dijo el miércoles.
Pragmatismo
Los primeros encuentros han tenido lugar esta semana en Doha. El interlocutor de los europeos es el jefe de la oficina política de los talibanes en la capital catarí, Sher Mohammad Abbas Stanekzai. El enviado alemán para Afganistán, Markus Potzel, mantuvo el martes conversaciones con Stanekzai y su equipo “sobre la necesidad urgente de contar con un aeropuerto funcional en Kabul como requisito previo para una presencia diplomática y de ONG en Afganistán”, anunció el diplomático germano. También indicó que la delegación afgana le “aseguró” que los afganos “con documentos legales tendrán la oportunidad de viajar en vuelos comerciales a partir del 31 de agosto”.
Los “contactos operacionales” de Francia con la delegación talibán en Doha tuvieron lugar el jueves, según uno de los portavoces del grupo fundamentalista, Suhail Shaheen. En la cita entre Stanekzai y el enviado francés, François Richier, se discutieron “cuestiones políticas y la situación de Afganistán” y se trató “con detalle” la situación en el aeropuerto de Kabul, dijo Shaheen.
Para París, es una cuestión de pragmatismo. “En la vía diplomática y en las relaciones internacionales, a veces hay que elegir entre malas opciones para defender lo mejor, o al menos lo menos mal posible, los intereses y valores”, dijo el viernes el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Clément Beaune. “¿Habrá un gobierno afgano dentro de unas semanas o meses, que incluya otras sensibilidades políticas y no solamente las de los talibanes? En ese caso podríamos tener algunos contactos”, indicó.
Una idea que también comparte Londres. Según un portavoz del Gobierno británico, el primer ministro, Boris Johnson, y Merkel acordaron este sábado “trabajar, junto con el resto del G7, para poner en marcha una ‘hoja de ruta’ con la que lidiar con el nuevo gobierno afgano, algo debatido en el encuentro de líderes de la pasada semana”, informa Efe. Al igual que Macron, Johnson no obstante “subrayó que cualquier reconocimiento o compromiso con los talibanes debe estar condicionado a que ellos permitan el pasaje seguro a aquellos que quieren abandonar el país y respetar los derechos humanos”.
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