Un atentado del ISIS provoca una matanza en la evacuación de Kabul
Un suicida se inmoló entre la multitud concentrada en los alrededores del aeropuerto de Kabul y causó decenas de muertos, 13 de ellos soldados estadounidenses, según el Pentágono
La advertencia de EE UU acerca de un inminente ataque terrorista en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul se confirmó este jueves, añadiendo confusión a la vorágine de las labores de evacuación y una imagen, la de militares estadounidenses muertos, que el presidente Joe Biden nunca habría querido contemplar como colofón a las críticas por la caótica retirada de Afganistán. Decenas de muertos —incluidos 13 militares estadounidenses— y de heridos es el balance de un atentado suicida perpetrado en torno al aeródromo. Fuentes locales y de los talibanes citadas por la agencia Reuters cifran en al menos 92 los fallecidos, incluyendo los 13 estadounidenses, y elevan a 120 los heridos. Fuentes sanitarias locales citadas por The New York Times, CBS y ABC News suben el número de muertes afganas y de otras nacionalidades a 170, además de los 13 estadounidenses. No hay datos oficiales confirmados. Aunque inicialmente se informó de dos explosiones, el Pentágono ha aclarado este viernes que solo hubo una explosión y que el error se debió a la confusión en la zona del aeropuerto de Kabul.
El ataque se produjo en la entrada principal del recinto, Abbey Gate, donde desde hace días se concentra una multitud ansiosa por escapar del país, cuando un terrorista suicida hizo detonar la carga explosiva de su chaleco mientras era inspeccionado en el control de acceso, bajo control de militares estadounidenses. El ISIS, enemigo declarado de los talibanes, se atribuyó la autoría del ataque. Las nuevas autoridades de Kabul se apresuraron a condenar el atentado. El Pentágono informó posteriormente de una segunda explosión en uno de los accesos al hotel Baron, situado a unos 200 metros de distancia. Horas más tarde lo desmentía el general del Ejército William Taylor: “Puedo confirmar que no creemos que haya una segunda explosión en o cerca del hotel (...) No estamos seguros de cómo se dio esa información incorrecta, pero no es una sorpresa que en la confusión de una situación muy dinámica como esta se pueda provocar que se dé información errónea o distorsionada”, dijo en una conferencia de prensa en el Pentágono.
“A pesar de que estamos entristecidos por la pérdida de vidas, continuaremos nuestra misión (...) Todavía hay una serie de amenazas activas” en torno al aeropuerto, desde un posible ataque con cohetes a un atentado con coche bomba, aseguró desde el Pentágono el general Kenneth Mckenzie, jefe del Estado Mayor, en alusión a la evacuación de estadounidenses y colaboradores afganos de Kabul. Tras las explosiones, “milicianos del ISIS abrieron fuego contra civiles y fuerzas militares” en la zona, informó el alto mando.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, condenó “enérgicamente” el atentado. “Ha ocurrido en una zona donde las fuerzas de EE UU son responsables de la seguridad”, precisó en su cuenta de Twitter, aunque en la práctica es una información matizable. Milicianos talibanes vigilan el exterior del aeropuerto mientras la supervisión del interior del recinto está en manos de EE UU, con un despliegue de 5.200 soldados autorizado por el presidente Biden para garantizar la seguridad de la evacuación.
#واکنش:
— Zabihullah (..ذبـــــیح الله م ) (@Zabehulah_M33) August 26, 2021
امارت اسلامی انفجار بر مردم ملکی در میدان هوایی کابل را به شدت نکوهش میکند.
انفجار مذکور در ساحۀ بوقوع پیوسته است که امنیت ان در دست نیروهای امریکایی است.
امارت اسلامی به امنیت و حفاظت مردم خود سخت متوجه می باشد.
جلو حلقات شریر به قوت تمام گرفته خواهد شد.
La Casa Blanca seguirá adelante con los planes de evacuación, descartando cualquier modificación del plazo de salida, que concluye el próximo 31 de agosto, a consecuencia del atentado. El general Mckenzie, que elevó a un millar los ciudadanos estadounidenses que siguen en Afganistán, subrayó que las tropas continuarán la misión encomendada. “La amenaza del ISIS es completamente real y esperamos que ataques como estos no se repitan”, precisó el jefe de Estado Mayor, que aseguró que su país “perseguirá” a los responsables del atentado. El de este jueves es uno de los más mortíferos padecidos por las tropas de EE UU a lo largo de las dos décadas que ha durado el despliegue aliado.
El presidente Joe Biden fue informado de los hechos mientras mantenía su reunión diaria con los miembros del equipo de seguridad nacional, a la que se incorporó desde Guam la vicepresidenta, Kamala Harris, de gira oficial por Asia. La noticia obligó a posponer la importante reunión que el mandatario iba a mantener con el primer ministro israelí, Naftali Bennett. También se aplazaron otras comparecencias previstas en la Casa Blanca. Posteriormente, Biden compareció con un duro mensaje a los responsables del atentado: “No vamos a perdonar ni olvidar. Perseguiremos a los terroristas y les haremos pagar por esto”.
Pese a la alerta emitida a última hora del miércoles por la legación estadounidense en Kabul, instando a sus ciudadanos a evitar el traslado al aeropuerto, por riesgo inminente de ataque terrorista, un diplomático occidental confirmó a Reuters que las entradas del aeródromo seguían colapsadas por una multitud ansiosa de escapar a medida que se aproxima la fecha límite de la evacuación, el próximo martes.
Poco antes de la explosión, el portavoz del Pentágono había desmentido informaciones que apuntaban un final anticipado de las evacuaciones a causa de la amenaza terrorista. “Vamos a seguir evacuando a tantas personas como sea posible hasta el término de la misión”, tuiteó Kirby.
Desde la entrada de los talibanes en Kabul el día 15, decenas de miles de afganos se concentran en los alrededores del aeropuerto con la esperanza de colarse en alguno de los vuelos que Estados Unidos y sus aliados han organizado para evacuar a sus nacionales y a sus colaboradores locales. Las aglomeraciones han dificultado la tarea y causado estampidas mientras que los tiroteos han causado una veintena de muertos.
El martes, el presidente de EE UU, Joe Biden, justificó no extender el plazo de evacuación más allá del 31 de agosto por la “amenaza creciente de ataque del ISIS”. Son las siglas que se usan en inglés para el grupo terrorista Estado Islámico, pero en Afganistán actúa una rama local de esa formación que se autodenomina Estado Islámico en la Provincia de Jorasán (EI-J, o ISIS-K en sus siglas en inglés) y opera en el subcontinente indio.
EE UU, Reino Unido y Australia habían pedido desde entonces a sus ciudadanos y a los afganos a los que tienen previsto evacuar que evitaran el aeropuerto y esperaran en zonas seguras. Los servicios secretos norteamericanos habían detectado indicaciones de que el grupo, responsable de algunos de los atentados más brutales que ha sufrido Afganistán en los últimos años, planeaba aprovechar para apuntarse un doble tanto: atacar tanto a los estadounidenses como a los talibanes, con los que rivaliza. Y, además, propinar un serio golpe al presidente Biden, que deberá encajar la vuelta a casa de una docena de sus soldados dentro de un féretro. Una losa que amenaza con sepultar su recién iniciado mandato.
*Esta información fue actualizada con la precisión del Pentágono de que solo hubo una explosión en el aeropuerto y no en las inmediaciones del hotel Baron, como había indicado la fuente inicialmente.
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