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El Congreso de Canadá prohíbe en primera instancia las “terapias de conversión”

La iniciativa, que ha pasado al Senado, criminaliza con un máximo de cinco años de cárcel a quienes realicen esas prácticas, a las que han sido sometidos al menos 50.000 canadienses

Comunidad lgbt canadá
Banderas del orgullo trans y LGTBI frente al Parlamento de Ottawa (Canadá), en 2017.CHRIS WATTIE (Reuters)

La Cámara baja de Canadá aprobó el proyecto de ley para prohibir las denominadas “terapias de conversión” que prometen imponer la heterosexualidad a personas LGBTI. La iniciativa C-6 —presentada en octubre de 2020 por David Lametti, ministro de Justicia, y Bardish Chagger, ministra de Diversidad e Inclusión— fue una de las promesas electorales más sonadas de Justin Trudeau en los comicios de 2019. El proyecto de ley obtuvo el visto bueno, en tercera lectura, en una votación con un resultado de 263-63. Todos los votos en contra provinieron de los asientos conservadores; Erin O’Toole, líder de la fuerza opositora, se pronunció a favor de la iniciativa liberal, respaldada por el Nuevo Partido Democrático, el Bloque Quebequés y el Partido Verde.

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“Las terapias de conversión no tienen cabida en Canadá”, escribió el primer ministro Trudeau en Twitter. “Y a pesar de que más de la mitad de los conservadores votaron contra nuestro proyecto de ley que busca criminalizar esta práctica nociva y degradante, la Cámara lo adoptó. Siempre defenderemos los derechos de los canadienses LGTBIQ+”. El texto, que ha pasado al Senado, penaliza el acto de someter a un menor a una “terapia de conversión” o enviarlo al extranjero con este fin, llevarla a cabo en un adulto contra su voluntad, recibir dinero a cambio de estos servicios o hacer publicidad de los mismos. La pena máxima puede alcanzar los cinco años de cárcel.

La iniciativa C-6 define estas terapias como “una práctica que tiene como objetivo cambiar la orientación sexual de una persona para hacerla heterosexual, suprimir o reducir la atracción o comportamiento sexual no heterosexual, o modificar la identidad de género de un individuo para que coincida con su sexo asignado al nacer”. De acuerdo a un estudio del Centro de Investigación Comunitaria (con sede en Vancouver) y publicado a principios de este mes en la revista PLOS One, el 21% de los encuestados pertenecientes a una minoría sexual dijo haber sido objeto de esfuerzos para cambiar su orientación sexual, identidad de género o expresión de género. El 10% señaló que había experimentado estas terapias.

Los autores calculan que más de 50.000 canadienses han sido sometidos a estas prácticas. Travis Salway, profesor de la Universidad Simon Fraser y autor principal del texto, sostuvo que las denominadas “terapias de conversión” están asociadas “a un daño psicológico significativo” y, por lo tanto, “han sido desacreditadas por múltiples organismos médicos y psicológicos”.

El Senado canadiense concluirá sus trabajos la noche de este viernes. Es probable que los senadores den luz verde a la iniciativa C-6 para que después reciba la sanción real. En caso contrario, este órgano legislativo volverá a abrir sus puertas el 20 de septiembre y podría retomarla. Sin embargo, el proyecto corre el riesgo de perecer si hay un llamado a las urnas antes de la llegada del otoño, una posibilidad que suena cada vez más alto en el país.

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