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Fallece con síntomas de covid-19 uno de los principales asesores de Daniel Ortega en Nicaragua

Paul Oquist, de origen estadounidense, era uno de los más importantes ministros del Gobierno. Al menos 12 altos funcionarios sandinistas han muerto por causas relacionadas con la pandemia

Paul Oquist
Paul Oquist, asesor del presidente Daniel Ortega, en junio de 2013 durante una conferencia en Managua sobre el canal interoceánico que el Gobierno pretendía construir en Nicaragua.Carlos Herrera

Paul Oquist Kelly, asesor y ministro privado para Políticas Nacionales del presidente Daniel Ortega, falleció la madrugada de este 13 de abril en el Hospital Militar Alejandro Dávila Bolaños, en Managua, luego de pasar varios días intubado en la Unidad de Cuidados Intensivos. El Gobierno reconoció la muerte de una de los principales operadores del presidente a través de un comunicado emitido varias horas después, pero no detallaron la causa del fallecimiento. Con Oquist son ya 12 altos funcionarios sandinistas que fallecen por causas relacionadas con la pandemia.

Fuentes médicas consultadas por EL PAÍS aseguraron que Oquist murió con claros síntomas de covid-19, la enfermedad que la Administración de Ortega —incluso el mismo Oquist— ha minimizado. La causa de la defunción fue “embolia pulmonar”, un cuadro clínico “común en todos los pacientes que se contagian de coronavirus”, según las fuentes sanitarias. “Es decir un deterioro ventilatorio causado por la covid-19”, detallaron los doctores.

“Celebramos la vida de Paul, agradecidos al señor, porque nos permitió contar con su inteligencia especial, con su visión fraternal, con su propuesta de justicia y derechos para nuestro pueblo y para los pueblos del mundo; con ese insuperable dominio de las relaciones internacionales, de los organismos, que conocía tan bien, y con los que nos relacionaba de manera profunda y extraordinaria”, dice el comunicado firmado por el presidente Ortega y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo.

Oquist nació en Illinois, Estados Unidos, en 1943. A finales de los años setenta inició su trayectoria en el sandinismo, específicamente en los albores revolucionarios que derrocaron a la dictadura somocista, cuando trabajó muy de cerca con el comandante Ortega como principal estratega de la administración pública en ese entonces. Oquist jugó un papel determinante en las negociaciones que consiguieron la rendición de la guerrilla de la Contra, financiada en aquel entonces por Washington.

En los noventa, tras la derrota de Ortega en las urnas ante la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, Oquist viajó por varios países como consultor. Fue uno de los expertos de cabecera del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile y Ecuador. En 2007, cuando Ortega retornó a la presidencia, Oquist fue nombrado coordinador del Consejo de Política Nacional y se convirtió en una de las caras más visible del régimen en el escenario internacional.

En 2018, tras la represión ejercida por la policía y grupos paraestatales afines al Gobierno contra las manifestaciones que exigieron el fin del mandato de Ortega, Oquist viajó por el mundo negando los crímenes de lesa humanidad denunciados por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales. Por eso en octubre de 2020 el Departamento del Tesoro estadounidense lo sancionó por “jugar un papel principal en la difusión de desinformación para encubrir los crímenes del régimen y las fechorías de horribles abusos a los derechos humanos”.

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“En numerosas entrevistas con medios internacionales de habla inglesa y en reuniones con representantes extranjeros, Oquist ha difundido las falsas narrativas y propaganda del régimen de Ortega. Además, ha defendido el caso de los Ortega a nivel internacional con un flujo incesante de mentiras para ocultar o justificar los abusos del régimen”, insistió Washington.

Tras la sanción, Ortega canceló algunos cargos que Oquist ocupaba, entre ellos el de miembro de la Junta Directiva de las Empresas Nicaragüenses del Petróleo (PETRONIC). En los últimos dos años, el asesor se dedicó a promocionar Equilibria, un libro de su autoría sobre “filosofía y la economía política de la existencia y la extinción”.

En mayo de 2020, en el pico de contagios y muerte de la pandemia de covid-19, Oquist ocupó como plataforma la cuenta de Twitter de su libro para minimizar la pandemia. Lo hizo en consecuencia con el tono negacionista del Gobierno sandinista frente al coronavirus, que nunca ha declarado cuarentena para frenar la enfermedad.

“Las cuarentenas son para los enfermos, los expuestos a contagio y los vulnerables de alto riesgo, no para todos y menos para sociedades enteras durante largos períodos. Y se convierten en fórmulas para las depresiones individuales, colectivas y económicas”, escribió Oquist. “El miedo viral saca el virus de contexto. No es la repetición de la influenza española de 1918-1920. No es la enfermedad infecciosa del siglo o siquiera del año”, expresó en otro trino el asesor presidencial.

Altos funcionarios sandinistas fallecidos por covid

Con Paul Oquist son ya 12 altos funcionarios del Gobierno de Ortega que han fallecido por causas relacionadas con la covid-19. De acuerdo a una investigación del medio Divergentes, los miembros sandinistas de renombre muertos por la pandemia que tanto negaron hasta ahora son: Orlando Noguera, alcalde de Masaya; Orlando Castillo Castillo, director de la empresa nacional de Telecomunicaciones, Telcor; Rita Fletes Zamora, diputada suplente del FSLN; Roberto Moreira, asesor de Gobierno y primo del diputado Wilfredo Navarro; Armando Navarrete, director por Nicaragua ante el Banco Centroamericano de Integración Económica; Francisco Abea, director de políticas tributarias; Óscar Cruz, gerente general de la financiera Caruna; y Henry Quintanilla, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).

Otro alto funcionario fallecido a causa del coronavirus fue el mítico “Comandante Cero”, Edén Pastora. Como Oquist, murió en el Hospital Militar en el piso destinado únicamente para tratar casos graves de la covid. El Gobierno, sin embargo, no reconoce su muerte debido al virus.

Tras el anuncio de la muerte de Oquist, en redes sociales circuló una publicación de la alcaldía de la ciudad caribeña de Bluefields, en cuyas fotos se ve a un sonriente asesor presidencial sin mascarilla junto a otras personas durante las vacaciones de Semana Santa. Luego de eso, Oquist acudió al Hospital Militar donde se agravó, fue intubado y falleció.

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