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Sexo, dinero y valores cristianos: la caída de Jerry Falwell Jr., el pilar de Trump en la derecha religiosa

Un tórrido escándalo y acusaciones de desfalco hunden en plena campaña electoral al hombre que otorgó al presidente el voto ultrarreligioso en 2016 y fue clave para su victoria

Pablo Ximénez de Sandoval
Donald Trump y Jerry Falwell Jr., en Liberty University en mayo de 2017.
Donald Trump y Jerry Falwell Jr., en Liberty University en mayo de 2017.Steve Helber (AP)

¿Cómo es posible que la derecha evangélica y moralista de Estados Unidos aupara hasta la Casa Blanca a Donald Trump, un hombre soez, casado tres veces, que nunca ha pisado una iglesia, partidario del aborto hasta hace poco, notoriamente promiscuo y acusado de abusos sexuales por decenas de mujeres? La respuesta tiene nombre propio: Jerry Falwell Jr., presidente de una de las universidades evangélicas más grandes del país, Liberty University, hasta hace dos semanas. Un escándalo sexual y acusaciones de desfalco han acabado con su imagen. La alianza de hace cuatro años no se repetirá. Trump se ha quedado sin su principal valedor dentro de la derecha cristiana norteamericana.

La campaña de primarias de Donald Trump en 2016 debía pasar su primer gran test en los caucus de Iowa. Allí, el favorito era el senador Ted Cruz, que esperaba dar un golpe de autoridad y quitar de en medio al molesto magnate. Cruz era el candidato de la derecha religiosa. Incluso había lanzado su campaña para la presidencia en Liberty University, un enorme negocio de educación conservadora con más de 100.000 alumnos y un presupuesto por encima de los 1.000 millones de dólares. Liberty University era la puerta al voto evangélico, gracias al enorme predicamento que tenía su presidente, Jerry Falwell Jr. Sin embargo, justo antes de los caucus de Iowa, Falwell dio su apoyo público a Trump. Fue una sorpresa mayúscula, abrió la puerta a que otros líderes religiosos lo apoyaran y, para muchos, le dio el impulso clave para lograr la nominación.

En mayo 2019, el abogado personal de Donald Trump, Michael Cohen, reveló que apenas unos meses antes de aquel momento trascendental para la política norteamericana, él había ayudado a Falwell a deshacerse de unas “fotos personales”. Cohen era el fontanero de Trump, el que se había ocupado de tapar escándalos como el affaire con la actriz porno Stormy Daniels para que no salieran durante la campaña. Según Cohen, alguien estaba extorsionando a Falwell y su esposa, Becki, con unas fotos comprometedoras. “Son terribles”, dijo Cohen a su interlocutor. En la conversación, dice que se quedó con una. El problema finalmente se resolvió solo, afirma.

Nadie ha podido establecer una causalidad directa entre estos hechos. Solo se pueden poner uno al lado del otro. Falwell tiene un problema con unas supuestas fotos comprometedoras. El abogado personal de Trump le ayuda a eliminarlas, pero conserva una. Meses después, Falwell deja atónito al Partido Republicano apoyando para la presidencia al menos religioso de todos los candidatos. Cohen insinúa en su nuevo y explosivo libro de memorias que ambas cosas están relacionadas. Falwell lo niega categóricamente.

Los medios investigaron esa historia durante el verano de 2019 y dieron con un personaje llamado Giancarlo Granda. Los Falwell lo conocieron en un hotel de Miami en 2012. Él tenía entonces 20 años y trabajaba como limpiapiscinas. Los Falwell hicieron amistad con el joven, le llevaron de viaje, conoció a Trump, y le ofrecieron ayuda económica para montar un hostal en Miami. El negocio salió mal, acabaron peleados, y de ahí venía la amenaza de utilizar ciertas fotos contra ellos. Pero, ¿qué había en esas fotos?

El bombazo llegó el pasado 24 de agosto, cuando Granda, en una entrevista con Reuters, reveló que se trata de fotos sexuales de él con Becki Falwell. En ellas, asegura, participa Jerry Falwell Jr. mirando desde una esquina de la habitación. La relación duró años, asegura. Granda aporta también mensajes de texto que prueban su relación. Los Falwell han reconocido la relación sexual, pero él niega que participara en los encuentros sexuales de su esposa con el amante.

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Giancarlo Granda, en Washington el pasado agosto.
Giancarlo Granda, en Washington el pasado agosto.JONATHAN ERNST (Reuters)

El escándalo llegaba además después de que la universidad obligara a Falwell a tomarse una baja permanente tras subir a Instagram una foto en la que aparecía en calzoncillos enseñando barriga junto a una mujer embarazada. Él asegura que era una broma. El mismo día 24, Falwell comunicó su dimisión como presidente de la universidad. Sus problemas no han acabado. Liberty University está investigando aparentes negocios turbios e irregularidades en los que Falwell mezcló sus finanzas personales con las de la institución para enriquecerse. El hombre que abrió a Trump las puertas de la derecha religiosa, y que estaba dispuesto a pelear de nuevo por él este otoño, está fuera de combate.

El último mensaje de texto de Granda a Falwell decía: “Como te parece bien arruinarme la vida, voy a tomar la vía kamikaze. Es una verdadera pena porque yo quería resolver esto pacíficamente y seguir con nuestras vidas. Pero si lo que quieres es un conflicto, que así sea”. En otro mensaje, Falwell respondió: “Ya deberías saber que no me voy a dejar extorsionar. Siempre te he tratado bien y me he contenido ante tus amenazas porque no quería arruinarte la vida. De ahora en adelante, no vuelvas a contactar a mi familia ni a mí”. Fue un error fatal de cálculo.

Jerry Falwell Jr. es el hijo de Jerry Falwell (1933-2007) un predicador evangélico que fue uno de los personajes clave del ascenso de Ronald Reagan y el rearme ideológico republicano a finales de los años setenta. Falwell era el telepredicador más conocido de la época cuando fundó Moral Majority, la organización a través de la cual la derecha religiosa, que hasta entonces no había salido de las iglesias, se convirtió en una fuerza ineludible en la política norteamericana. El hijo nunca fue predicador, se dedicó solo a la gestión para hacer crecer el negocio montado por el padre, con notable éxito.

Falwell padre es también famoso por haber demandado por injurias a Larry Flynt, el magnate del porno, que publicó en la revista Hustler una columna satírica en la que venía a decir que el reverendo se había acostado con su madre. La demanda llegó hasta el Tribunal Supremo. En 1988, el tribunal falló a favor de Flynt y sentó un importante precedente para la libertad de expresión en EE UU. Falwell y Flynt acabaron siendo amigos y dando entrevistas juntos. El pornógrafo incluso le escribió un amable obituario al inquisidor cuando murió.

Estos días, Flynt parece haber disfrutado con la caída del apellido Falwell y no ha dejado pasar la oportunidad de ajustar cuentas. El pasado 1 de septiembre, en un artículo titulado Mi último adiós a los Falwell, acusa al hijo de no ser un verdadero cristiano, como su padre, sino de practicar “el evangelio de la prosperidad, es decir, el evangelio de la avaricia por encima de todos los valores”. “Al final, la repugnante hipocresía les acaba alcanzando a la mayoría”, escribe Flynt. “Si hubiera una segunda venida de Cristo, no tengo ninguna duda de que su prioridad sería agarrar el látigo y desterrar para siempre a todos los charlatanes y falsos profetas que han pervertido su mensaje”.

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Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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