Aniversario del 11-S: Estados Unidos recuerda una tragedia desde el centro de otra
Los políticos pausan por un día la campaña para rendir tributo a las víctimas de unos ataques que el país superó exhibiendo una unidad que no se ve, 19 años después, en la crisis del coronavirus
Estados Unidos ha conmemorado este viernes una tragedia desde el centro de otra. El recuerdo de las víctimas ha vuelto a sobrecoger a Nueva York, la ciudad donde se erguían los rascacielos derribados en 2001 por aviones pilotados por terroristas suicidas, sacudida de nuevo por una pandemia que se ha cebado con especial saña en estas calles, aprovechando el barullo y la vida frenética que convierten a la Gran Manzana en un lugar único. El coronavirus, que ha trastocado todas las rutinas de la ciudad, también ha dejado su huella en este emocionante ritual que se repite cada 11 de septiembre, obligando a adaptarlo a las limitaciones de las reuniones públicas para evitar la propagación del virus.
No ha habido escenario, se han cubierto los rostros con máscaras, y se ha respetado la distancia social en la plaza, donde hoy el agua fluye serenamente por la tierra en la que hundían sus raíces los rascacielos. Pero sí han sonado las campanas por toda la ciudad y, aunque una grabación emitida por altavoces ha sustituido al tradicional recitado en vivo, se han escuchado los nombres de las casi 3.000 fallecidos en el ataque. Una cifra atroz, pero que sirve para poner en perspectiva una pandemia que se ha llevado en este país 65 veces más vidas, hasta 23.000 de ellas solo en la ciudad de en Nueva York. Los ataques del 11-S acabaron con el sentimiento de indestructibilidad de un país que, de nuevo con la ciudad de los rascacielos como trágico epicentro, vuelve a someterse a una durísima prueba, aunque de otra naturaleza.
Hace 19 años que aquellos aviones secuestrados por terroristas islamistas se estrellaron contra las Torres Gemelas, el Pentágono (en Virginia, junto a Washington) y un campo de Shanksville (Pensilvania). La memoria de las víctimas ha sido honrada en los tres lugares por familiares, ciudadanos anónimos y también destacados políticos, protagonistas de una campaña electoral que también lo toca todo, incluido el recuerdo de un momento histórico en que un país fracturado se unió ante una crisis nacional. En esta nueva crisis, con elecciones presidenciales dentro de dos meses, esa unidad parece un lejano recuerdo.
Los candidatos de ambos partidos a la presidencia y vicepresidencia del país han pulsado el botón de pausa en sus campañas y han dedicado la jornada a la conmemoración de los ataques terroristas. El demócrata Joe Biden ha acudido por la mañana con su esposa a la ceremonia en el monumento a las víctimas en la Zona Cero, en el sur de Manhattan, donde ha saludado con un choque de codos al vicepresidente Mike Pence. Biden rompió brevemente los protocolos de distanciamiento para acudir a consolar a una mujer de 90 años que lloraba en una silla de ruedas, sujetando una fotografía de su hijo, muerto en los ataques terroristas. “Eso nunca se va”, ha dicho el candidato a presidente, llevándose una mano al pecho, en referencia a su propio hijo fallecido.
No ha habido discursos políticos, como es tradicional en esta solemne ceremonia centrada en el recuerdo. Pero la ocasión ha ofrecido un raro espejismo de unidad de unos políticos, incluido también el gobernador demócrata del Estado, Andrew Cuomo, que se han enfrentado con dureza por diferencias sobre la gestión de la crisis del coronavirus.
El presidente Trump ha acudido con la primera dama a la ceremonia celebrada en Shanksville, donde se estrelló el vuelo 93 de United Arilines, el único de los cuatro aviones secuestrados que no llegó a su destino, pues unos pasajeros, comprendiendo que se trataba de una misión suicida, intentaron tomar el control de la nave que se dirigía a estrellarse contra el Capitolio de Washington. Trump ha recordado a las víctimas y a los trabajadores de los servicios de emergencias. “Nuestro deber sagrado y nuestra solemne promesa es llevar adelante el noble legado de las almas valientes que dieron sus vidas por nosotros hace 19 años”, ha dicho el presidente.
También Joe y Jill Biden han viajado por la tarde a Shacksville, donde no han coincidido con el presidente y la primera dama. Y Kamala Harris, su compañera en el ticket demócrata, ha acudido con su esposo a la ceremonia celebrada en Fairfax (Virginia), donde ha recordado que los ataques terroristas sirvieron de ejemplo de cómo el país puede unirse en tiempos de crisis. “Recordemos que honrarlos es también recordar quiénes somos como estadounidenses”, ha dicho. “Porque en tiempos de tragedia, en tiempos de desesperación, nosotros, por la misma naturaleza de lo que somos, nos mantenemos unidos”.
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