Trump contradice a la gobernadora de Oregón e insiste en que los agentes federales no se retirarán
Las autoridades locales anunciaron un acuerdo con el Gobierno federal de EE UU y adelantaron que las fuerzas de seguridad comenzarán a abandonar el centro de Portland este jueves
A pesar de los anuncios de acuerdo, el pulso entre la Administración de Donald Trump y el Gobierno local de Portland, Oregón, no cesa. El presidente estadounidense aclaró este jueves que los agentes federales no abandonarán la ciudad “hasta que haya seguridad”. El mensaje contradice el anuncio hecho la noche del miércoles por la gobernadora demócrata de Oregón, Kate Brown, quien aseguró que habían llegado a un acuerdo con la Casa Blanca y que las fuerzas de seguridad federales se retirarían del centro de Portland durante esta jornada, cumpliendo con la voluntad de los manifestanes y de las autoridades locales.
Trump justificó el envío de los agentes federales hace un par de semanas para que ayudaran a la policía a proteger los monumentos, pero la acción provocó una revitalización de las protestas que ha dado pie a una serie de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Los manifestantes llevan más de 60 noches consecutivas congregándose frente al Tribunal de Justicia para exigir el fin del abuso policial contra los afroamericanos.
La gobernadora Brown “no está haciendo su trabajo”, escribió esta mañana en Twitter el presidente estadounidense. “Ella debe limpiar, y en algunos casos arrestar, a los anarquistas y agitadores en Portland. Si no puede hacerlo, el Gobierno federal lo hará por ella. ¡No nos iremos hasta que haya seguridad!”, advirtió el presidente. Horas antes había dado a entender que las tropas se marcharían y que, si no hubiesen ido, “no quedaría Portland. Estaría quemada”. El mensaje también se contradice con el anuncio hecho por la gobernadora la noche del miércoles, cuando aseguró que había llegado a un acuerdo con la Administración y los agentes federales comenzarían la retirada del centro este jueves y que el paso siguiente era una “retirada completa de las tropas federales de la ciudad y el Estado”.
El secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf, reconoció que habían llegado a un acuerdo, pero insistió en que los agentes federales permanecería en Portland hasta que la Administración se asegurara de que la Policía del Estado de Oregón protegiera la propiedad federal.
“La ocupación federal de nuestra comunidad ha traído un nuevo tipo de miedo a nuestras calles. Los agentes federales casi matan a un manifestante, y su presencia ha llevado a un aumento de la violencia y el vandalismo en el centro”, tuiteó el miércoles el alcalde demócrata de Portland, Ted Wheeler. En teoría, parte del acuerdo supuestamente alcanzado anoche exigía que el Gobierno federal limpiara los graffitis del palacio de justicia, propiedad federal. Según Wheeler, la Administración se había negado anteriormente a hacerse cargo de este aspecto, lo que contribuía a dar una impresión de descontrol en la ciudad.
El Gobierno local lleva semanas invitando a las fuerzas de seguridad federales a que se retiren. La fiscalía de Oregón acusa a los agentes de detener a personas por la calle sin identificarse y sin causa aparente. Los agentes desplegados son un cuerpo especial formado dentro del Departamento de Interior (DHS) con personal de la policía fronteriza y la policía de los juzgados. A pesar de que la idea original era controlar los disturbios, su presencia los ha impulsado, con los despliegues tácticos por las calles y el lanzamiento de gas lacrimógeno. La situación contagió a la vecina Seattle, donde los manifestantes también salieron a protestar a la calle, dejando episodios de violencia, con decenas de detenidos y agentes heridos.
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