Trump recrudece su ofensiva de ley y orden en las ciudades demócratas
Una agencia del Departamento de Justicia investigará el uso de la fuerza de los agentes federales en Portland y Washington
Portland amaneció este jueves bajo una nube tóxica. El humo de las fogatas encendidas a las afueras del Tribunal Federal se mezclaba con los gases lacrimógenos lanzados por los agentes federales a los manifestantes. La ciudad más poblada de Oregón lleva 55 días de protestas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía. Donald Trump envió a las fuerzas de seguridad para proteger los monumentos. Pero la violencia va en aumento. En un paso más de su apuesta por la ley y el orden, el presidente de EE UU anunció que destinará cientos de agentes federales a más ciudades demócratas. El inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, anunció esta tarde que iniciará una investigación sobre el uso de la fuerza de los agentes federales en Portland y Washington.
En medio del debate institucional en Portland por la intervención policial ordenada por la Administración de Trump, el presidente de EE UU anunció que el Departamento de Justicia enviará cientos de agentes federales a Chicago y Albuquerque para atajar el aumento de tiroteos y otros actos vandálicos. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó este jueves que, por ahora, Trump no enviará agentes a su territorio, uno de los focos donde ha aumentado la violencia. “Dijo que no enviaría tropas a la ciudad de Nueva York. No dijo, punto, hasta el infinito, pero dijo que hablaríamos antes de que él hiciera algo”, informó Cuomo en rueda de prensa.
Nueve de las 10 ciudades más pobladas del país han registrado más asesinatos en la primera mitad del año respecto al mismo periodo de 2019, según los datos recopilados por The New York Times. La mayoría de estas urbes están lideradas por alcaldes demócratas, por lo que, a unos 100 días de las elecciones presidenciales, Trump ha aprovechado para poner en marcha un nuevo pulso político.
“No tenemos más remedio que involucrarnos”, sostuvo el miércoles el mandatario en la Casa Blanca, un anuncio que los líderes demócratas ven con desconfianza. La senadora y exprecandidata presidencial demócrata Kamala Harris dijo este jueves que había solicitado una audiencia inmediata para tratar la cuestión de los agentes federales desplegados en Portland. “Esta inquietante violación de los derechos civiles de los estadounidenses debe terminar”, escribió en Twitter. El inspector general Horowitz, un cargo independiente que puede recomendar investigaciones judiciales, dijo en un comunicado que la revisión del uso de las fuerzas del orden público incluirá un examen de las instrucciones que recibieron los agentes y su cumplimiento de las políticas, como el uso de gases químicos.
El alcalde de Portland, Ted Wheeler, se unió en la noche del miércoles a las manifestaciones. Los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad provocaron que acabara tosiendo y con ardor en los ojos. El demócrata criticó con dureza las tácticas de “guerra urbana” empleadas por los agentes.
A pesar de que el alcalde participó en las protestas en un intento de aproximar posiciones con los ciudadanos, varios le lanzaron objetos y gritaron que renunciara al cargo. Wheeler también es comisionado del Departamento de la Policía, muy criticado por el exceso de uso de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. “Muchas de estas personas me odian hasta las entrañas”, afirmó, pero agregó que todos coinciden en que los agentes federales deben irse.
La polémica de Portland ha dado alas a la promesa de Trump de mantener la “ley y orden”. El fiscal general, William Barr, informó de que el Departamento de Justicia enviará cerca de 200 agentes federales a Chicago y unos 35 a Albuquerque para reforzar el trabajo de la policía local contra el crimen.
El plan que Trump anunció el miércoles amplía un programa existente llamado Operación Leyenda, que envió a cientos de agentes federales a Kansas City, en Misuri, después de la muerte a tiros de un niño de cuatro años, para atajar el récord de violencia. Trump advirtió de que se sumarán más ciudades al listado, a medida que “la izquierda radical” no controle la situación.
Barr también anunció subvenciones de alrededor de 3,5 millones de dólares (unos tres millones de euros) para Chicago, destinadas a compensar las horas extra y otros gastos, y 3,6 millones para que la ciudad de Kansas contrate más policías. “Me siento muy incómodo con que el dolor de mi gente esté siendo explotado con fines políticos”, aseguró el alcalde demócrata de esa ciudad, Quinton Lucas. La alcaldesa demócrata de Chicago, Lori Lightfoot, también acusó al mandatario de querer distraer la atención de su mala gestión de la crisis del coronavirus.
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