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“La supervivencia de Schengen corre peligro si no imponemos controles sanitarios en la frontera”

El director de Frontex quiere que se elabore un protocolo de actuación ante futuras pandemias

El director de Frontex, Fabrice Leggeri, presenta el informe anual de la agencia, en enero pasado en Bruselas.
El director de Frontex, Fabrice Leggeri, presenta el informe anual de la agencia, en enero pasado en Bruselas.FRANCOIS LENOIR (Reuters)

Fabrice Leggeri, director ejecutivo de Frontex, la agencia europea de la Guardia de Fronteras y Costas, se ha prodigado poco en los medios de comunicación desde que asumió el cargo en enero de 2015. Pero con una revolución en ciernes en la gestión de los viajes internacionales equiparable a la que provocó el 11 de septiembre de 2001, el máximo responsable de Frontex cree llegado el momento de defender un refuerzo sin precedentes en la gestión de la frontera exterior de la UE para responder a la pandemia de la covid-19. En entrevista telefónica con EL PAÍS, Leggeri (Alsacia, Francia, 52 años) advierte que la reapertura de Europa al tráfico con terceros países, prevista por la Comisión Europea para primeros de julio, podría colocar a la zona Schengen en una situación insostenible si no se moderniza la vigilancia en los puntos de entrada y salida de la Unión. Durante la conversación, Leggeri aboga por introducir controles y protocolos sanitarios a nivel europeo que eviten la importación de nuevos brotes de la pandemia.

Pregunta. Las fronteras exteriores de la UE llevan cerradas casi tres meses. ¿Cuál ha sido el impacto en la migración irregular?

Respuesta. Sólo hemos detectado 900 cruces en abril, la cifra más baja desde que tenemos datos. Es lógico porque la mayoría de los países de origen y de tránsito también han cerrado sus fronteras y las conexiones aéreas han estado suspendidas.

P. La Comisión Europea quiere que Europa se abra de nuevo a primeros de julio. ¿Temen un rebrote de la inmigración irregular?

R. Por supuesto, la inmigración irregular también comenzará porque probablemente hay muchas personas que se quedaron en los países de tránsito como consecuencia de la pandemia y que tienen intención de seguir viaje hacia Europa. Debemos estar preparados para ello.

P. ¿Está preparada Europa para esa reapertura?

R. La reapertura de la frontera exterior sería una buena noticia. La crisis de la covid-19 nos ha enseñado que la gestión de las fronteras es cada vez más la gestión de la movilidad internacional. Hemos visto que cuando las fronteras no están abiertas se produce un desastre económico. Pero, por supuesto, debemos garantizar, junto a las autoridades sanitarias, que se hace de modo seguro para los ciudadanos europeos y para los viajeros. Para ello, Frontex tendrá que asumir un papel creciente en apoyo de la modernización de la gestión de la frontera exterior y para tomar mejor en cuenta la dimensión sanitaria de esa gestión. Si no abordamos esto de manera adecuada y colectiva a nivel europeo, veo un riesgo para la sostenibilidad de la zona Schengen.

P. ¿Esa modernización de las fronteras conlleva la imposición de controles sanitarios?

R. En el código de fronteras de Schengen y en la gestión integrada de fronteras siempre ha habido esa dimensión sanitaria pero, desafortunadamente, no se ha desarrollado bastante a nivel europeo. En cada país hay normas diferentes. Pero, ¿cómo vamos a recuperar y mantener la libertad de movimiento dentro de Schengen si no coordinamos los controles sanitarios en la frontera exterior. Para mí es una cuestión estratégica. Debemos hacer un esfuerzo en controles sanitarios, para tener al menos unas medidas coordinadas y planes de contingencia sobre qué hacer en las fronteras.

P. ¿Sería necesario personal sanitario en los puestos fronterizos?

R. Los guardias de fronteras no han sido formados para llevar a cabo controles sanitarios. Pero si establecemos procedimientos comunes y acordamos prácticas que se apliquen en todos los Estados miembros por igual, será posible formar a los policías de fronteras y dotarles del material necesario. Y adaptar las instalaciones para el caso de que fuera necesario, por ejemplo, acomodar a los pasajeros durante un par de horas para hacer test. Quizá esto no haga falta en el caso de la covid-19. Pero debemos pensar que puede haber otras pandemias. Y no podemos permitirnos que se repita cada cinco años un impacto económico como el provocado por el cierre total. Debería haber un protocolo claro sobre la respuesta que se adoptará en la frontera exterior una vez que las autoridades sanitarias declaren un cierto estado de alarma sobre una pandemia.

P. Antes de la pandemia, parecía a punto de repetirse la crisis migratoria en la frontera de la UE con Turquía.

R. Lo que ocurrió en febrero fue una situación sin precedentes. Por primera vez, vimos a las máximas autoridades de un país tercero anunciar que enviarían a los migrantes hacia Europa. Ahora mismo, la situación es estable, en el sentido de que no hay flujos masivos hacia Grecia, que ha sido capaz de mantener la frontera exterior con ayuda de Frontex. Pero sabemos que la presión existe, que hay muchos migrantes en Turquía. Debemos estar listos y por eso hemos decidido, junto con el Gobierno griego, extender hasta julio el despliegue de la fuerza de intervención rápida que enviamos en febrero. Desde luego, descartamos reducir el apoyo a Grecia. Y también tenemos operaciones en Bulgaria y en Albania.

P. En el otro extremo de Europa, en Canarias, se han registrado incrementos del 630% desde principios de año. ¿Prevé reforzar la vigilancia en esa zona?

R. Sí, somos conscientes de ese incremento. Y, por supuesto, si hay una petición de las autoridades españolas para aumentar nuestro despliegue en Canarias, estoy dispuesto a hacerlo. Estamos dispuestos a aumentar nuestra presencia si hace falta con vistas, por ejemplo, al verano o al levantamiento de las restricciones de movimiento.

P. Parece que hay discrepancias entre el Gobierno español y Frontex sobre las características de esa posible operación. ¿Pueden bloquear el despliegue esas diferencias?

R. No. Siempre tenemos que pactar con las autoridades nacionales un plan operativo, y siempre hay soluciones. Habría que ver de qué activos disponemos y qué recursos necesitaría España, pero estoy abierto a discutir la estrategia y las necesidades.

P. Otro punto caliente son las llegadas a la Península directamente desde Argelia, sin pasar por Marruecos.

R. En ese caso, el área operativa de Índalo [la operación de Frontex en España] permite afrontar las llegadas procedentes desde Argelia. Podemos ofrecer vigilancia aérea para aumentar la detección de migrantes en el mar, como hacemos en el Mediterráneo central y en Grecia. Esto ayuda a salvar vidas y también a detener a traficantes.

P. Frontex está creando un cuerpo policial propio que llegará a contar con 10.000 efectivos. ¿No sería necesario reforzar el control democrático de una agencia que ha dejado de ser un órgano puramente burocrático?

R. Es cierto que somos una agencia encargada de hacer cumplir la ley, no somos una agencia administrativa. Pero siempre actuamos bajo la dirección táctica de las autoridades nacionales. Aun así, es necesario rendir cuentas. Pero ya lo hacemos. Cada año voy cinco o seis veces al Parlamento Europeo, para audiencias en los comités competentes. También recibimos cada vez más preguntas desde los Parlamentos nacionales. Y estamos bajo el control del Tribunal de Justicia europeo, del Ombudsman europeo y del Parlamento Europeo. Hay un control democrático.

P. Algunas organizaciones no gubernamentales les acusan de falta de transparencia.

R. Hay críticas y eso es normal en sociedades democráticas. Pero cumplimos estrictamente con el Estado de derecho. Y ese Estado de derecho también supone que en una agencia que vela por el cumplimiento de la ley hay ciertas informaciones que no se pueden revelar porque se pondría en peligro la seguridad.

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