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Wall Street recibe con pérdidas el ultimátum a México

La industria automotriz sería la más castigada por el arancel, debido al impacto en la cadena de suministro de componentes

Un agente bursátil durante la sesión en Wall Street
Un agente bursátil durante la sesión en Wall StreetRichard Drew (AP)

Donald Trump vuelve a recurrir a los aranceles como arma económica. Pero el ultimátum que acaba de dar a México para que combata la inmigración ilegal puede tener consecuencias no deseadas para la economía y el tejido productivo de Estados Unidos, si consuma su amenaza. Wall Street recibió el anuncio del gravamen general con una caída superior al 1% en tres de sus índices, aunque los valores más castigados fueron los de la industria automotriz.

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México fue el segundo mayor suministrador de bienes a EE UU el año pasado, por detrás de China. En total se importó mercancía desde la frontera sur por valor de 346.500 millones de dólares. Fue un 10% más que en 2017 y un 60% de incremento en una década. Ese volumen representa casi el 14% de todos los productos que entraron en el mercado estadounidense. En el primer trimestre, las importaciones desde México ascendían a 86.630 millones.

Trump volvió a expresar este viernes su frustración con el déficit comercial que EE UU tiene con México, que el año pasado ascendió 81.500 millones en el apartado de bienes. Si finalmente la amenaza de Trump se materializa, con el arancel del 5% recaudará 17.000 millones anuales en la frontera. El presidente está dispuesto incluso a elevarlo de una manera progresiva hasta el 25%, lo que equivaldría a unos 87.000 millones. Con esa cantidad cubriría así el déficit.

El problema, según los analistas de Raymond James, es que “se está mandando el mensaje a la comunidad internacional de que no se puede confiar en él”. La táctica de confrontación con China lleva semanas creando volatilidad en el parqué neoyorquino. El giro inesperado de Trump hacia México se produjo además el mismo día en el que EE UU activó el proceso de ratificación del nuevo tratado de libre cambio con México y Canadá, que ahora se ve amenazada.

Por categoría de productos, el sector sin duda más afectado por la apertura de este nuevo frente es el de la automoción. Los datos de la oficina de Comercio Exterior cuantifican en 93.300 millones las importaciones en este segmento. Los fabricantes de vehículos y componentes ya advirtieron a Trump de las consecuencias de aplicar el impuesto fronterizo en un momento en el que las ventas se moderan. El arancel es un impuesto que elevará el coste de los coches.

Nadie gana

Pero el temor es que esta medida proteccionista provoque una disrupción en la cadena de suministro tanto para los fabricantes extranjeros como de EE UU. Reflejo de ello, General Motors llegó a perder casi un 5% de su valor en la sesión del viernes. También sufrieron fuertes caídas sus rivales Fiat Chrysler y Ford Motor. “Nadie gana”, afirma la analista Rebecca Lindland, en referencia al impacto que puede tener en el empleo y los suministradores de componentes.

Torsten Slok recuerda desde Deutsche Bank que el 67% de las importaciones se realizan entre empresas. Eso significa que casi tres cuartas partes de las compañías que producen en México utilizan después esos productos en EE UU, gracias a la integración de la cadena de producción que existe por el acuerdo de librecambio norteamericano. “Si una de las 30.000 piezas de un vehículo no llega”, señala, “no se puede ensamblar”.

Evercore opina que esta estrategia puede crear una situación de “inestabilidad permanente” en el sistema de comercio. A la automoción le sigue en importancia la maquinaria y los ordenadores. México es, además, el mayor importador de productos agrícolas, con unos 26.000 millones, por las verduras y las frutas frescas así como bebidas alcohólicas. Constellation Brand, que comercializa las cervezas Modelo y Corona, se dejaba más de un 8%.

Otro componente importante es el energético, con 15.800 millones en combustibles fósiles. También sufrieron tras el anuncio las compañías ferroviarias que transportan mercancías desde México, anticipando que los intercambios podrían reducirse si se llega al extremo de un arancel del 25%. Ante esta escalada, la Cámara de Comercio de EE UU, que representa a las grandes empresas, se está plantando demandar a la Administración y advierten de que los aranceles pueden ser un obstáculo a la ratificación del nuevo tratado comercial.

Baza económica

El Fondo Monetario Internacional ya advirtió la semana pasada en un informe técnico que los aranceles los pagan al final las empresas y los consumidores. Se refería en concreto al litigio con China, que estaba beneficiando a México gracias a un transvase de la producción. Eso permitió que se convirtiera durante los tres primeros meses del año en el principal socio comercial de EE UU.

La lógica del presidente es que puede jugar con la baza de la fortaleza de la economía. EE UU se expandió un 3,1% en el arranque del año. Pero los analistas de Bank of America anticipan que habrá una moderación del crecimiento en el segundo trimestre si las empresas aparcan sus planes de inversión por la incertidumbre. “El riesgo es que las cosas vayan a peor”, advierten, lo que eleva a su vez la posibilidad de que la Reserva Federal rebaje tipos de interés a final de año.

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