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El fiscal general defiende ante el Senado que Trump no cometió obstrucción a la justicia

William Barr critica a Robert Mueller, responsable de la investigación de la trama rusa, por no haber llegado a una conclusión sobre el presunto delito

Antonia Laborde
El fiscal general William Barr comparece ante el Comité de Justicia del Senado.
El fiscal general William Barr comparece ante el Comité de Justicia del Senado.AP
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El fiscal general William Barr defendió este miércoles dos ideas clave ante el Comité Judicial del Senado: la “absoluta cooperación” de Donald Trump en la investigación de la trama rusa y su propia imparcialidad a la hora de concluir que el presidente de EE UU no cometió obstrucción a la justicia. La esperada comparecencia despertó aún más interés porque horas antes se había filtrado una carta del fiscal especial Robert Mueller, responsable de las pesquisas, en la que se quejaba a Barr porque su resumen de cuatro folios no capturaba “la naturaleza, el contexto y la sustancia” de la investigación. El fiscal general tuvo que recurrir a los más finos matices lingüísticos para responder por qué dijo en abril que no sabía qué pensaban los investigadores de sus conclusiones, cuando había recibido la citada misiva en marzo. Además, ha atacado a Mueller por no haber determinado si Trump obstruyó o no la justicia.

Los legisladores demócratas critican la determinación con que Barr liberó al presidente de obstrucción después de conocerse los detalles de su comportamiento, al menos cuestionables, en el informe Mueller. La trama rusa tenía como objetivo determinar la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016 y la posible colaboración del hoy presidente o su cúpula en la estratagema del Kremlin. El primer escenario se confirmó, el segundo se descartó, pero apareció un tercer factor de investigación: la posibilidad de que Trump quisiera entorpecer voluntariamente las pesquisas. El reporte, que se publicó semanas después del resumen hecho por Barr, reveló que el mandatario llamó a Don McGahn, exabogado de la Casa Blanca, para pedirle el despido de Mueller, diciéndole que argumentara conflictos de interés. Barr, cuestionado por ello este miércoles en el Senado, justificó que no es lo mismo “despedir” a alguien que "quitarlo por un conflicto”, lo que, según él, demuestra que Trump quería que la investigación siguiera su curso. Barr evitó calificar las acciones del magnate como obstrucción, pero sí advirtió de que "el Gobierno tendría dificultades para probar” el delito.

Barr pasó al ataque con Mueller y le criticó no haber entregado él un veredicto sobre el tema. En el informe de más de 400 páginas, elaborado tras casi dos años de pesquisas, el fiscal especial no exonera a Trump, pero tampoco lo acusa. “No estoy realmente seguro de su razonamiento”, testificó Barr sobre la decisión del equipo de investigación. Además, contó que le dijo a Mueller por teléfono que "no debería haber investigado” actos sobre los cuales no planeaba otorgar un juicio. Cuando parecía ganar terreno durante la comparecencia, la carta filtrada volvía a aparecer y descolocarlo.

Barr se hizo un lío con el tema de la famosa misiva. Primero, no fue capaz de recordar si supo durante las últimas 24 horas que los medios la iban a filtrar. Después, aclaró que no es lo mismo decir que no sabía lo que piensan “los investigadores del equipo de Mueller”, que “el propio Mueller”. Una vez más intentó tirarle el balón al fiscal especial, alegando que le había ofrecido que leyera sus cuatro páginas de conclusiones el 24 de marzo y este no quiso. Barr buscó minimizar al máximo la carta y entregar información nueva sobre las conversaciones por teléfono que mantuvo con Mueller al respecto, donde, según él, el fiscal especial le explicó que no consideraba que sus conclusiones fueran inexactas, sino que la cobertura mediática estaba causando confusión.

Los demócratas han criticado duramente el comportamiento de Barr desde que Mueller le entregó el informe por contribuir a limpiar la imagen de Trump. Lo primero fue haber publicado sus conclusiones —no tenía por qué— antes de que el Congreso viera el material editado por el Departamento de Justicia. La determinación con que liberó al presidente de obstrucción ha sido cuestionada después de conocer los episodios citados en el documento de Mueller. Barr volvió a apoyar el eslogan trumpiano de “no colusión, no obstrucción” cuando dio una conferencia de prensa horas antes de que se liberara el informe. “El trabajo [de Mueller] concluyó cuando envió su informe al fiscal general”, justificó Barr ante el Senado. "En ese momento, era mi bebé", agregó. Durante la comparecencia repitió varias veces que Trump cooperó “totalmente” con las pesquisas, pero la verdad es que el mandatario no quiso ser interrogado por Mueller. Ahora varios legisladores de la oposición piden su dimisión, seis de ellos candidatos presidenciales.

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Barr, el hombre que no creía en el caso

Antes de ser nombrado fiscal general para reemplazar al

por su papel en la investigación de la trama rusa, William Barr había desestimado la investigación. “La hipótesis de Mueller sobre la obstrucción [a la justicia] está mal concebida”, escribió Barr el verano pasado. “Según yo lo entiendo, su teoría se basa en una innovadora pero legalmente insostenible lectura de la ley”.

Barr ya había estado al frente del Departamento de Justicia de 1991 a 1993, durante la presidencia del fallecido George Bush padre. Entonces fue jefe de Robert Mueller, quien estaba a la cabeza de la División Criminal del Departamento de Justicia. En teoría, ambos son amigos. Aunque según el testimonio de Barr sobre cómo interpetó las quejas del fiscal especial sobre sus conclusones, pue que tengan un problema de comunicación.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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