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Lenín Moreno asegura que Assange trataba al personal de la embajada como sirvientes

El presidente de Ecuador acusa al fundador de Wikileaks de haber violado "todas las normas" dentro del edificio diplomático en Londres

Assange en monopatín dentro de la Embajada de Ecuador. En vídeo, así era la vida de Assange dentro de la Embajada.Vídeo: EL PAÍS
Antonia Laborde

Desde que un Julian Assange envejecido y desesperado fue detenido a la fuerza la semana pasada en la embajada ecuatoriana en Londres, cada vez se conocen nuevos detalles sobre la vida que llevaba en el encierro. El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aprovechó su visita a Washington este martes para agregar las licencias que se dio el fundador de Wikileaks durante los siete años que vivió entre esas cuatro paredes. El mandatario sostuvo que Assange tenía gente dentro de la embajada que trabajaba casi solo para él. “A tal punto que se daba el lujo de tratar a los embajadores, a los guardias, y al personal como serviles de él. Incluso tenía gente que estaba comprometida con él y tenía equipos funcionado”, apuntó Moreno durante un encuentro organizado por el centro de investigación latinoamericano The Dialogue. Leadership for the Americas. Ecuador ya había dicho horas antes que el ex asilado había montado “un centro de espionaje” en el edificio diplomático.

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“Assange violó todas las normas”, aseguró Moreno. El mandatario describió que el sueco Ola Martin Bini, detenido hace unos días en Ecuador para ser investigado por su relación con Wikileaks, visitaba al australiano muy a menudo. “Lo visitaban frecuentemente hackers a los cuales seguramente él daba las órdenes para que pudieran hacer una función de aquellos temas que le interesaban a él o a sus financistas”, relató el presidente ecuatoriano, quien no quiso ahondar en “todo lo que hizo” Assange en la embajada en Reino Unido. Solo se refirió a que mantuvieron conversaciones con los abogados y con el propio ciberactivista para establecer un protocolo de convivencia que él “jamás se preocupó por cumplir”.

Una docena de guardias de seguridad —a las órdenes de una empresa española— revelaron bajo anonimato a EL PAÍS algunos detalles del “huésped”, como llamaban al otrora periodista y hacker en los informes de vigilancia. Assange estaba obsesionado con ser espiado u objeto de escuchas. En los 300 metros cuadrados de piso de embajada había varios monitores instalados y una videograbadora para vigilar al fundador de Wikileaks, la organización que en 2010 filtró documentos y centenares de miles de comunicaciones internas de EE UU sobre las guerras de Irak y Afganistán.

El 11 de abril, el Gobierno ecuatoriano revocó el asilo 11 y la nacionalidad a Assange, quien se refugió en la embajada de Ecuador en Londres en 2012 para evitar su extradición a Suecia, que había cursado una orden internacional de detención por supuestos casos de violación y abusos sexuales. Moreno aclaró que esta decisión no tomó con el Ejecutivo estadounidense, pero dijo que no descarta solicitar su ayuda más adelante considerando la alta tecnología con que cuenta el país. “Cuando el vicepresidente Mike Pence me preguntó qué pensaba sobre Assange, le respondí que esa era un decisión soberana del pueblo ecuatoriano”, sostuvo el mandatario, quien agregó que el diálogo siempre fue con las autoridades británicas.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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