El ‘familygate’ reduce cinco puntos la ventaja del Partido Socialista portugués con los socialdemócratas del PSD
Rui Rio, líder de la formación socialdemócrata, consigue aumentar su popularidad tras el escándalo de los nombramientos familiares del Gobierno de António Costa
Las elecciones no las gana uno, las pierde el otro. El karma de los expertos en mercadotecnia política parece que se cumple con Rui Rio, el callado líder del Partido Socialdemócrata portugués (PSD), y con el primer ministro, el socialista António Costa. Desde 2016, nunca la diferencia entre los dos principales partidos había sido tan estrecha, según el sondeo mensual de Aximage.
La importancia de este sondeo estriba en ser el primero desde el escándalo levantado por los nombramientos familiares dentro del Gobierno. También es el primero desde que el Ejecutivo rebajó los bonos del transporte público hasta un 40%. El resultado de ese ying y yang no es bueno para el Gobierno, que baja 1,7% puntos en la intención de voto (34,6%) mientras que el PSD sube 3,4 puntos (27,3%).
Este sondeo continúa la tendencia de otros anteriores dedicados a las elecciones europeas, en los que el PSD había subido 10 puntos en dos meses. La curiosidad de este repunte sostenido radica en que no es fruto de una presencia de Rui Rio en los medios, pues el líder del PSD -que no es diputado- es muy reacio al contacto con los periodistas y, en general, muy crítico con su labor profesional. Rio sube en las encuestas sin hablar, sin conceder entrevistas y sin prometer nada. Gana con el silencio.
Endogamia política
El 30,5% de los portugueses dice confiar más en Rio (PSD) que en Costa (PS), 27,7%.
Según el resultado de la encuesta, el 62% de los portugueses condena los nombramientos familiares dentro del Gobierno. Es verdad que Rio fue el primero en dejar caer la insólita endogamia socialista en el cambio gubernamental de febrero. "Por primera vez en la historia de Portugal se sientan en el Consejo de Ministros marido y mujer y padre e hija", dijo, pero después fue el silencio, suyo y del resto de políticos y de los medios de comunicación -con la excepción de algunos comentaristas-. Dos meses después, esa anomalía ha calado en la sociedad. La típica respuesta del "y tu más", no ha resultado. La endogamia política en los nombramientos de cargos públicos no es exclusiva del PS, pero es el PS quien gobierna. Y, de hecho, finalmente ha reaccionado proponiendo límites a las familias en los gobiernos.
Quizás el familygate no sea la única explicación a los sondeos, que también contribuya el año electoral a alimentar huelgas y protestas, pero hace seis meses la intención del voto del PS rozaba el 40% y del PSD nunca en cuatro años de sondeos mensuales había subido 3,4%.
Crece la popularidad de Rui Rio
Rui Rio, un político de imagen difícil, consigue aumentar su popularidad, del 6,4% en enero, el último de todos los líderes parlamentarios, al 8,3, frente al 9,4 del primer ministro Costa. El 30,5% de los portugueses dice confiar más en Rio para ser el futuro primer ministro, frente al 27,7% de Costa.
Los buenos datos para el PSD no significan que vaya a haber un vuelco en las elecciones legislativas de octubre. El PS sigue siendo el claro líder y cuenta con el respaldo de sus socios parlamentarios, Bloco (8,5% en los sondeos) y PC (7%), mientras que la habitual alianza de centroderecha PSD y CDS (8,5%) no sumarían lo suficiente. La única alternativa a la actual fórmula gubernamental sería el formado por el bloque central (PS y PSD), que Costa no contempla, entre otras cosas, para no dar alas a la competencia a su izquierda, especialmente al Bloco.
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