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La ‘kandaka’ que canta a la revolución en Sudán

El baile y canto de Alaa Salah, estudiante de 22 años, se ha convertido en símbolo de los manifestantes

José Naranjo

La imagen, tomada el pasado día 8, es de una potencia reveladora. Una joven subida al techo de un coche y vestida con una túnica blanca de algodón, dedo en alto, rodeada de cientos de personas, muchas de ellas mujeres, que la graban con sus teléfonos móviles. La fotógrafa sudanesa Lana H. Haroum ha logrado captar la esencia de las revueltas que vive Sudán contra el dictador Omar al Bashir, en las que el papel de mujeres como esta, identificada como Alaa Salah, estudiante de Arquitectura de 22 años, está siendo clave. Las llaman Kandakas, el título que recibían las reinas nubias del antiguo Sudán. Y son imparables.

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En un vídeo que circula y se comparte de forma viral por las redes sociales, la joven canta mientras los manifestantes aplauden y corean con entusiasmo la palabra Thawra (revolución, en árabe). La bloguera y activista de origen sudanés Hind Makki explica en Twitter el simbolismo del atuendo de la joven: lleva una túnica blanca de algodón llamada tobe muy usada por las mujeres trabajadoras y pendientes en forma de luna dorada que se ponen en sus bodas y pasan de madres a hijas. Según Makki, es la misma ropa que llevaban las sudanesas durante las revueltas contra las dictaduras militares de los años setenta y ochenta.

Pero Alaa Salah no es la única kandaka de esta revolución. Miles de mujeres se han puesto al frente de las protestas contra el régimen de Al Bashir que comenzaron el pasado mes de diciembre y que en los últimos cinco días están poniendo al dictador contra las cuerdas. Una enorme concentración de personas rodea desde el sábado el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum, la capital del país, donde han resistido los sucesivos intentos de la Policía de desalojarlos. Allí fue tomada la imagen de esta joven que ya se ha convertido en la imagen icónica de esta revuelta.

“Representa a todas las mujeres sudanesas”, aseguró la fotógrafa y artista Lana Haroum a la cadena de televisión CNN. “Estaba ahí, intentando aportar esperanza y energía positiva a todo el mundo y lo logró, nos inspiró a todas, era perfecta”, añade. La imagen fue tomada con un teléfono móvil porque Haroum no llevaba una cámara consigo en ese momento, pero desde que vio la instantánea se dio cuenta de su poder. “Es la historia de las mujeres sudanesas, tenemos voz, podemos decir lo que queremos, necesitamos una vida mejor y un lugar mejor en el que vivir. En cuanto vi la foto pensé que esta es mi revolución y que somos el futuro”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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