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Bolsonaro inaugura una nueva era de cooperación económica con Israel

El presidente de Brasil justifica desde la Ciudad Santa el derecho de los ciudadanos a portar armas

Jair Bolsonaro participa en un foro con empresarios brasileños e israelíes, este martes en Jerusalén.
Jair Bolsonaro participa en un foro con empresarios brasileños e israelíes, este martes en Jerusalén.ABIR SULTAN (EFE)

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó este martes durante su visita oficial a Israel más alabanzas para el Estado hebreo, al que ha reiterado amar “como una pareja que se comprometió en el buen sentido de la palabra”. El mandatario ha inaugurado una nueva era de cooperación económica entre ambos aliados. “Israel, comparado con Brasil no tiene casi nada en tierras y recursos minerales, pero por encima de todo tiene fe. Y esa fe que mueve montañas es con la que ha transformado el país”, aseguró Bolsonaro en el marco de un encuentro con empresarios organizado, en Jerusalén, por la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones.

Poco antes visitó en el parque tecnológico de la Ciudad Santa la sede de Mobileye —la firma puntera en software para vehículos autónomos adquirida por el gigante Intel— y recorrió una muestra sobre innovación en la que que ocho empresas israelíes —entre ellas varias startups en la vanguardia tecnológica— le mostraron sus avances en diferentes campos, como la agricultura, la medicina o la seguridad. Su anfitrión, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tampoco escatimó en elogios hacia Bolsonaro y el séquito que le acompañaba. “No tenemos límites en cuanto a qué compartir con vosotros ya sea ciberseguridad, seguridad en general, agricultura, agua… El cielo es el límite y os damos la bienvenida como nuestros queridos amigos”, les dijo Netanyahu.

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El jefe de Estado brasileño hizo una encendida defensa de las armas al colgar una foto en su cuenta de Instagram en la que aparece apuntando con un rifle. Una imagen que localizó en “Jerusalén, Israel” y bajo la que escribió: “El hecho de que un arma sea nociva depende al 100% de las intenciones de quien la porta. Defiendo la libertad, con criterio, que quieren protegerse y proteger a sus familias”.

Bolsonaro dijo estar “impresionado” por el funcionamiento de United Hatzala, una organización con la que colaboran en Israel más de 5.000 voluntarios que, equipados con la última tecnología de localización y coordinados desde la central de Jerusalén, trabajan para atender emergencias médicas, en el menor tiempo posible. Una tarea para la que su personal médico, además de contar con los medios convencionales, también utiliza, motoambulancias y biciambulancias que les permiten, por ejemplo, llegar a los pacientes en lugares de difícil acceso como el casco histórico de Jerusalén o la vieja Jaffa, cuyas estrechas callejuelas suelen ser un obstáculo para las ambulancias tradicionales. El presidente habría encargado a sus asesores estudiar la posibilidad de implantar un sistema similar en Brasil.

El líder brasileño aseguró que su país también tiene mucho que ofrecer a Israel y abrió el camino de la cooperación de ambos países a la explotación conjunta de codiciadas riquezas naturales brasileñas como el niobio —utilizado para proporcionar al acero mayor resistencia a la corrosión— o el grafeno —un material del que se esperan usos revolucionarios para impulsar el desarrollo tecnológico—. “Tenemos las segundas mayores reservas del mundo de grafeno. Esa maravilla moverá en la próxima década un billón de dólares”, dijo Bolsonaro a los empresarios.

Al final de la jornada, eminentemente económica, el presidente brasileño visitó el Museo del Holocausto, Yad Vashem, donde recorrió una exposición de fotografías sobre el exterminio y rindió homenaje a los más de seis millones de judíos asesinados por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Un gesto con el que Bolsonaro culmina un polémico viaje en el que anunció la creación en Jerusalén de una oficina económica y se convirtió en el primer jefe de Estado en visitar acompañado de un primer ministro hebreo el Muro de las Lamentaciones. Un gesto evitado durante décadas por otros mandatarios, condenado por la Autoridad Palestina y que puede interpretarse como el reconocimiento tácito de la soberanía israelí sobre Jerusalén Este, donde se ubica el lugar sagrado.

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