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Una huelga indefinida de maestros en Los Ángeles deja sin clase a más de medio millón de alumnos

La izquierda demócrata abraza la lucha por las escuelas públicas de la ciudad, el segundo distrito más grande de EE UU, como un campo de pruebas para todo el país

Pablo Ximénez de Sandoval
Profesores en huelga, durante una manifestación en Los Ángeles el pasado martes.
Profesores en huelga, durante una manifestación en Los Ángeles el pasado martes.ROBYN BECK (AFP)

Más de medio millón de alumnos de las escuelas públicas de Los Ángeles cumplen este viernes la primera semana completa sin clases por la huelga indefinida que mantiene el sindicato de profesores de la ciudad. Después de cuatro días de movilizaciones y huelga, el jueves ambas partes reabrieron las negociaciones, aunque sin esperanzas de que se logre un acuerdo antes del fin de semana. La batalla frontal que han lanzado los profesores de la escuela pública de Los Ángeles para lograr una mayor inversión está recibiendo apoyo político de alto nivel y es vista como una prueba para el resto de sistemas públicos de educación del país.

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El Distrito Unificado de Escuelas de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés), es el segundo más grande de Estados Unidos después del de la ciudad de Nueva York. Abarca más de mil colegios que cubren los 12 años de educación obligatoria, desde los cinco años hasta los dieciocho. Tiene más de 600.000 alumnos matriculados. Más de 400.000 de ellos viven en la pobreza. Alrededor de 15.000 no tienen hogar. El 74% de sus alumnos son latinos. Tiene 30.000 profesores.

Los profesores exigen una mejora salarial en una ciudad donde el coste de la vida se ha incrementado un 27% en la última década y el precio de la vivienda se ha convertido en una emergencia para la clase media asalariada. Exigen también clases más pequeñas (actualmente es normal que en los institutos haya más de 35 alumnos por clase), y que se contrate más personal de enfermería, psicólogos, orientadores y bibliotecarios. La pelea se centra también en que se dejen de destinar recursos a las llamadas charter schools, o escuelas concertadas, donde se van los alumnos con recursos. Los profesores denuncian que hay una estrategia deliberada de precarización de la escuela pública.

El distrito escolar está gobernado por un consejo escolar electo independiente del poder político, municipal o estatal. Pero reciben la mayoría de su financiación de Sacramento. California tiene un sistema tributario extremadamente frágil e inestable, donde los impuestos directos sobre la renta tienen mucho peso en los ingresos totales del Estado, por lo que es muy difícil planificar inversiones a largo plazo. El gasto en educación pública depende de los vaivenes de la economía. Este es el argumento principal del LAUSD para resistirse a un mayor gasto que podría llevarlo a la quiebra en cualquier momento. En su última propuesta, el distrito ofreció contratar a 1.200 profesores más y subir el sueldo un 6%, pero no evitó la huelga.

La lucha del sindicato de profesores de Los Ángeles ha sido abrazada como un bastión contra la precarización de la escuela pública en todo Estados Unidos. Si la batalla se puede ganar aquí, se puede ganar en cualquier sitio, es una frase que se escucha a menudo en las arengas del sindicato. La huelga de Los Ángeles está empezando a recibir apoyos de demócratas de alto nivel de California, como la senadora Kamala Harris, pero también de la izquierda del partido a nivel nacional, con apoyos públicos de los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, o la congresista con mayor tirón mediático de los últimos tiempos, Alexandria Ocasio-Cortez.

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La huelga indefinida comenzó de forma efectiva el lunes 14 de enero. Los colegios están abiertos y en ellos hay seguridad y algunos profesores de sustitución, se sirven comidas, pero no hay clases. Además, ha llovido en Los Ángeles toda la semana, lo que contribuye a cierta sensación de parálisis. El principal desafío para los padres es encontrar la forma de apoyar a los profesores. Dejar a los niños en casa, o encontrar alternativas de ocio, supone una gran dificultad para familias trabajadoras de bajos ingresos. Aun así, el apoyo de las familias a la huelga superó las previsiones y el primer día solo fueron a clase alrededor del 30% de los alumnos.

Con el 70% de los padres a favor de la huelga (o al menos no enviando sus hijos al colegio), la posición negociadora de los profesores se ha reforzado en estos primeros cuatro días de huelga. A pesar de las dificultades y la lluvia, las manifestaciones han contado con miles de asistentes. El líder del sindicato, Alex Caputo-Pearl, pidió una gran demostración de fuerza para la manifestación de este viernes frente al Ayuntamiento de Los Ángeles, donde se celebran las conversaciones. Será la primera con sol.

Las negociaciones entre el LAUSD y el sindicato de maestros de Los Ángeles (UTLA) se retomaron el jueves a mediodía por mediación del alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, que les cedió sus oficinas en el Ayuntamiento. Garcetti está explorando la posibilidad de presentarse a presidente el año que viene y la forma en que se resuelva este conflicto, que está afectando a la economía de la ciudad, tendrá un peso en su imagen. Las conversaciones continuarán este viernes, anunció el UTLA, aunque Caputo-Pearl advirtió de que “hay cuestiones fundamentales sin resolver, por tanto no se va a llegar a un acuerdo de la noche a la mañana”. De esta forma confirmaba que la huelga cumplirá este viernes cinco días lectivos seguidos. La última gran huelga del UTLA fue en 1989 y duró nueve días.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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