Más de 100 civiles hospitalizados tras un supuesto ataque químico insurrecto en Alepo
Rusia ha respondido al ataque bombardeando la provincia de Idlib por primera vez en 75 días
El Gobierno de Damasco ha elevado a 107 el balance de civiles con síntomas de asfixia en los hospitales de la norteña ciudad de Alepo después del ataque químico lanzado contra la ciudad de Alepo por los insurgentes, según ha denunciado el Ejecutivo. Entre los heridos hay varios menores. Alepo es la segunda metrópoli siria. "Una lluvia de morteros impactaron en los barrios de Jaldiye y Al Zahraa causando el pánico entre los transeúntes. Los expertos han concluido que se trata de gas cloro, pero hasta ahora no hemos de lamentar ninguna víctima mortal”, dice en conversación telefónica y desde Alepo Lama Keyali, portavoz de la Gobernación.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha confirmado el número de afectados de los cuales según ha informado a través de su página web, una treintena "sigue en observación". Dos de los heridos se encuentran en estado crítico, según el parte del director general de la medicina forense en Siria, Zaher Hajo, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias AP. Los vídeos grabados a las puertas del hospital Al Shafi no han tardado en ser difundidos en las redes sociales. En ellos se ve a decenas de pacientes con severas dificultades para respirar que llegan a la entrada de urgencias.
“Oímos los estruendos sobre las 11 de la mañana. Los morteros venían en dirección de Idlib [comarca bajo control de heterogéneos grupos insurrectos y limítrofe en su franja oriental con la de Alepo]¨, precisa Abu Hayzam, nombre de guerra de este oficial de las tropas regulares sirias apostado en la capital homónima de Alepo. En diciembre de 2016, el Ejército regular sirio junto con milicias pro-iraníes lograron recuperar el control de la ciudad vieja de Alepo. Entonces varios grupos armados fueron evacuados a la periferia occidental.
Ataques químicos en Siria
Un equipo conjunto de la ONU junto con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) concluyó que el Gobierno sirio empleó gas cloro en al menos dos ataques y uso agentes nerviosos (gas sarín) en el ataque contra la población de Jan Sheijun que en abril de 2017 dejó un centenar de muertos. También le responsabilizó del peor ataque químico sufrido en el país que tuvo lugar en la periferia de Damasco en 2013. Según el recuento de ONG perecieron más de un millar de personas. La OPAQ también ha acusado al Estado Islámico de usar gas mostaza en dos ocasiones en 2015 y 2016, mientras que los oficiales del Ejército regular sirio han denunciado varios ataques con gas cloro desde posiciones insurrectas.
Naji Mustafá, portavoz del Frente Nacional de Liberación (la coalición de la oposición), ha desmentido mediante un comunicado de prensa las acusaciones de Damasco, señalando al Gobierno "de ser los únicos con armas químicas en su poder”. El líder de la Coalición Nacional Siria de las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición, AbdelRahman Mustafá, ha ido más allá al reprochar a “Rusia de promover las mentiras del régimen”.
Ha sido Moscú, firme aliado del presidente Bachar el Asad, el primero en confirmar el uso de "un gas tóxico" en el ataque y posteriormente anunciar represalias contra “los terroristas”. “Los aviones rusos han atacado varios objetivos terroristas dotados con lanzadoras de misiles desde donde se han perpetrado los ataques contra los civiles de Alepo”, ha dicho el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov. Se trata de los primeros bombardeos que sacuden la provincia de Idlib en 75 días tras que el pasado mes de septiembre Turquía y Rusia acordaran establecer una zona de desmilitarización en esta comarca. El pacto permitió evitar lo que la ONU calificó de “inminente catástrofe humanitaria" en un territorio donde habitan 2.5 millones de civiles, la mitad desplazados de otras regiones del país.
El plan incluye el desarme de armas pesadas de los diversos grupos insurrectos que avala Turquía y cuyos efectivos se cifran en 20.000 armados. Igualmente prevé la expulsión de una zona-tapón de 20km de ancho de los estimados 10.000 yihadistas de Hayat Tahrir al Sham, paraguas de facciones islamistas liderada por la filial local de Al Qaeda. Esta última, que según los expertos controla el 60% de la comarca, no se ha pronunciado sobre el ataque.
El presidente francés, Emmanuel Macron ha condenado el ataque de este sábado: "Francia condena cualquier uso de las armas químicas y espera que aquellos que lo detectaron pasen la información correspondiente a la agencia internacional en La Haya para verificar si se empleó realmente el armamento químico y garantizar que se identifiquen los responsables".
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