La gran apuesta indígena de López Obrador nace entre interrogantes
La Cámara de Diputados aprueba la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, pero persisten las dudas sobre la agenda del nuevo Gobierno en este ámbito
Ver a Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente electo de México, con un collar de flores fue una imagen frecuente durante la campaña. Antes de su triunfo, prometió pagar la “deuda” que tiene la sociedad con los pueblos originarios. “Porque es mucha la pobreza en Chiapas, en Oaxaca y, sobre todo, en las comunidades indígenas”, declaró. Este jueves, el Congreso mexicano ha dado un primer paso en esa dirección. La Cámara de Diputados, controlada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha aprobado por 430 votos a favor y una abstención, la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Así se materializa una de las principales apuestas del futuro mandatario en la materia, aunque su agenda indígena permanece sembrada de interrogantes.
La nueva institución, un organismo descentralizado con autonomía financiera y administrativa, es vista como un avance respecto a su antecesora, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). “Significa pasar de un centro de trámites a uno de gestión”, dice la Dra. Martha Singer, profesora en ciencias políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Frente a la percepción de lejanía de la CDI, el nuevo ente contará con un centenar de coordinaciones regionales sobre el terreno para atender al 10% de mexicanos con orígenes indígenas.
El abogado Adelfo Regino, el elegido para llevar este nuevo organismo a buen puerto, apunta alto. Su prioridad es que una reforma constitucional retome reivindicaciones históricas como la sexta circunscripción electoral para los pueblos originarios. La propuesta también incluirá el derecho a la consulta previa y la consideración de los pueblos indígenas como sujetos de “derecho público” y no de “interés público”. Saltar del texto constitucional a la calle supone un desafío. “Tendrán que reformarse algunas leyes secundarias para que esto tenga aplicabilidad en la vida cotidiana”, reconoce.
Regino habla de un “sentido de urgencia”, pero el calendario de la futura reforma aún es difuso. Primero se quiere abrir un proceso de consulta, todavía sin fecha de cierre. “Tenemos que ser respetuosos con los tiempos de nuestros pueblos”, argumenta.
Morena, el partido del presidente electo, no alcanza los dos tercios requeridos para una reforma constitucional. Aún así, la diputada de Morena Irma Juan Carlos, presidenta de la Comisión parlamentaria de pueblos indígenas, se muestra confiada de que otros partidos se sumarán para sacar la reforma adelante. Puede no ser tan fácil aprobarla en la mayoría de los congresos estatales, donde la correlación de fuerzas no siempre es favorable al presidente electo.
Las buenas intenciones también pueden descarrilar si los recursos no acompañan. En 2017 el presupuesto de la CDI fue recortado a la mitad respecto al año anterior y en 2018 solo hubo un aumento marginal. Irma Juan Carlos también subraya la importancia de que se dote al nuevo organismo de financiación adecuada: “Si los legisladores no dan suficientes recursos, se quedará en buenas intenciones”. Adelfo Regino pidió, en una entrevista con el diario Reforma este jueves, 12 mil millones de pesos (más de medio millón de dólares), el doble del presupuesto de la CDI en 2018, pero hace mes y medio había pedido 20 mil millones. Habrá que esperar a la presentación del proyecto de presupuestos para 2019, previsto para los próximos días, para calibrar la fuerza del nuevo organismo, y la firmeza del compromiso.
Dudas sobre la agenda de López Obrador
Más allá del Instituto, el presidente electo ha hecho anuncios que, según algunos expertos, contradicen sus otras propuestas en materia indígena. El Tren Maya, el proyecto con el que pretende sacar del estancamiento al alicaído sureste, ha sido objeto de protestas por parte de las comunidades por donde está previsto que pase. El tren se jugará su destino en una consulta que se celebrará los días 24 y 25 de noviembre. Sin embargo, varias comunidades de la Península de Yucatán emitieron la semana pasada un comunicado en el que rechazaban cualquier resultado de la consulta. "Es un proyecto turístico que solo beneficiará a los pudientes y a los extranjeros", decía.
La preocupación se extiende a sus propias filas. Pese a valorar los beneficios que puede traer el tren, Irma Juan Carlos no se hace ilusiones: “No podemos decir que un proyecto solamente trae beneficios; también hay puntos negativos”, reconoce la diputada. Como bióloga, le preocupa especialmente el impacto que puede tener sobre el ecosistema natural.
El énfasis del presidente electo en la pobreza es otro punto de fricción. Siete de cada diez indígenas viven en condiciones de privación, según un informe presentado en agosto por el Consejo nacional de evaluación de la política de desarrollo social (CONEVAL), con datos de 2016. Sin embargo, preocupa que la lucha contra la pobreza del presidente electo eclipse la agenda indígena. “López Obrador los ha metido dentro del paquete de los ‘pobres”, dice la Dra. Bruguete, profesora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores (CIESA) de Chiapas. “Esto ha hecho perder presencia a los pueblos originarios dentro de la agenda del nuevo Gobierno”.
El presidente electo no ha recibido el apoyo del Congreso Nacional Indígena (CNI) o del movimiento zapatista, que han mostrado abiertamente su desconfianza hacia el Gobierno entrante, así como el nuevo Instituto y su líder, Adelfo Regino. Para Mario Quintero, un activista miembro del CNI, el organismo es un intento por "cooptar" al movimiento. Pese al alejamiento, Regino tiende la mano: “Nuestra guía será el reconocimiento y el respeto hacia ellos”. Un hipotético acercamiento dependerá, según la Dra. Singer, del grado en que López Obrador incorpore sus temas de interés y los resuelva.
En la Cámara de Diputados, Irma Juan Carlos acaba de estrenar despacho. Nacida en un pequeño pueblo de la montaña oaxaqueña donde se habla el chinanteca, la diputada ha tenido que saltar muchas barreras para llegar a ocupar un curul en el Congreso. “Ahora tenemos una oportunidad de oro y la vamos a aprovechar”, sentencia. Con la creación del nuevo Instituto, el tiempo empieza a correr.
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