Francia quiere que Google retire las imágenes de sus cárceles
La ministra de Justicia critica que se puedan ver fotos de las prisiones francesas, como de la que se fugó en helicóptero el atracador Redoine Faïd
La fuga en helicóptero de una prisión francesa del atracador Redoine Faïd, capturado solo tres meses después de su espectacular huida, sacó los colores a unas autoridades que vieron expuestos los agujeros de seguridad de su sistema carcelario. El fugitivo se encuentra de nuevo tras las rejas, en una institución de máxima seguridad, la de Vendin-le-Viei, en el norte del país. El problema: que imágenes satelitales tanto de esta cárcel como de la que ocupaba hasta que se evadió están disponibles en Google, un hecho que, según la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, “no es normal”, ya que compromete la seguridad de las instalaciones. La máxima responsable del sistema judicial francés reveló este martes que le ha pedido al gigante digital que retire las imágenes de las cárceles del país, algo a lo que Google tiene aún que responder oficialmente.
“Pienso que no es normal que establecimientos vigilados como las prisiones estén en Internet”, dijo la ministra en una entrevista en la emisora RTL. Las imágenes de la prisión de Réau, de donde Faïd se fugó a comienzos de julio después de que un comando armado aterrizara un helicóptero en el patio de honor de la cárcel, ni siquiera están pixeladas, confirmó Belloubet, que dijo haber escrito “personalmente” a Google para que “se tomen medidas para retirar (las imágenes) de esos establecimientos penitenciarios”. Sin éxito por el momento, reconoció.
Un portavoz del gigante estadounidense dijo mientras tanto a la agencia Reuters que aplicaciones de la empresa como Google Maps o Google Earth consiguen las fotos de fuentes externas. “Le hemos dado a nuestros proveedores una lista de localizaciones sensibles para que tomen las medidas necesarias lo antes posible para cumplir con la ley”, declaró el portavoz, añadiendo que la lista también incluía plantas nucleares y bases armamentísticas.
La fuga —la segunda— de prisión de Redoine Faïd, un atracador de furgones famoso por la biografía que publicó en 2010 y en la que revelaba que el cine de acción era su principal fuente de inspiración para sus robos, provocó una fuerte conmoción en el sistema carcelario de Francia. Rápidamente, Faïd se convirtió en el hombre más buscado del país. Las autoridades se tomaron como una cuestión de pundonor su captura, para la cual destinaron a medio centenar de investigadores dedicados a tiempo completo a seguir su rastro. Este les acabó llevando, hace justo una semana, hasta una vivienda en Creil, la ciudad de donde es oriundo el atracador, de 46 años, donde Faïd fue detenido mientras dormía junto a varios de sus compinches, incluido uno de sus hermanos y varios sobrinos, el último arrestado esta misma semana. Su gusto por los gestos cinematográficos y teatrales continuó durante su fuga: según confirmaron las autoridades, Faïd llegó a utilizar un burka para desplazarse por la calle y no ser detectado.
Desde su detención, Faïd ha vuelto a prisión, donde está sometido a medidas de extrema seguridad. Tal como confirmó Belloubet este martes, incluso para cualquier desplazamiento interno del preso este es esposado y acompañado por varios guardias de seguridad.
El lunes, el preso anunció que iniciaba una huelga de hambre, presuntamente en protesta por el encarcelamiento de la mujer dueña del apartamento donde se escondía y de varios de sus familiares. Un gesto que, visiblemente, no ha conmovido a ninguno de los responsables de evitar que el escurridizo atracador vuelva a escaparse, incluida la ministra de Justicia. Las cuestiones sobre las condiciones de detención de los presuntos cómplices de Faïd no son asuntos que le competan, dijo Belloubet. “Él se evadió y tiene que asumir las consecuencias de su evasión”, zanjó.
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