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La vida de película del fugitivo más buscado de Francia

Redoine Faïd, que se fugó de una cárcel en helicóptero, es un admirador de 'films' sobre criminales

Silvia Ayuso
Imagen de Redoine Faïd durante un juicio el pasado febrero en París.
Imagen de Redoine Faïd durante un juicio el pasado febrero en París.BENOIT PEYRUCQ (AFP)

Le salga bien o no su espectacular fuga, a Redoine Faïd le quedará siempre el consuelo de saber que su huida en helicóptero de una prisión de las afueras de París el pasado domingo es digna de las mejores películas de criminales de las que siempre se declaró admirador incondicional. Y que inspiraron toda una carrera delictiva que acabó contando en un libro, Braqueur (Atracador), con el que logró ser conocido por el gran público que ahora sigue, entre atónito y fascinado, su última gesta.

Lo suyo siempre fueron los furgones blindados. Y el cine. En 2009, le declaró su admiración total al realizador estadounidense Michael Mann, que dirigió una de las películas favoritas del bandido francés, Heat (1995). El personaje interpretado por Robert de Niro, jefe de una banda que se dispone a robar —cómo no— un furgón blindado, inspiró su primer atraco, le dijo Faïd a un atónito Michael Mann durante un acto con el cineasta en la Cinemateca francesa. “Veíamos sus películas un poco como reportajes, como documentales (…) ¿Es [Mann] consciente de que hay gángsters que pueden inspirarse en su cine? Porque a mí me ha pasado”, contó entre risas y aplausos del público. Para entonces, Faïd ya se había hecho su propio nombre en la escena francesa. Venía de cumplir una condena de diez años de cárcel por un atraco —cómo no— a un furgón blindado y estaba a punto de publicar la historia de su vida criminal junto con el periodista Jérôme Pierrat.

Redoine nació en 1972 en el suburbio parisino de Creil, en el seno de una familia numerosa de origen argelino. Su primer delito lo cometió a los seis años, cuando salió de un supermercado con un carrito cargado de dulces que no había pagado. A los 12, ya sabía que el robo sería su modo de vida. Los policías locales lo llamaban “el terror de Creil”, según la Agencia France Presse (Afp). Faïd “formaba parte de esa nueva generación de delincuentes que inventaron el método go-fast” de tráfico de droga, que consiste en viajar en caravana en vehículos de alta gama que se encargan de avisar de posibles controles policiales y despistar a posibles seguidores, cita la agencia a un policía que lo conoció de pequeño. Pero lo de Faïd siempre fueron los furgones blindados. “Son lo más de lo más”, lo definió el propio bandido en un documental de 2011.

“El miedo que sientes cuando te montas en un furgón que vas a robar no tiene nada que ver con lo que sientes cuando atracas un banco. Sientes unos nervios como un actor de cine o de teatro”, relataba Faïd a la revista Le Point en 2010, año en que saltó de plató en plató de televisión promocionando su libro, que llevó a que la policía lo llamara desde entonces El escritor. En esa época, aseguraba que su vida como criminal era un capítulo cerrado. Empezó una carrera como comercial. “Mis demonios están completamente muertos”, llegó a decir durante una entrevista.

Pero volvieron a despertar. En 2011 participó en el atraco a un furgón blindado en Pas-de-Calais, en el norte de Francia, por el que fue condenado a 18 años de prisión. Le cayeron otros diez años más por la espectacular fuga de la cárcel —sí, es un reincidente— que protagonizó en 2013 en la prisión de Lille, de la que salió reteniendo a varios rehenes y reventando con explosivos varias puertas de la instalación. Fue atrapado mes y medio más tarde y devuelto tras las rejas a cumplir el resto de sus sentencias. A estas se añadieron el pasado abril 25 años más como cerebro de otro atraco frustrado a un furgón blindado que, en 2010, terminó con la muerte de una policía en las afueras de París.

Según dijo el periodista Jérôme Pierrat a la emisora Europe 1, fue la acumulación de condenas y la perspectiva de pasar el resto de sus días tras las rejas lo que probablemente llevó a Faïd a planear una nueva fuga. “No tiene nada que perder”, aventuró.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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