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Un famoso ladrón francés escapa de una cárcel cercana a París en un helicóptero

Tres hombres fuertemente armados ayudan a evadirse de prisión a Redoine Faïd, un reo condenado a 25 años. El fugado tiene un amplio historial delictivo y ya protagonizó otra huida en 2013

El helicóptero utilizado en la huida, abandonado en Gonesse, al norte de París.Vídeo: GEOFFROY VAN DER HASSELT (AFP)
Marc Bassets

Redoine Faïd era considerado hasta este domingo como un atracador profesional. Era su carta de presentación. Su reputación era tal que había escrito un libro titulado Braqueur (Atracador), que había promocionado con entrevistas en televisión y le había dado cierta fama. Era una pequeña celebridad en la crónica negra francesa. Ahora también podrá poner en su tarjeta de visita “profesional de la evasión”.

El ladrón Redoine Faïd, en una imagen de archivo en un plató de televisión.
El ladrón Redoine Faïd, en una imagen de archivo en un plató de televisión.

Faïd, de 46 años, se escapó el domingo de una prisión cerca de París, su segunda evasión en cinco años. El método fue aún más vistoso que en la anterior, cuando tomó varios rehenes y reventó cinco puertas con explosivos en una prisión de Lille, en el norte del país. Esta vez, huyó en helicóptero. La operación duró unos pocos minutos. Contó con tres cómplices. No hubo heridos.

Prisión de Reau, a las afueras de París.
Prisión de Reau, a las afueras de París.Philippe Lopez (AFP)

Quedan por conocer algunos detalles de la evasión del centro de Réau, al sur de la capital francesa, y el prófugo sigue en paradero desconocido. Pero lo que se conoce sería suficiente para escribir la sinopsis de una de esas películas de gánster a las que Faïd es adicto, y que, según ha contado, le dieron ideas para su carrera criminal.

Eran las 11.15 cuando un helicóptero aterrizó en el patio de la prisión, según testigos citados por los medios franceses. Transportaba a los cómplices, que antes habían secuestrado el aparato en un aeródromo de la región y obligado al instructor a llevarles a su destino. Dos miembros del comando se bajaron del helicóptero y forzaron la entrada del locutorio donde en aquel momento Faïd hablaba con su hermano. Iban encapuchados y armados con fusiles.

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Todos fue rápido. “La evasión duró sólo unos minutos”, dice un comunicado del Ministerio de Justicia. En seguida el helicóptero se había marchado, con Faïd dentro. El aparato quedó abandonado a 60 kilómetros de la prisión, al norte de París. Allí los asaltantes y el evadido soltaron al piloto, y huyeron en un vehículo por la autopista A-1.

La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, se desplazó al lugar de los hechos, y explicó que hace unos meses los funcionarios vieron unos drones sobrevolando el lugar. Pudieron servir para preparar la acción. Casi 3.000 agentes están movilizados para encontrar a los fugitivos, según fuentes policiales citadas por Le Figaro.

Redoine Faïd acababa de ser condenado a 25 años de prisión por un atraco en 2010 en el que murió una policía de 26 años. También había sido condenado a 10 años por la evasión de la prisión de Lille en 2013 y a 18 por un asalto a furgón blindado, una de sus especialidades. “Lo máximo”, dijo una vez en una entrevista.

La publicación de su libro en 2010, cuyo título completo era Atracador. Del extrarradio al gran bandidismo, le permitió pavonearse por los medios de comunicación. Explicaba que deseaba pasar página y que no había nada más lejos de su intención que hacer apología de la delincuencia.

El periodista Jérôme Pierrat, que coescribió el libro con Faïd, lo retrata en una entrevista en Le Parisien como un mitómano, un chaval de barrio intoxicado por la ficción, criado en una familia de 11 hermanos, delincuente precoz que a los 18 años ya atracaba bancos.“Sus primeros golpes incluso se inspiraron en películas”, dice Pierrat. “Se habla mucho de Heat, de Michael Mann, pero él me decía que su preferida era El solitario, del mismo realizador, la historia de un ladrón. Y también está Reservoir Dogs de Tarantino”. Pierrat y otras personas que lo entrevistaron lo describen también como alguien muy inteligente, un seductor nato. “Todo lo opuesto al arquetipo del gánster sociópata, lo cual le hacía popular con los vigilantes de la prisión”, según el citado periodista.

Más allá de la mitomanía —la del criminal y la de sus glosadores—, la nueva evasión deja en mala posición a las autoridades penitenciarias. El escritor, como le llamaban algunos, les ha vuelto a burlar. La vez anterior le encontraron unas semanas después en un motel. Al nuevo capítulo le falta la conclusión.

Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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