Gofres para medir el impacto de un huracán en Estados Unidos
El índice Waffle House, basado en una cadena de restaurantes de comida rápida, ayuda a los servicios de emergencias en EE UU a valorar el daño a largo plazo de los desastres naturales
The @WaffleHouse Storm Center is activated and monitoring #Florence. Plan ahead and be safe. pic.twitter.com/UOBi5oZRRi
— Waffle House News (@WaffleHouseNews) September 11, 2018
“El Centro de Tormentas de Waffle House está activado y monitorizando el huracán Florence”, rezaba un tuit de la cadena de restaurantes de comida rápida el pasado 11 de septiembre. ¿Pero qué tiene que ver la popular franquicia de desayunos del sur de Estados Unidos con la gestión de emergencias? “Más de lo que podría usted pensar”, responde en un blog Dan Stoneking, alto cargo de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que coordina estos días la respuesta al huracán que ya azota las costas de Carolina del Norte.
Resulta que, más allá de la calidad de sus gofres, Waffle House es célebre por estar siempre ahí. Sus establecimientos abren 24 horas al día. Y en casos de emergencias climáticas, son los últimos en cerrar y los primeros en volver a abrir. Craig Fugate, exjefe del departamento de gestión de emergencias de Florida, “empezó a utilizar un sencillo test para determinar cuán rápido una comunidad puede estar funcionando de nuevo tras un desastre: el índice de la Waffle House”, recuerda Stoneking.
A grandes rasgos, la cosa funciona así: si la Waffle House de la zona está abierta y ofrece el menú completo, el índice está verde; si está abierto pero sirve un menú limitado, está amarillo; si el establecimiento se ha visto obligado a cerrar, el índice está rojo.
La idea es que Waffle House constituye un ejemplo de eficacia en la planificación ante los desastres. “Saben inmediatamente qué establecimientos van a verse afectados y llaman a todos sus empleados para saber quiénes podrán acudir”, explica el doctor Panos Kouvelis, de la universidad Washington de San Luis (Misuri), en la revista EHS Today. “Tienen almacenes temporales para guardar comida y saben que pueden operar sin el menú completo. Es un gran ejemplo de una compañía que ha aprendido del pasado y ha desarrollado un excelente plan de emergencias”.
Huracanes como el Florence tienen un primer y terrible impacto, en términos de amenazas a la vida, desplazamiento de personas y destrucción de propiedad. Pero también pueden ser devastadores para la economía local a más largo plazo: Tras el Katrina, Nueva Orleans perdió la mitad de su población y el 40% de sus empleos. Por eso el índice Waffle House, explican en FEMA, va más allá de la anécdota y tiene cierta relevancia. “No solo nos dice cuán rápido se recupera un negocio, sino cómo le está yendo a la comunidad en general”, asegura Stoneking en el blog. “Cuanto antes puedan abrir los restaurantes, las tiendas de ultramarinos o los bancos, antes empezarán las economías locales a generar ingresos de nuevo, lo que indica una recuperación más fuerte para la comunidad. El éxito del sector privado en prepararse y capear los desastres es esencial para la capacidad de una comunidad de recuperarse a largo plazo”.
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